jueves, 12 de marzo de 2015

CAMINO Y COMPAÑERISMO


Fue hace tres años por las fechas navideñas, cuando entre varias compañeras decidimos que, dadas las muchas necesidades, que tenían los comedores sociales, sería buena idea, hacer algo, para ayudar en lo posible a remediar estas carencias.



 
Para ello tuvimos la idea de hacer una rifa de una  cesta solidaría, que como ya muchos sabéis ha tenido muy buena acogida. Para llenar esta cesta hemos pedido la ayuda de toda la gente de buena voluntad que fuesen dejando en ella todo aquello que, a la persona que le tocase, le pudiese hacer mucha ilusión. La cesta por algo la llamamos solidaria, pues cada una de las aportaciones que se hicieron, tuvieron todo el valor de saber que era para una causa muy necesaria, además este año la colaboración de muchas mas compañeras, que se ofrecieron para ayudar a la venta de los talonarios, nos motivó a seguir adelante, pues lo cierto es que así como en el llenado de la cesta y en la compra de las rifas, fue de una gran generosidad, lo de ir de puerta en puerta….como que no se acababan de decidir, y no se lo reprochamos, por que después de llevar unos años, parece  que te acostumbras, pero no deja de ser un poco violento, al fin y al cabo en los pueblos de la Pedanía,- Celis, Celucos, y Riclones, así como los barrios que lo componen,- nos conocemos, y todos tenemos bastante trato, pero no tenemos la misma confianza en todos los demás de nuestro entorno, y que conste que fueron muchos los que recorrimos durante bastantes días, por ello el que este año nos acompañasen otras amigas nos motivó mucho más.

Pues bien tampoco en esta ocasión nos han fallado las expectativas, ni tampoco han faltado situaciones para el recuerdo. Lo primero, que la venta de las rifas no se hizo esperar, también  en esta ocasión la generosidad de la gente no dejó de sorprendernos, la acogida no pudo ser mejor, bien es cierto que Don Rolando había exhortado a los feligreses de los pueblos a su cargo, a que nos ayudasen en lo posible, pero también es cierto que la gente esta muy concienciada de que situaciones de necesidad, las podemos tener todos cuando menos lo pensemos. Así con buen talante, y después de haber hecho el recorrido de las ventas más cercanas, emprendimos con buen ánimo el camino por los pueblos de nuestro entorno. Este año por ser mayor la ayuda, al sumarse estas compañeras, eran necesarios dos coches para los desplazamientos, así que entre Mari Mar y yo misma, nos repartimos para el traslado a dichos pueblos, nada mas entrar en los coches,  Mari Mar ya metida en el suyo, nos comentó que su marido,- al que no había visto desde la mañana, cuando éste salió al trabajo,- le hizo este comentario.- ¡Bueno que te vaya bien por que ahora hasta navidad no te veo el pelo.!-  Esto, claro está, era una broma, pero que también da una pequeña idea de que si algo de esto se consigue, no deja de tener su parte sacrificada, y en esto tengo el sentimiento de  valorar el tiempo de estas compañeras, las cuales a pesar de tener obligaciones que cumplir en su casa, no dudaron en dejar de lado durante unas cuantas horas, de unos cuantos días,  un tiempo a esas obligaciones, para echar una mano.

Así como en los años anteriores el frío, nos acompañó, constantemente, este año la que no nos dio tregua fue el agua, un agua pertinaz y molesta, que nos empapaba casi sin darnos cuenta, que se nos colaba en nuestras botas humedeciéndonos nos pies. Aquí no puedo por menos que hacer un gran reconocimiento a Pilar, nuestra veterana, y si ninguna de nosotras somos niñas, lo de Pilar tiene doble mérito, sobre todo por su energía y su entusiasmo. Lo cierto es que de casa, todas salíamos con buen ánimo, pero también reconocíamos que por la noche, cuando volvíamos a ellas, agradecíamos su calor tan acogedor.

El primer pueblo al que acudimos fue Cabanzón, en años anteriores no habíamos estado en el. Este pueblo, como la mayoría de nuestros pueblos rurales, se están quedando sin gente, Cabanzón es un gran pueblo, en el que fuimos muy bien recibidas, sin embargo según íbamos encontrando vacías muchas de sus casas, nos acometió el mismo sentimiento de años anteriores, ¡¡que vacíos se quedan nuestros pueblos!!

Así y todo el recorrido nos llevó mucho rato, pues aunque en gente estaba escaso, no deja de ser un pueblo muy grande. Algo que comprobamos en este pueblo, es que la mayoría de sus casas tienen muy buenas fincas, o jardines a su alrededor, la plaza de la Iglesia es muy bonita, muy cercana al  Restaurante de Loli, y Quinto, donde fuimos muy bien recibidas por esta, y Sonia su hermana, que no nos dejo marchar sin que tomásemos unos cafés, ¿Cómo tira el pueblo eh?


Desde Cabanzón nos llegamos a Otero, recordando que en este pueblo había tocado la cesta el año anterior, este recorrido ya lo hicimos de noche, hay que tener en cuenta que a pesar de salir de casa nada mas comer el último bocado, las tardes son muy cortas, y si a esto añadimos que también la cháchara nos podía en algunas ocasiones… al día siguiente visitamos Camijanes, pueblo del que tampoco podemos quejarnos, en el barrio de arriba, nos recibió Teresa, ¡Que mujer! Noventa y tantos, animosa, simpática, ocurrente, una medicina viviente para el decaimiento, nos enseñó su loro, que nos dijo que hablaba, pero al que no fuimos capaces de sacarle ni una palabra, - y mira que Pilar lo intentó, como le decía Angelita, ¡pues si tu no le haces hablar…! Teresa además de comprarnos sus correspondientes rifas, nos indicó donde vivían sus hijos, ¡¡ir allá, ir allá! nos decía, que se sacudan el “bolsillu”. Ni que decir que con pena tuvimos que dejar a la buena de Teresa, acompañada de su loro, el cual apenas habíamos desaparecido de su vista, empezó una tremenda retahíla a voz en grito, no recuerdo cual de nosotras soltó… ¿Mira el muy cabr…como chilla ahora? ¡Y chillar era el, pues desde el barrio de enfrente, del que hay una buena distancia, todavía lo escuchamos pegando gritos. Camijanes también fue muy generoso, pero lo mismo que en Cabanzón, falta mucha gente.
 

















L






Luego fue Bielva, y aquí tuvimos mucha suerte encontramos mucha gente y vendimos mas de un talonario (cada talonario son 100 papeletas, y el reto era vender 20 talonarios, no es difícil sacar la cuenta), por ello les damos las gracias. En Bielva tuvimos oportunidad de visitar una casa a la que yo llamaría, la casa encantada. El sentimiento de perdida de tiempo en nuestro recorrido, no fue suficiente, como para no hacer un alto, ante la amabilidad de la dueña de esta casa, que toda ella es una maravilla.  Con un aire retro,  los preciosos cuadros que llenan sus paredes, sus porcelanas, sus figurillas, los muebles, con esa sensación de un tiempo pasado, pero muy conservado, (en las fotos que ilustran el artículo se pueden comprobar los detalles de esta maravillosa y trabajada  colección,)  aunque lo mejor es verla directamente.

Cades, otro pueblo solidario donde los halla, son personas con las que tenemos mucho trato, coincidimos en las excursiones parroquiales, y también por ser un pueblo minero como lo fue Celis durante tantos años, el compañerismo que siempre hubo entre los mineros de uno y otro pueblo no nos hace desconocidos. Aquí también como ya comenté el año pasado, se encuentra otra casa que ya desde el portal de la entrada, recopila como si de un pequeño museo se tratase, toda una colección de artesanías de lo mas variado, y siempre recreando en sus figuras las costumbres de lo vivido en nuestros pueblos labradores y ganaderos, es otro de los lugares que recomiendo que se le haga una visita.

 



Nos quedaba Rábago último pueblo del Ayuntamiento de Herrerías. Bueno para ser exactos en Rábago habíamos estado, creo que a la vuelta de Cades, pero se nos quedó Chari, una vecina que vive en el llano de la carretera,  como se nos había hecho un poco tarde, - y alguien comentó que se acostaba muy pronto,- decidimos volver el día que nos tocaba en Bielva. Así lo hicimos, con tan buena suerte que otros vecinos que normalmente no suelen estar, pudimos también colocarle alguna rifa, Aquí yo me despisté con el coche, siguiendo la carretera antigua, cuando mis amigas se empezaron a alborotar, diciéndome que a donde iba, yo tan convencida les contesté que a salir a la otra carretera, ¡¡¿por dónde piensas pasar, saltándote la pared?!! Con las veces que habré pasado por la carretera nueva, y todavía no me había enterado que la antigua no tiene salida.

Los talonarios se iban vendiendo, y la gente respondía muy bien, pero eran muchas papeletas, muchas casas andadas, pero poca gente en ellas en su  mayoría, el agua no nos dejaba en paz, y si queríamos sacar lo que nos habíamos propuesto, todavía nos quedaban muchos pueblos por andar, así que al otro día nos fuimos a Lamasón.  Quizas sea reiterativo lo del agua, pero es que el día que fuimos a Lamasón, calló la del diluvio, tal vez por eso en los pueblos de Sobrelapeña, y Quintanilla, (que fueron a los únicos que nos dio tiempo a recorrer,) encontramos bastantes vecinos, claro que con la tarde terrible de aguaceros que estaba, lo que mas escuchábamos era, ¡¡que  habíamos buscado el día!!  Se nos vino la noche pronto, aunque para ser exactos no había estado el día claro en ningún momento, para acabar de coronarlo, en el bar, donde entramos a vender alguna rifa, y tomar un café que, (en honor a la verdad) no nos estuvimos a tomar en las casas de las amigas que con mucho cariño nos lo ofrecieron, -para no entretenernos mas,- de  que había un desprendimiento en la carretera. Bueno era lo que nos faltaba, sin embargo nos avisaron,  que estaban unos familiares de los del bar, y que podríamos pasar, pues ellos nos indicarían el lugar del socavón, que por lo visto dejaba libre media carretera. Ese día, como éramos menos las compañeras que pudimos salir, nos las habíamos arreglado solo con mi coche, así que visto el problema en la carretera, salimos zumbando haber que pasaba. Lo que pasó fue que Protección Civil, que ya estaba en el lugar del desprendimiento, no nos dejó pasar, con lo cual para acabar de coronar el día, tuvimos que volvernos a casa por el Collao de Hozalba.  Que les voy yo a decir a toda la gente que ha tenido que pasar ese Collao, de noche cerrada, con aguaceros a los que el parabrisas no daba tiempo a barrer, y con una niebla que, mis compañeras fueron testigos, solo se intuía, mas que verse, la cinta de la carretera que quedaba justo al lado de mi ventanilla, ¡nada más! Llegamos al alto, yo no se cómo, Angelita solo decía- no la distraigáis, las felicitaciones, si llegamos a casa.- Y a casa llegamos, ¡no faltaba mas!

Después llegaría Carmona otro pueblo muy acogedor, y en el que Ricardita, como buena carmoniega, animó a sus vecinos a que fueran generosos. Carmoniega, si, pero con tantos años viviendo en Celis, la pondríamos en un compromiso, si la diéramos a elegir, mejor que no lo hagamos, por cierto, donde andaría este año el “ricu pudriu” del año pasado.

En Obeso y Pedreo, tampoco el agua nos dio respiro, ese día el frío,- no se si por que el pueblo está muy encoterado,- o por que hay que pensar que estábamos en tiempo invernal,  también fue un día de los mas crudos.

Que nadie piense que todo eran calamidades, el tiempo era el que era, pero eso no quiere decir que el ánimo nos faltaba, al contrario, fueron muchos mas los momentos entretenidos recordando anécdotas y recuerdos, y la memoria no me alcanza para las muchas situaciones de risas compartidas.

En San Sebastián de Garabandal, por coincidir en el día que se inauguraba “El Hogar del peregrino,” fuimos convidadas, por sus fundadores, que lo celebraban con una bonita fiesta,  el local que se ubica en las antiguas escuelas, da fe del gran entusiasmo y esfuerzo, de quienes han hecho posible esta importante obra. Con nosotras fueron muy generosos, tanto estos amigos como el resto de la gente del pueblo.





Como la tarde se nos dio bastante bien, decidimos llegarnos hasta Rozadío, desde luego enseguida se nos vino la noche encima, claro que aquí fue  Piluchi, -otra celoria de “trasplante”- quién  también se empeñó en que entrásemos un poco en su casa…. Es lo malo que un poco de tertulia nos puede. Ya de vuelta paramos en unas casas que están a la entrada del pueblo, solo encontramos una habitada, pero no me resisto a decir, que fue una de  las personas mas encantadoras, que uno pueda encontrarse en la vida, -y hemos encontrado muchas,- no olvidaremos tus palabras de cariño, ni tu generosidad.

Por fin, después de tantos días de caminar los pueblos, los talonarios ya no nos asustaban, Cosio fue otro de los lugares que nos recibió con mucho cariño. A la asociación de mujeres artesanas, que desde hace años funciona en Cosío, han acudido, algunas mujeres de Celis, por Don Rolando,  estaban enteradas de que pensábamos ir, y fueron tan amables de dejarnos recado, que nos esperaban en el local donde hacen sus trabajos de manualidades, no solo eso, además nos invitaron a tomar con ellas un chocolate con bizcocho. Por lo demás en el resto del pueblo las rifas se vendieron muy bien, con lo cual, satisfechas por lo conseguido, y visto las que nos quedaban, al día siguiente nos llegamos a Puentenansa, en el camino hicimos un alto en La Cotera, donde, aunque los vecinos son pocos, su generosidad es muy grande. En Puentenansa, dimos cuenta del resto de rifas que nos quedaban, las cuales no nos alcanzaron para todo el pueblo, con lo cual, agradecidas y muy satisfechas por el reto conseguido, regresamos a nuestras casas, esperando que el día del sorteo de la Lotería de Navidad, la suerte llegase a una de las casas, de cualquiera de los pueblos, que con tanta generosidad nos las habían comprado.     Para nosotras la suerte fue encontrar en nuestro camino, tanta gente solidaria, gente que bien lo sabíamos, también en algunos casos les hacia a ellos mucha falta, pero que, como en años anteriores, no dudaron de dar de lo poco que tenían, para ayudar a otros que todavía lo necesitaban mas. Para mis compañeras, y para mi, esto será la carga de energía que nos animará en los próximos años.

Nuestro agradecimiento a todas las personas que con sus aportaciones, han conseguido que nuestra cesta solidaria se supere cada año. También por que además de esto compraron las rifas, y como valor añadido, han colaborado en la aportación de alimentos para la campaña de recogida de éstos, en la que cada año participa nuestra Parroquia. A nuestro párroco, Don Rolando por hacernos de portavoz, en sus parroquias. Por último, -pero no necesariamente en su orden,- a las amigas que se han sumado a nuestra causa, y que han colaborado con su esfuerzo, con su tiempo, con su entusiasmo, y con las ganas con que cada día empezábamos el recorrido.

A Pilar, Maria Cruz que al igual que Pilar es otra de nuestras veteranas, a Angelita, Conchi, Ricardita, Mari Mar…Gracias muchas gracias por vuestra colaboración, pero sobre todo por vuestra compañía.  Hasta en año que viene
 

P.D. Como la crónica, está escrita a posteriori, solo me queda que felicitar a Lupe y su familia, que fueron los afortunados con el número, coincidente con el de la lotería, la cesta por lo tanto este año se fue para Celucos.  ¡¡¡FELICIDADES!!!

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