Fue hace tres años por las fechas
navideñas, cuando entre varias compañeras decidimos que, dadas las muchas
necesidades, que tenían los comedores sociales, sería buena idea, hacer algo,
para ayudar en lo posible a remediar estas carencias.
Para ello tuvimos la idea de
hacer una rifa de una cesta solidaría,
que como ya muchos sabéis ha tenido muy buena acogida. Para llenar esta cesta
hemos pedido la ayuda de toda la gente de buena voluntad que fuesen dejando en
ella todo aquello que, a la persona que le tocase, le pudiese hacer mucha ilusión.
La cesta por algo la llamamos solidaria, pues cada una de las aportaciones que
se hicieron, tuvieron todo el valor de saber que era para una causa muy
necesaria, además este año la colaboración de muchas mas compañeras, que se
ofrecieron para ayudar a la venta de los talonarios, nos motivó a seguir
adelante, pues lo cierto es que así como en el llenado de la cesta y en la
compra de las rifas, fue de una gran generosidad, lo de ir de puerta en
puerta….como que no se acababan de decidir, y no se lo reprochamos, por que
después de llevar unos años, parece que
te acostumbras, pero no deja de ser un poco violento, al fin y al cabo en los
pueblos de la Pedanía ,-
Celis, Celucos, y Riclones, así como los barrios que lo componen,- nos
conocemos, y todos tenemos bastante trato, pero no tenemos la misma confianza
en todos los demás de nuestro entorno, y que conste que fueron muchos los que
recorrimos durante bastantes días, por ello el que este año nos acompañasen otras
amigas nos motivó mucho más.
Pues bien tampoco en esta ocasión
nos han fallado las expectativas, ni tampoco han faltado situaciones para el
recuerdo. Lo primero, que la venta de las rifas no se hizo esperar,
también en esta ocasión la generosidad
de la gente no dejó de sorprendernos, la acogida no pudo ser mejor, bien es
cierto que Don Rolando había exhortado a los feligreses de los pueblos a su
cargo, a que nos ayudasen en lo posible, pero también es cierto que la gente
esta muy concienciada de que situaciones de necesidad, las podemos tener todos
cuando menos lo pensemos. Así con buen talante, y después de haber hecho el
recorrido de las ventas más cercanas, emprendimos con buen ánimo el camino por
los pueblos de nuestro entorno. Este año por ser mayor la ayuda, al sumarse
estas compañeras, eran necesarios dos coches para los desplazamientos, así que
entre Mari Mar y yo misma, nos repartimos para el traslado a dichos pueblos,
nada mas entrar en los coches, Mari Mar
ya metida en el suyo, nos comentó que su marido,- al que no había visto desde
la mañana, cuando éste salió al trabajo,- le hizo este comentario.- ¡Bueno que
te vaya bien por que ahora hasta navidad no te veo el pelo.!- Esto, claro está, era una broma, pero que
también da una pequeña idea de que si algo de esto se consigue, no deja de
tener su parte sacrificada, y en esto tengo el sentimiento de valorar el tiempo de estas compañeras, las
cuales a pesar de tener obligaciones que cumplir en su casa, no dudaron en
dejar de lado durante unas cuantas horas, de unos cuantos días, un tiempo a esas obligaciones, para echar una
mano.
Así como en los años anteriores
el frío, nos acompañó, constantemente, este año la que no nos dio tregua fue el
agua, un agua pertinaz y molesta, que nos empapaba casi sin darnos cuenta, que
se nos colaba en nuestras botas humedeciéndonos nos pies. Aquí no puedo por
menos que hacer un gran reconocimiento a Pilar, nuestra veterana, y si ninguna
de nosotras somos niñas, lo de Pilar tiene doble mérito, sobre todo por su
energía y su entusiasmo. Lo cierto es que de casa, todas salíamos con buen
ánimo, pero también reconocíamos que por la noche, cuando volvíamos a ellas,
agradecíamos su calor tan acogedor.
El primer pueblo al que acudimos
fue Cabanzón, en años anteriores no habíamos estado en el. Este pueblo, como la
mayoría de nuestros pueblos rurales, se están quedando sin gente, Cabanzón es
un gran pueblo, en el que fuimos muy bien recibidas, sin embargo según íbamos
encontrando vacías muchas de sus casas, nos acometió el mismo sentimiento de
años anteriores, ¡¡que vacíos se quedan nuestros pueblos!!
Así y todo el recorrido nos llevó
mucho rato, pues aunque en gente estaba escaso, no deja de ser un pueblo muy
grande. Algo que comprobamos en este pueblo, es que la mayoría de sus casas
tienen muy buenas fincas, o jardines a su alrededor, la plaza de la Iglesia es muy bonita, muy
cercana al Restaurante de Loli, y
Quinto, donde fuimos muy bien recibidas por esta, y Sonia su hermana, que no
nos dejo marchar sin que tomásemos unos cafés, ¿Cómo tira el pueblo eh?
Desde Cabanzón nos llegamos a
Otero, recordando que en este pueblo había tocado la cesta el año anterior,
este recorrido ya lo hicimos de noche, hay que tener en cuenta que a pesar de
salir de casa nada mas comer el último bocado, las tardes son muy cortas, y si
a esto añadimos que también la cháchara nos podía en algunas ocasiones… al día
siguiente visitamos Camijanes, pueblo del que tampoco podemos quejarnos, en el
barrio de arriba, nos recibió Teresa, ¡Que mujer! Noventa y tantos, animosa,
simpática, ocurrente, una medicina viviente para el decaimiento, nos enseñó su
loro, que nos dijo que hablaba, pero al que no fuimos capaces de sacarle ni una
palabra, - y mira que Pilar lo intentó, como le decía Angelita, ¡pues si tu no
le haces hablar…! Teresa además de comprarnos sus correspondientes rifas, nos
indicó donde vivían sus hijos, ¡¡ir allá, ir allá! nos decía, que se sacudan el
“bolsillu”. Ni que decir que con pena tuvimos que dejar a la buena de Teresa,
acompañada de su loro, el cual apenas habíamos desaparecido de su vista, empezó
una tremenda retahíla a voz en grito, no recuerdo cual de nosotras soltó… ¿Mira
el muy cabr…como chilla ahora? ¡Y chillar era el, pues desde el barrio de
enfrente, del que hay una buena distancia, todavía lo escuchamos pegando
gritos. Camijanes también fue muy generoso, pero lo mismo que en Cabanzón,
falta mucha gente.
L
Luego fue Bielva, y aquí tuvimos mucha suerte encontramos mucha gente y vendimos mas de un talonario (cada talonario son 100 papeletas, y el reto era vender 20 talonarios, no es difícil sacar la cuenta), por ello les damos las gracias. En Bielva tuvimos oportunidad de visitar una casa a la que yo llamaría, la casa encantada. El sentimiento de perdida de tiempo en nuestro recorrido, no fue suficiente, como para no hacer un alto, ante la amabilidad de la dueña de esta casa, que toda ella es una maravilla. Con un aire retro, los preciosos cuadros que llenan sus paredes, sus porcelanas, sus figurillas, los muebles, con esa sensación de un tiempo pasado, pero muy conservado, (en las fotos que ilustran el artículo se pueden comprobar los detalles de esta maravillosa y trabajada colección,) aunque lo mejor es verla directamente.
Cades, otro pueblo solidario
donde los halla, son personas con las que tenemos mucho trato, coincidimos en
las excursiones parroquiales, y también por ser un pueblo minero como lo fue
Celis durante tantos años, el compañerismo que siempre hubo entre los mineros
de uno y otro pueblo no nos hace desconocidos. Aquí también como ya comenté el
año pasado, se encuentra otra casa que ya desde el portal de la entrada, recopila
como si de un pequeño museo se tratase, toda una colección de artesanías de lo
mas variado, y siempre recreando en sus figuras las costumbres de lo vivido en
nuestros pueblos labradores y ganaderos, es otro de los lugares que recomiendo
que se le haga una visita.
Nos quedaba Rábago último pueblo
del Ayuntamiento de Herrerías. Bueno para ser exactos en Rábago habíamos
estado, creo que a la vuelta de Cades, pero se nos quedó Chari, una vecina que
vive en el llano de la carretera, como
se nos había hecho un poco tarde, - y alguien comentó que se acostaba muy
pronto,- decidimos volver el día que nos tocaba en Bielva. Así lo hicimos, con
tan buena suerte que otros vecinos que normalmente no suelen estar, pudimos
también colocarle alguna rifa, Aquí yo me despisté con el coche, siguiendo la
carretera antigua, cuando mis amigas se empezaron a alborotar, diciéndome que a
donde iba, yo tan convencida les contesté que a salir a la otra carretera,
¡¡¿por dónde piensas pasar, saltándote la pared?!! Con las veces que habré
pasado por la carretera nueva, y todavía no me había enterado que la antigua no
tiene salida.
Los talonarios se iban vendiendo,
y la gente respondía muy bien, pero eran muchas papeletas, muchas casas
andadas, pero poca gente en ellas en su mayoría, el agua no nos dejaba en paz, y si
queríamos sacar lo que nos habíamos propuesto, todavía nos quedaban muchos
pueblos por andar, así que al otro día nos fuimos a Lamasón. Quizas sea reiterativo lo del agua, pero es
que el día que fuimos a Lamasón, calló la del diluvio, tal vez por eso en los
pueblos de Sobrelapeña, y Quintanilla, (que fueron a los únicos que nos dio
tiempo a recorrer,) encontramos bastantes vecinos, claro que con la tarde
terrible de aguaceros que estaba, lo que mas escuchábamos era, ¡¡que habíamos buscado el día!! Se nos vino la noche pronto, aunque para ser
exactos no había estado el día claro en ningún momento, para acabar de
coronarlo, en el bar, donde entramos a vender alguna rifa, y tomar un café que,
(en honor a la verdad) no nos estuvimos a tomar en las casas de las amigas que
con mucho cariño nos lo ofrecieron, -para no entretenernos mas,- de que había un desprendimiento en la carretera.
Bueno era lo que nos faltaba, sin embargo nos avisaron, que estaban unos familiares de los del bar, y
que podríamos pasar, pues ellos nos indicarían el lugar del socavón, que por lo
visto dejaba libre media carretera. Ese día, como éramos menos las compañeras
que pudimos salir, nos las habíamos arreglado solo con mi coche, así que visto
el problema en la carretera, salimos zumbando haber que pasaba. Lo que pasó fue
que Protección Civil, que ya estaba en el lugar del desprendimiento, no nos
dejó pasar, con lo cual para acabar de coronar el día, tuvimos que volvernos a
casa por el Collao de Hozalba. Que les
voy yo a decir a toda la gente que ha tenido que pasar ese Collao, de noche
cerrada, con aguaceros a los que el parabrisas no daba tiempo a barrer, y con
una niebla que, mis compañeras fueron testigos, solo se intuía, mas que verse,
la cinta de la carretera que quedaba justo al lado de mi ventanilla, ¡nada más!
Llegamos al alto, yo no se cómo, Angelita solo decía- no la distraigáis, las
felicitaciones, si llegamos a casa.- Y a casa llegamos, ¡no faltaba mas!
Después llegaría Carmona otro
pueblo muy acogedor, y en el que Ricardita, como buena carmoniega, animó a sus
vecinos a que fueran generosos. Carmoniega, si, pero con tantos años viviendo
en Celis, la pondríamos en un compromiso, si la diéramos a elegir, mejor que no
lo hagamos, por cierto, donde andaría este año el “ricu pudriu” del año pasado.
En Obeso y Pedreo, tampoco el
agua nos dio respiro, ese día el frío,- no se si por que el pueblo está muy
encoterado,- o por que hay que pensar que estábamos en tiempo invernal, también fue un día de los mas crudos.
Que nadie piense que todo eran
calamidades, el tiempo era el que era, pero eso no quiere decir que el ánimo
nos faltaba, al contrario, fueron muchos mas los momentos entretenidos
recordando anécdotas y recuerdos, y la memoria no me alcanza para las muchas
situaciones de risas compartidas.
En San Sebastián de Garabandal,
por coincidir en el día que se inauguraba “El Hogar del peregrino,” fuimos
convidadas, por sus fundadores, que lo celebraban con una bonita fiesta, el local que se ubica en las antiguas escuelas,
da fe del gran entusiasmo y esfuerzo, de quienes han hecho posible esta
importante obra. Con nosotras fueron muy generosos, tanto estos amigos como el
resto de la gente del pueblo.
Como la tarde se nos dio bastante
bien, decidimos llegarnos hasta Rozadío, desde luego enseguida se nos vino la
noche encima, claro que aquí fue
Piluchi, -otra celoria de “trasplante”- quién también se empeñó en que entrásemos un poco en
su casa…. Es lo malo que un poco de tertulia nos puede. Ya de vuelta paramos en
unas casas que están a la entrada del pueblo, solo encontramos una habitada,
pero no me resisto a decir, que fue una de
las personas mas encantadoras, que uno pueda encontrarse en la vida, -y
hemos encontrado muchas,- no olvidaremos tus palabras de cariño, ni tu
generosidad.
Por fin, después de tantos días
de caminar los pueblos, los talonarios ya no nos asustaban, Cosio fue otro de
los lugares que nos recibió con mucho cariño. A la asociación de mujeres
artesanas, que desde hace años funciona en Cosío, han acudido, algunas mujeres
de Celis, por Don Rolando, estaban
enteradas de que pensábamos ir, y fueron tan amables de dejarnos recado, que
nos esperaban en el local donde hacen sus trabajos de manualidades, no solo
eso, además nos invitaron a tomar con ellas un chocolate con bizcocho. Por lo
demás en el resto del pueblo las rifas se vendieron muy bien, con lo cual,
satisfechas por lo conseguido, y visto las que nos quedaban, al día siguiente
nos llegamos a Puentenansa, en el camino hicimos un alto en La Cotera , donde, aunque los
vecinos son pocos, su generosidad es muy grande. En Puentenansa, dimos cuenta
del resto de rifas que nos quedaban, las cuales no nos alcanzaron para todo el
pueblo, con lo cual, agradecidas y muy satisfechas por el reto conseguido,
regresamos a nuestras casas, esperando que el día del sorteo de la Lotería de Navidad, la
suerte llegase a una de las casas, de cualquiera de los pueblos, que con tanta
generosidad nos las habían comprado. Para
nosotras la suerte fue encontrar en nuestro camino, tanta gente solidaria,
gente que bien lo sabíamos, también en algunos casos les hacia a ellos mucha
falta, pero que, como en años anteriores, no dudaron de dar de lo poco que
tenían, para ayudar a otros que todavía lo necesitaban mas. Para mis
compañeras, y para mi, esto será la carga de energía que nos animará en los
próximos años.
Nuestro
agradecimiento a todas las personas que con sus aportaciones, han conseguido
que nuestra cesta solidaria se supere cada año. También por que además de esto
compraron las rifas, y como valor añadido, han colaborado en la aportación de
alimentos para la campaña de recogida de éstos, en la que cada año participa
nuestra Parroquia. A nuestro párroco, Don Rolando por hacernos de portavoz, en
sus parroquias. Por último, -pero no necesariamente en su orden,- a las amigas
que se han sumado a nuestra causa, y que han colaborado con su esfuerzo, con su
tiempo, con su entusiasmo, y con las ganas con que cada día empezábamos el
recorrido.
A Pilar, Maria
Cruz que al igual que Pilar es otra de nuestras veteranas, a Angelita, Conchi,
Ricardita, Mari Mar…Gracias muchas gracias por vuestra colaboración, pero sobre
todo por vuestra compañía. Hasta en año
que viene
P.D. Como la
crónica, está escrita a posteriori, solo me queda que felicitar a Lupe y su
familia, que fueron los afortunados con el número, coincidente con el de la
lotería, la cesta por lo tanto este año se fue para Celucos. ¡¡¡FELICIDADES!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario