Hola amigos. Hoy le quiero
dedicar mi artículo a Julio Varela. Julio es la discreción en persona, tu te lo
puedes encontrar muchas veces, o pocas al cavo del día, pero siempre te lo
encontraras, con algún menester entre manos, sin embargo hasta hace relativamente
poco, yo no tenía constancia de que este muchacho callado y tranquilo, además
de cumplir con un trabajo, como todo hijo de vecino, (si es que hay trabajo,
que esa es otra,) podía tener una habilidad tan pasmosa, para el labrado de la
madera. Julio nunca fue a ninguna escuela, ni a ningún taller de aprendizaje,
lo que sabe es solo ideado por su imaginación, sin embargo, de sus manos lo
mismo sale un sillón, tan magnífico como un trono, que unas tablas para perchas
con detalles de cordones, hojas de roble, círculos de estrellas…También entre
sus maravillosas tallas se pueden encontrar, cornucopias cabezas de ciervos, de
aves, de caballos…
Los arcones que salen de sus
manos son una pura filigrana de detalles, desde las Estelas cántabras, pasando
por los remates de sus acabados, con cientos de pasadas por unas maderas, en
las que sus vetas pulidas sin descanso, destacan como si fuesen de cristal.
Los bancos los encontramos de
todos los modelos y tamaños, desde el mas elaborado para una entrada de casa, pasando
por el siempre renovado escabel, el de asiento arconero, los de respaldo de
cabecero…todos ellos formando la madera el
mas puro encaje, tales son las finuras
de sus dibujos.
Los entrañables “tajucos” tan necesarios, y
que nos recuerdan los pequeños bancos, que siempre vimos en los laterales de
aquellas chimeneas de las cocinas de
nuestros abuelos. Julio siente un gran respeto por la madera, por eso mismo
nunca desperdicia nada de ella, los
trozos mas pequeños, los aprovecha para hacer con ellos unos preciosos saleros
con su tapa giratoria, en los cuales son muy destacables su gusto por el
pequeño detalle, también el aprovechamiento que hace de troncos de madera
retorcidos, duros como la piedra, pero que el sabe sacarle de entre sus
atormentados nudos todo el ingenio que su imaginación le dicta.
Los trabajos en madera de Julio, solo se
comprende por que este, va acompañado de toda la dedicación, que le deja su tiempo libre, son
artesanías que no se miden en tiempo, son esa raigambre que de vez en cuando,
brota en una persona joven a la que el gusto, el respeto por una tradición que
siempre vimos en las casas de nuestros mayores, en las que todo se realizaba
con dedicación y trabajo, saca a flote lo que los genes de esos antepasados nos
dejaron como herencia. Seguramente, el de Julio no sea un caso aislado, muchos
jóvenes solo con proponérselo, desarrollarían habilidades que ni siquiera saben que las
tienen, lo que pasa es que, para cualquier tarea en esta vida, además de esa
habilidad se tiene que contar con mucha paciencia, y mucho amor propio para
sacarlas adelante, todos tenemos en la
memoria a personas por lo mucho que
trabajaron, y cómo con dedicación y mucho ingenio, con pequeñas herramientas
que, en su mayoría, fabricaban ellos
mismos, mantuvieron a sus familias, y
también por que con ello, supieron inculcarle esa responsabilidad por el
trabajo bien hecho a sus hijos.
Hoy, como muy a menudo resalto en mis crónicas, los tiempos son otros, y las cosas cotidianas ya se nos dan hechas, y dependen mas de los horarios de unas Empresas, que tiene que sacar adelante su negocio,- algo muy necesario,- pues esas Empresas crean muchos puestos de trabajo, de los que dependen muchas familias, y que tambien, van en función de su utilidad.
Por
eso mismo los trabajos artesanales de Julio, no tienen precio,- bueno si que lo
tendrían,- pero solo para aquellas personas que lo sepan valorar, y desde luego
solo serian con un valor muy alto, tanto como aquellos que sientan la necesidad
de tener una obra intemporal, una obra que pasados muchísimos años, siempre
sería arte, un arte que siempre se
revalorizará con el tiempo, por cierto, un tiempo que Julio le dedica, después
de su jornada laboral, y de atender con la misma dedicación las necesidades de
la casa de sus padres, a la que junto con Sergio su hermano, ayudan en todo
aquello que estos precisen.
Pues nada mas, solo que para aquellas personas
que sientan la necesidad de contemplar, y valorar el trabajo bien hecho, solo
tendrían que darse una vuelta por Celis, un precioso pueblo para pasar un día
muy agradable, y de paso poder admirar el museo de trabajos de madera, todo
hecho a mano, con maderas nobles,
curadas por el paso del tiempo, y que Julio les mostrará, sin ningún compromiso, solo por el gusto de que
la gente pueda contemplar un trabajo por el que siente verdadera pasión, y al
que le dedica todas las horas que sus obligaciones le permiten.
MARI
PEREZ.
DE CELIS.
Oleee Mari!!!! Tú tambien tienes mucho "Arte" con el bolígrafo en la Mano.
ResponderEliminarMuchas gracias Sergio. ¿Guapo ehh? ¿Te ha gustado?
EliminarSi,está muy bien.
ResponderEliminarQué maravilla de cosas hace con la madera este chico tan guapo, discreto y formal .Tengo la suerte de que es ahijado mío y siento decir que hace mucho tiempo que no le veo.Es un artista ,y de ello ,me alegro mucho.
ResponderEliminarMari, no sabes lo que me gusta que hayas escrito este artículo sobre él.Te ha quedado muy bonito y entrañable.
Preciosos todos los trabajos que ha hecho .Una maravilla.
Me ha gustado mucho ,entrar en tu blog y leer ésto.
Gracias Mari.
De nuevo sigo descubriendo cosas maravillosas de tu tierra, Mari, gracias a tus preciosos escritos.
ResponderEliminarMaravillosos trabajos los de Julio, para perder el gusto viéndolos, qué maravilla! Y estupendos tus atrayentes escritos, Mari.
Muchas gracias Pili, solo hay que poner las letras, la materia prima ya la pone este gran artesano.
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