viernes, 30 de octubre de 2015

EL ZURDO DE BIELVA



   EL  ZURDO  DE  BIELVA ,- LA  LEYENDA,-




Uno de los reportajes de los que mas satisfecha me he sentido. ( y no por que sea todo el mérito mío) fue el dedicado a la legendaria figura del Zurdo de Bielva.  Reconozco que este tema para mi era bastante desconocido, pero no por que no fuese algo que yo no hubiese visto practicar, muy al contrario, este deporte siempre ha sido uno de los mas jugados en la zona del Nansa, de donde por cierto se han dado jugadores que han estado a la altura de los mejores de nuestra provincia, y sin temor a equivocarme, creo que del que voy a intentar transcrivír el siguiente artículo, ha sido el mejor de todos los tiempos. Pero como otros muchos artículos que en su día di a conocer en una publicación en la que,  como ya he recordado en otras ocasiones, fui colaboradora,  quiero que sean ahora los muchos y nuevos amigos que se han incorporado a mi blog, "Las Historias de mi Valle " los que puedan tener un mayor conocimiento de aquellos reportajes.  De lo que yo no estaba muy segura era de cómo enfocar las diferentes variaciones que se dan en este tema de las jugadas, sus nombres, o sus tiempos. Para todo ello me propuse buscar la mejor información posible, y para hacer un poco de historia de éste personaje, me he puesto a rebuscar entre todo lo que tengo recopilado en casa sobre biografías, de lo mucho y bueno que hemos tenido nacido en nuestra tierra. En aquel tiempo  yo no tenía Internet, pero si tenía, y tengo,  una bien surtida biblioteca en la que de una forma o de otra, siempre encuentro referencias de todo lo que quiero tratar, sobre todo de temas de las que poca gente que conozca me puedan dar referencias.


Pues bien, en una de éstas enciclopedias que tengo del año "Maricastaña"  encontré publicado un maravilloso reportaje, en uno de los fascículos que formaban parte de la Revista de Cantabria de hace creo que mas de treinta años.  El reportaje fue escrito para dicha revista y publicado en el número 45 de el tomo número 5 por Mauro Murieras Echáve, y aunque yo le daré mi propio enfoque, las referencias para éste reportaje estarán tomadas en su mayoría de lo publicado en su día por el Señor Murieras. Creo que será también una forma de que se actualicen, esos estupendos reportajes que tiene recopilada la Revista de Cantabria, de hace bastantes años, pero a los que yo recurro cuando quiero tener conocimiento de cualquier historia, dato o fecha, que tenga necesidad de saber. Son buenísimos.
El zurdo de Bielva en realidad se llamaba Rogelio González Viñoles,  y ni era zurdo ni era de Bielva. Pero creo que esto ya es archisabido.  Nació en La Habana en 1897, y lo que le hizo famoso pese a ser una persona de gran humildad, fue su prodigiosa habilidad para el emboque. Dice Mauro Murieras, que el zurdo de Bielva perdió su última partida cuando contaba solo 63 años, pero no fue ningún adversario que lo superara en talla de buen jugador quien lo puso fuera de combate, sino las malditas fiebres de Jodking, el día 12 de marzo de 1960.
Sigue el relato de éste biógrafo, que Rogelio pese a su precaria salud, la cual le acompañaría toda su vida, no vivió de otra cosa que del "estacazo", del estallido de las bolas contra los ordenados y panzudos bolos, como los llamó el poeta José Hierro.

Son muchos los poetas que han cantado la viril fuerza de la mano del mayor "estaquista"   de la historia de éste deporte que, pese a ser conocido como zurdo, no lo era en realidad pues Rogelio era ambidiestro, si quería podía utilizar las dos manos pues tenía la misma fuerza en ambas. Su otra historia, la mas desconocida, fue la de su vida como ser humano. Como sigue contando su biógrafo, nació en la Habana, de padre cantabro y madre isleña, y fue una vida bastante desdichada porque según lo describe su historiador,  fue un campesino- que al decir de su sobrino Rilo, - poco aró y poco ordeñó, pues solo tenía dos "vacucas" que daban poca leche y mucha necesidad, y en lo que se refiere a sus adversarios, no fueron ni Manolo Gándara, ni Federico Mediavilla, ni el "Mozu" de Campuzano, ni Ramiro el de Casar, con ser éstos unos fuertes contrincantes. Sus adversarios mas tenaces fueron la escasez y la pobreza. Sus desplazamientos a trabes de una Cantabria tremendamente atrasada en las zonas rurales, con unas comunicaciones tercermundistas, fatigaban terriblemente la muy deteriorada salud de éste gigante de los bolos, en lo único que era gigantesca su persona, que por lo demás era muy menudo de talla y que fue sorteando todas las adversidades que le surgieron en el camino, incluidas las de la debilidad de su propia naturaleza.
De aquel campesino sin tierra, cuenta su biógrafo, no era ni bueno ni malo, pues según Rilo su sobrino,¡ era un santo,¡ al que oyó muchas veces dar gracias a Dios a pesar de haber perdido alguna partida ¡haber quien haría otro tanto¡ sigue diciendo Rilo, el cual fue testigo muchas veces de ésta plegaria llena de santa conformidad,-Dios mío hoy querías que perdiese, pues ya perdí, otra vez será, gracias.-
Siguiendo con éste filón de religiosidad, aquél hombrecillo de la boina se sabe que daba gracias a Dios por todo, tanto si ganaba como si perdía, y su entereza y su conformidad la demostraba tanto en un caso como en otro.

Sigo sacando gran número de anécdotas del reportaje publicado por Mauro Murieras en su día, y la verdad que es un documento tan completo de la vida y andanzas de éste artista de los bolos que merece la pena poder transcribir todo lo que pueda de ésta leyenda viva, como por ejemplo su exhibición de derribar los nueve bolos de uno en uno, y mas increíble todavía, el tirar una caja de cerillas con una bola desde una distancia de 15 m. y dejar en pie el bolo sobre cuya cabeza se había colocado la caja de fósforos.
Con su sobrino Rilo, su mas ferviente admirador y compañero de tantos días de gloria, y algunos de caídas, practicaba la jugada de Guillermo Tell.  Rilo se plantaba con el brazo extendido y el bolo en su mano, y Rogelio lo volaba con su bolo de madera "sin tocar ni manchar a su ayudante".
Un año muy importante en la vida de Rogelio González, fue cuando tras proclamarse en 1945 campeón regional, se desplazó a Sevilla para el campeonato de España, el año antes lo había ganado Manuel Maza, pero la muerte impidió que lo defendiese ese año.

El zurdo no empezó muy fuerte, y en la semifinal no parecía que pudiese tener grandes esperanzas pues le separaban nada menos que 36 bolos con respecto al líder, Finín Igaréda, -los datos de esta biografia son una fuente de recuerdos,- En una de las jugadas,  el campeonísimo Salas le tomó una broma al de Bielva, que un poco "amoscado" le contestó. ¡Mañana a las doce hablaremos de esto!  A la hora anunciada la izquierda de Rogelio no andaba muy "fina", pues en tres tiradas solo había sumado 30 bolos. Lucas el de Noriega le da un aviso y con una copa de coñat en la mano le dice,¡ Rogelio vas a tener que embocar,! éste le contesta, vamos a ver que pasa, ¡¡¿Qué pudo pasar?¡¡ se preguntaba muchos años después todavía lleno de perplejidad su sobrino Rilo, un auténtico vendaval se cernió sobre la bolera sevillana, Rogelio embocó tres bolas seguidas en la cuarta tirada, en la quinta hizo dos emboques y en las siguientes empezó a dar "leña" a diestro y siniestro y la bolera se convirtió en una "traca," mientras, los aficionados se rascaban los ojos para ver si lo que veían era cierto o lo habían soñado. El que mas tardó en despertar fue Lucas Noriega que brindaba con una copa en cada emboque de Rogelio. 



 Rilo jura que nunca había visto una borrachera como aquella, claro que a tenor de los emboques, las copas eran incontables. Finin Igareda se vio obligado a buscar el golpe salvador desesperadamente. Mientras, el de Bielva se permitió el lujo de jugar a "bolos,"  batió el recort y estableció una nueva marca con 542 bolos, algunos dijeron que aquello era una despedida, el canto del cisne, y el final de una grandísima leyenda.  Pero,- sigue contando Mauro Murieras,-  todos los pronósticos fallaron, cuatro años mas tarde en la peña bolística de Torrelavega, el hombruco de la boina con cincuenta y dos años, dos hernias y una úlcera de estómago, venció a Ramiro Gonzalez , "El chaval de Casar"  en buena liz, quien,- con veinte años menos,- mas de cien quilos de peso, y unos bolos tan gordos como mapamundis, según los bautizó Adrián Solar, Rogelio consiguió un triunfo definitivo, y considerado como la mayor gesta de la historia de los bolos. Este mago del emboque, embocó (valga la redundancia) nada menos que trece veces, sumando 646 bolos y provocó el mayor alboroto de entusiasmo jamás conocido en ninguna bolera de todos los tiempos. Con la boina en la mano saludó al "respetable" recibiendo como los grandes toreros  la ovación del siglo, y un montón de dinero que solidariamente y con gran entusiasmo se recaudó entre el público que sabía de las muchas estrecheces económicas por las que pasaba éste héroe de las boleras.

Sigue el relato, contando cómo Miguel Ángel González ( Rilo) sobrino y compañero de partidas durante muchos años, fue testigo de los mayores exitos y de las grandes azañas de su tío, y cuenta cómo a petición de tres señoritas de San Vicente que querían ver jugar al que ya era un genio de los bolos, ni corto ni perezoso, sin mas preámbulos se dirigió al tiro y les brindó tres emboques seguidos, con los que complació con uno para cada una a las tres damas por igual.
La referencia de su vida, fue, como ya he relatado mas arriba, que nacio en la Habana de padre cantabro y madre isleña, parte de su vida sin embargo transcurrió en el colegio de Cóbreces donde estudió la carrera de comercio,-el zurdo tenia su cultura,- precisa su sobrino Rilo, iba y venía a Cuba con cierta frecuencia, trabajó cuando tubo la edad, en la sección de tabacos del hotel propiedad de sus padres, hasta que las cosas se pusieron mal y regresaron a Bielva.  Cuando regresó definitivamente, Rogelio contaba ya con 33 años, y no sabía birlar, por que en Cuba los bolos eran diferentes, mas panzudos, y el birle era parecido al tiro,-explicaba su sobrino,- por esa razón el primer año perdieron "La copa de la Reina," pero al año siguiente ganaron los dos zurdos, el de Bielva y el de Mazcuerras, que dieron una lección didáctica sobre el juego de los bolos y sobre el compañerismo, hasta que la guerra civil española los separó definitivamente.

Esta es a grandes rasgos la historia del que no duda nadie que fue el mejor embocadór de un deporte tan cántabro, tan montañés como el juego de los bolos.  Con éste reportaje por el que doy gracias a Dios, por haber guardado la revista con el artículo que en su día publicara Mauro Murieras, y que tanto me ha ayudado en la redacción de éste que ahora transcribo, cierro éste, y que quiero dedicárselo a los muchos y grandes jugadores de nuestra provincia, los de ahora y los de antes, y muy especialmente a quienes se nos han ido últimamente, todos ellos seguramente ya se habrán encontrado con esas glorias del pasado y seguro que se jugarán algunas "tiradas"en esa gran bolera de nuestro universo, ¡Va por todos ellos¡.              
                                                MARI  PÉREZ  DE  CELIS.












domingo, 18 de octubre de 2015

NANDO Y SERGIO AGÜEROS, LOS TANEA




Hace un tiempo que me rondaba en la cabeza hacer este reportaje, aunque cada vez que lo pensaba me detenía el poco conocimiento que tengo de los protagonistas a nivel personal, no así de su trayectoria como cantantes, pues sus canciones son bien conocidas.  Sin embargo creo que es puesto en razón que por los muchos merecimientos que este dúo tiene desde hace ya unos cuantos años, me decida a hacerles un pequeño homenaje.
En nuestra tierra siempre hemos presumido de nuestros cantantes de montañesas, en las que muy a menudo se han atrevido con la muy difícil canción asturiana, un atrevimiento del que han salido tan victoriosos, que no son pocos los que se han traído para Cantabria los mejores primeros premios.
Que les puedo yo decir de Nando y Sergio Agueros que no se halla dicho ya. Solo podría añadir a ello una mas de las muchas alabanzas que el mucho público que los sigue ya les ha demostrado. Estos dos hermanos empezaron a destacar desde el principio de su andadura por la fuerza de sus voces, fueron unos principios en grupo, del que pasado un tiempo quisieron tener su propia personalidad, y poco a poco esta personalidad se ha convertido en virtud, sus voces claras y potentes, el gusto por las letras de sus canciones, de las que ellos mismos son autores, les da ese entusiasmo por cantar a lo suyo, a sus raíces, a lo que siempre vieron en los pueblos de sus padres, por eso son tan auténticas las expresiones de todas estas jóvenes generaciones, todas ellas herederas de aquellos, " espontáneos" que siempre escuchamos en cualquier reunión de las fiestas de nuestros pueblos.

 Hace tiempo muchas de estas jóvenes generaciones han decidido dar toda la categoría que se merecían a esas estupendas voces, algo que todos agradecemos, pues es la mejor forma de que estas  se difundan. Todos tenemos en la memoria al que mejor supo abrir este camino hacia la fama, al gran Benito Díaz. Pues por el y por muchos, que se lo merecieron, y que por circunstancias no pudieron llegar a darse a conocer, teniendo seguramente todos los merecimientos, es por lo que yo me alegro de los muchos triunfos de estas nuevas generaciones.  No será descubrir nada nuevo el decir que la tonada "Viento del norte" será sin duda de lo mejor que se pueda escuchar. Como descubrir aquel niño que tu fuiste cuando de la mano de tu padre le escuchabas las canciones de toda la vida, y ya de mayor, al caer la tarde ese recuerdo volvía lleno de nostalgia. 

Pero si repasamos cualquiera de ellas, uno se puede imaginar en estas canciones, estar viendo a su abuelo lanzando unas tiradas a los bolos en la bolera de Quintanilla, teniendo alrededor los acostumbrados parroquianos aficionados. O también se los puede ver animando a una madre a cortar unas flores en el huerto de madrugada, para ayudarla a cumplir el sueño de su vida, visitar a la Santina allá en su cueva, en Covadonga.
Por no cerrar los ojos e imaginarnos el dolor de una mozuca a la que la desilusión de ver como el hombre que le prometió amor y se la llevó con el a la montaña, la abandonó con lo que entonces fue su mayor verguenza, pero también su mayor su gloria. Su hijo.



 Quién pone letras a estas preciosas canciones, no solo pone unas letras, está contándonos una historia en cada una de ellas, por eso siempre deberíamos poner mucha atención a todo lo que dicen cualquiera de las letras de estas canciones, de los mejores autores de nuestra provincia, todos ellos ( y por suerte son muchos) tienen no solo el gusto y la sensibilidad de ponerles estas letras, sino que detrás de ellas hay mucho pensamiento, mucho trabajo, y seguramente también muchas vivencias.
Por que podemos seguir, y en estas letras de los hermanos "Tanea" (hoy solo Nando Agueros,) pues como todos sus seguidores saben, su hermano Sergio se recupera de una dolencia en sus cuerdas bucales( algo que desde aquí deseo, por el bien de estos hermanos, sea algo a recuperar en poco tiempo). Como digo,  podemos seguir, con aquella mozuca que siempre esperó a que la sacases a bailar en las romerías de tu pueblo, o el sonido de la gaita cuando te sentabas a escucharla a orillas del río Deva. Por cierto la emoción del mas alto de esta tonada, es de lo mejor que se puede escuchar en una canción.
Así podíamos seguir, con otras muchas de las historias que Nando Agueros nos cuenta en sus canciones, y en todas ellas encontramos una emoción, un sentimiento tal vez la realidad de una vida a la que solo se le puede poner la música, pues la historia ya está escrita, y el público solo está esperando escucharla. Por cierto que lo que creo que nunca harán estos muchachos, será perder el norte.
Y ahora hablare también del cariño que yo siento por esos pueblos "masoniegos" en los que tengo muy buenas amigas, unas amigas con las que nos reunimos en todas las ocasiones que podemos, también tengo algo que para mi tiene un grandísimo valor, como es el tener dos nietos medio masoniegos, por todo lo cual el que yo sienta un especial cariño por ese valle, creo que esta mas que justificado. Lo cual unido a lo mucho y merecido con que dedico este artículo  a los "Tanea" hacen que sienta el orgullo de los lazos que por parentesco, me unen a los pueblos de ese valle           
        Esperando que la recuperación de Sergio Agueros sea lo mas pronto posible, seguiremos escuchando esas bonitas canciones que su hermano nos ofrece, en cada concierto.
                    UN SALUDO PARA TODOS, DE MARY PÉREZ.  DE CELIS
        

domingo, 11 de octubre de 2015

Con este nuevo artículo sigo recopilando todas aquellas historias que hace unos años relataba en una publicación que se repartía mensualmente, fueron unos relatos que tuvieron muy buena acogida, pero que al dejar de repartirse por mi zona, tampoco para mi tenía mucho sentido seguir publicándolos. Sin embargo siempre tendré muy buen recuerdo de aquellas publicaciones, y muy agradecida a tanta gente que los leyó y me conoció a través de ellos.

Pues sin mas paso a relatar este nuevo artículo, en el que he incluido algunos pasajes mas de la novela, y por el que podrán acceder a su lectura todos los nuevos amigos que me siguen en mi blog, con el titulo de "Las Historias de mi Valle".

   PEREDA    Y   "PEÑAS  ARRIBA"
Con este titulo con el que se han empezado muchos relatos sobre la vida y obra de uno de nuestros mejores escritores, - creo que como costumbrista el mejor- quiero hacer un poco de historia de este personaje muy ligado a nuestra comarca, por ser en ella donde encontró la inspiración para ambientar la novela que mejor la describe. "Peñas Arriba"
Desde que hace muchos años, leyese por primera vez ( y digo por primera vez, pues desde entonces son muchas las veces que he vuelto a su lectura), pienso en lo mucho que Pereda pudo llegar a querer y sentir esta tierra nuestra de Cantabria.
Pereda se sabe que solo pasó uno o dos días alojado por invitación de sus dueños, en la Casona de Tudanca, y a partir de ahí fue tal su impresión de estos valles y estas montañas, que decidió escribir una novela en la que relata las vidas y costumbres de unas gentes, para quienes los montes y las peñas que los rodean, lo mismo pueden ser sus protectores, que sus peores enemigos.
Cuando Marcelo, el protagonista de la novela, llega a Tudanca, para hacerse cargo de la herencia y los obligaciones que su tío Don Celso pretende depositar en el, cree que el mundo se le abre bajo sus pies. Su llegada en ferrocarril a Reinosa,  procedente de Madrid, donde ha vivido toda su vida, y la terrible cabalgada desde la estación de esta Villa hasta Tudanca, acompañado por el fiel criado de su tío, que lo había enviado a esperarlo, le parece terrorífica, las preguntas que dirige al fiel Chisco, interesándose por lo que va viendo, tanto de alturas como por los riachuelos que nacen entre aquellos  riscos, son apenas contestados por este, que se siente bastante cohibido ante aquel señorito al que hace de guía. 
Marcelo procura mantenerse en su cabalgadura por los tremendos barrancos y por la imponente mole del Peñón de Bejo, mas intuido que apenas visto, y que le va acercando al pequeño pueblo donde su tío le espera en la vieja "Casona" pensando que aquella cabalgada a lomos del según su propia descripción "espeluznado jamelgo"  no terminará nunca.
Cuando digo que Pereda tenía que tener un gran cariño por su tierra, o un fuerte orgullo de ser montañés, lo demuestra lo mucho y bien que supo retratarla en sus novelas, desde esta de "Peñas Arriba" en la que describe la vida mas montaraz, hasta Sotileza, en la que relata la vida de unas gentes de mar, las ricas y pudientes que habitan en las mejores casas de los muelles, con sus importantes fachadas de enrejados balcones y grandes ventanales y miradores, hasta las míseras viviendas de los pescadores de la Puebla Alta, donde la incultura y la miseria eran caldo de cultivo para toda clase de envidias y maledicencias, como los falsos testimonios de las dos vecinas, madre e hija, envidiosas del cariño y acogimiento, que los padres adoptivos de Sotileza le tenían, descargando en ésta todas las frustraciones de una vida miserable, preparándole la encerrona en la que solo buscaban desprestigiarla públicamente atacando su honradez y buen nombre.
Pero entre estos dos extremos en los que José María de Pereda nos describe las vidas de unos personajes, tanto de mar como de montaña, podemos encontrarnos con otros protagonistas de sus novelas igualmente relatados con todo el conocimiento y realismo con  que reflejaba  el transcurrir de sus vidas., igualmente si estas se ambientaban en el campo o en la ciudad, lo mismo si eran de mar o trataba la montaña. "La Puchera"  "El sabor de la Tierruca"  O el mismo "Peñas Arriba" nos relatan temas rurales con el mismo realismo que le daba el conocer muy bien de lo que trata en sus escritos.  Pero asimismo los temas urbanos los conoce muy bien, y los personajes que nos describe no le son desconocidos,  "Don Gonzalo González de la Gonzalera", "El buey suelto" "La Montalvez"... o el mismo "Pachin González", mucho muy real, y mucho mas pegado al mar, a los muelles, como la propia "Sotileza", son otros tantos relatos en los que están reflejados muy claramente, los personajes de nuestra tierra.
Sin embargo Pereda no era ni muy de mar, ni muy de montaña. Nace en Polanco de familia hidalga, se relaciona con lo mejorcito de la época, Amós de Escalante,  Menendez Pelayo, o Pérez Galdos, que aunque no sea éste cántabro de nacimiento, siente un cariño y un apego muy especial por nuestra tierra, en la que paso gran parte de su vida, y en la que escribió también parte de su gran obra "Los Episodios Nacionales" Tanto era su raigambre por Santander, que aquí mando construir una casa, a la que le puso el nombre de "Quinta San Quintín", en recuerdo a su obra "La de San Quintín".
 Y en este punto, haciendo un inciso, diré, que para verguenza de quién correspondiera en su día, a dicha casa nunca se le dio el lugar que debía de tener, aunque no fuese mas que por el gran honor que este importante personaje nos hizo a todos los cantabros, al querer pasar una importante parte de su vida en nuestra ciudad, y ser aquí donde quiso vivir, y donde también escribió lo mas importante de su obra. En el estreno de "Fortunata y Jacinta" sin ir mas lejos, los propios Reyes, Don Alfonso y Doña Victoria, presidieron el palco Real, y tan importante fue para la ciudad,  que eran comentadas las tertulias de toda la intelectualidad  en la finca "San Quintín".
Arxiu: Pérez galdos.jpg
La casa yo no se que sería de ella, si el abandono la habrá derrumbado, como tantas otras, o si pasó a manos particulares, o si la familia se llegó a hacer cargo de ella, ignoro estos datos. Esta casa podía haber sido un museo dedicado al escritor y su obra, el cual sería hoy visitado por personas de cualquier parte del mundo, y que le darían un gran prestigio a nuestra provincia. En fin, no sirve de nada lamentarse de lo perdido, sírvanos de consuelo el bonito paseo que lleva su nombre "Paseo de Pérez Galdos" en una de las zonas mas bonitas de nuestra ciudad, y que se inicia en un punto de la Avenida de la Reina Victoria, muy próximo a la zona de La Magdalena.
Como digo fue muy amigo de Pereda, y fue este, quien le dio a conocer a un viejecillo que se paseaba por Santander, y al que Pereda describía como, de pequeña estatura, muy locuaz, gallego por mas señas, apellidado Galán, ataviado con chistera y levita muy anticuadas, y que era ni mas ni menos, que el último superviviente de la batalla de Trafalgar, en la que este personaje había sido grumete en el navío Santísima Trinidad. (Estupendo  reportaje de J.P. San Román, que los lectores pueden leer en el número dedicado al escritor en la revista de Cantabria.)
Para Galdos este personaje fue todo un descubrimiento, y de el pudo saber de primera mano numerosa documentación para su gran obra " Los Episodios Nacionales" No ha estado nuestra tierra falta de nombres ilustres, pues además de los reseñados, la lista seria mucho mas extensa.
Siguiendo con nuestro personaje,  nace en Polanco, y es el menor de 22 hermanos. Sus padres se casaron muy jóvenes, su madre era casi vecina de nuestro Municipio,( desciende su familia de Pesues)  Tenían solo 15 y 18 años, sin embargo pasaba ya su madre de la cincuentena cuando nace el último de sus hijos, José Maria en 1833. Se llama su padre Juan Francisco de Pereda, y su madre Bárbara Sánchez de Porrúa, una mujer muy culta, y esta parece ser dejó una gran huella en la educación de sus hijos.
Después de hacer este rápido recorrido familiar, sacado de lo relatado por sus biógrafos, me quiero centrar en el libro que mejor ambienta nuestra Mancomunidad, "Peñas Arriba".
Seguro que ni en el mejor de sus sueños, habían pensado los antepasados de Don José Maria de Cosío, que su pueblo de Tudanca, y mas concretamente, su famosa "Casona" sería hoy mas conocida y visitada de lo que lo fue en vida del Señor que la habitaba en la novela de Pereda. Y ¡Quien le había de decir a aquel Don Celso, que temía morir pensando que aquel patriarcado y aquella hacienda que el había heredado y mantenido durante toda su vida, se acabaría perdiendo con el!  Pues hombre viudo y sin ningún hijo que le sobrevivió, solo le mantenía la esperanza( muy escasa por cierto) de que aquél sobrino, hijo de su hermano, y que al contrario que el, que nunca quiso salir del solar de sus padres en Tudanca, salió muy joven a estudiar, y concluidos sus estudios, prefirió una vida en la capital en la que sus oportunidades serían mayores para ejercer su trabajo. Y así casado y con los hijos que le nacieron, solo regresaba al pueblo de sus padres muy de tarde en tarde. Y en uno de estos sobrinos era en quien Don Celso depositaba la muy tenue esperanza, de que pudiese ser el continuador de su obra.
La novela sigue con la muy difícil adaptación del joven Marcelo, hecho a una vida de comodidades y lujos de la gran ciudad. Todo le parece pobre triste y oscuro, desde luego su llegada a Tudanca no puede coincidir con peor época, el invierno está encima, el pueblo para el es casi intransitable, las pocas salidas que realiza desde la Casona de su tío, le enfrentan a personajes que para el - señorito de la capital - le parecen de lo mas insulsos, toscos, y simplistas, solo la compañía de Neluco Celis, que ejerce de médico en aquellos perdidos pueblucos,( pues el mismo es nacido en uno de ellos aguas abajo, Rozadío) le distrae un poco, acompañándole en sus cortos recorridos por el pueblo, le presenta a las gentes que se van encontrando, le habla de sus familias, de sus costumbres, de sus circunstancias, y de los usos y modo de sus vidas, todo con la sana intención de que poco a poco aquel aburrimiento y aquella tristeza que lo atenaza en este perdido valle, entre montes y despeñaderos, le resulte cada día un poco mas tolerable.
 Como el relato se haría muy extenso, pues la novela es rica en personajes y situaciones, describiré en un resumen los acontecimientos mas destacados. La caza del oso en la cueva de los altos puertos, y el terror que Marcelo sintió, cuando en un alarde de valentía, se comprometió con Chisco y los demás componentes de la batida para salir de madrugada es su busca, pues por lo visto este enorme oso ya había sido visto atacando el ganado en aquellas alturas. La escena que Pereda relata en la novela es de un realismo brutal, - por cierto esta practica que hoy sería muy severamente  condenada y castigada - tenemos que ambientarla en la época en que se escribió el relato, hace mas de siglo y medio, los osos eran muy numerosos en nuestros montes de la cordillera cantábrica, lo que yo tampoco dejo de pensar, es que quizás por estas y otras costumbres, muchos de nuestros animales autóctonos, con los años han desaparecido de nuestros bosques.  
Con el cura Don Sebas, realiza otra de las salidas que había prometido a el sacerdote, este que es parco en palabras, se transforma cuando con gran agilidad, dados sus años, según comprueba Marcelo, quien se ve y se desea para seguirle por aquellos riscos, y su locuacidad se vuelve poética, cuando escala aquellas alturas ¡¡Mira Marcelo,- viene a decirle,- contempla desde aquí arriba la grandiosidad de la obra de Dios, para terminar su disertación en una gran retahíla de latines que le mantienen casi en éxtasis durante el tiempo que contemplan el panorama. Estas alturas podrían ser desde lo mas alto de la sierra de Peña Sagra, lo mas seguro desde el "Cornon", aunque tampoco sería descartable que fuese en la otra vertiente, las cercanías al pico Tres Mares en los altos de Campoo, y desde luego lo que si era cierto que estas salidas desde Tudanca de madrugada y en cabalgaduras que, aunque muy acostumbradas a los vericuetos de los montes, su continuo movimiento, hace que tenga el cuerpo derrangado cuando regresa por la noche a la "Casona".
El drama de la mujer gris, como el califica a Facia, la criada de su tío, con sus ocultos terrores, por ocultarle la verdad de su vida a la hija que tanto quiere, es otro de los pasajes de la novela, así como la rivalidad que él cree descubrir entre Chisco y Pepazos, por las atenciones de Tomasa, la moza que parece ocupar los sentimientos de los dos.
Para matar las muchas horas que le quedan libres, salvando estas salidas que le proporcionan, a pesar del cansancio alguna distracción, decide por su cuenta hacer él solo una a la que mucho le animó su amigo Neluco Celis. Esta será aguas abajo, y pasando por todos los pueblos que va encontrándose a su paso. Hace un alto en Rozadío, para conocer a la familia de su amigo, que lo recibe con grandes muestras de simpatía, pues ya tenían ganas de conocer al sobrino de Don Celso. Después de los saludos de cortesía y sin poderse negar a tomar un tentempié,con tan amable compañía , sigue su ruta por los senderos que, unas veces a orillas del río, y otras mas alejado de el, lo van acercando a su desembocadura, en el pueblo de Muñododero. Contempla el panorama que tiene a la vista, no sin sentir el tremendo impulso de tomar aquel camino que lo llevaría hacia los espacios abiertos que tanto añoraba, a la vida de elegantes y  bullicios cafes, de salones alfombrados, de el Ateneo... mientras por aquí... y volviendo los ojos a los senderos montaraces que acababa de recorrer, siente  que se alza dentro de el una protesta por tener que cumplir lo que el cree un gran deber hacia le hombre que lo espera lleno de ansiedad en aquel pueblo, y en aquella Casona, donde siente que se va a enterrar en vida. Pasó aquel impulso, dañino, y dando vuelta a su cabalgadura regresa aguas arriba hacia la hacienda de su tío con el pesar por lo añorado, y la satisfacción por poder llegar a cumplir un deber.


Con Neluco Celis hace otra de las salidas, pero esta vez de las que mas complacería a Marcelo por lo mucho que le interesa el personaje al que el médico le quiere presentar, esta excursión también la hacen en cabalgaduras, y también la salida desde Tudanca por senderos de montaña, para, en esta ocasión, para llegar a la hacienda de un buen amigo de la familia de su tío, y visitador ocasional de la Casona.  Se trata de Don Ángel de los Ríos, personaje real, aunque aparezca novelado en "Peñas Arriba" Pereda lo describe, como un hidalgo de antiguo linaje, y gran sabiduría e inteligencia, muy venido a menos en dineros, pero de muy rica hacienda en Proaño, pueblo de Campoo donde la gran Casona y Torre medieval hoy es visitada por la gran importancia que como casa museo tiene, doy fe de que actualmente personas- creo que todavía familiares de esta casa- le atenderán con mucha amabilidad, particularmente la visité hace unos años, y así fue, este personaje del que hay biografías escritas muy interesantes, era también conocido, como el Sordo de Proaño.
De todos estos viajes da cuenta a su tío en la tertulia que, junto a los vecinos que cada noche acuden a la "cocinona" de Don Celso, comparten las novedades del día, y que es un lugar donde además de la charla, cada vecino suele llevar algún quehacer, albarcas, cebillas, palos de arrear el ganado, "cachabas" cualquier apero que les sería muy necesario en la vida diaria.

A su tío le complace ver como poco a poco su sobrino va intentando llenar las muchas horas que tiene libres con estas distracciones, y que también con el paso de los días y las semanas, en que las tremendas nevadas que muchos días lo mantuvieron encerrado en la Casona, y que parecían querer enterrarlo en vida en aquel lugar, para el muchacho tan solitario, van tocando a su fin. Marcelo muy despacio parece ver una pequeña luz al final de un túnel muy largo. Neluco no es ajeno a esta pequeña recuperación, se ha encargado de darle a conocer a las familias del pueblo, para que no se encuentre extraño entre sus gentes. Entre estas familias, el conocer a la jovencita nieta de uno de los mejores amigos de Don Celso, y familia muy respetada en el pueblo, contribuye a que una vez mas, su tío, que por otra parte, ve como su salud se agrava cada día, siente el alivio de ver que todo el caudal familiar que el a conservado y aumentado, no se perderá con su muerte.
Por ello una tarde en que los dos se encuentran tratando temas familiares, Don Celso le notifica a Marcelo que, apartando algunas "mandas" a antiguos trabajadores, y criados de toda la vida de la Casona, el resto de su herencia será para él. Cuando su tío le da cuenta de todo el caudal, el muchacho no da crédito, su tío aunque siempre ha vivido sin despilfarros, si lo ha hecho holgadamente, el y las personas a su cargo, nitampoco han faltado las ayudas que siempre se le han pedido. Este le hace partícipe de un caudal de fincas, así como participaciones en Empresas muy importantes de la época, además de joyas, muebles, y otras pertenencias nada despreciables.  Le comunica a su sobrino que el que si al fin puede hacerse dueño de su hacienda, y amo y Señor de la Casona, no le invalidará, para hacer también una vida de hombre joven que puede satisfacer sus inquietudes viajando y cultivando amistades, fuera de aquel pequeño rincón, aunque eso sí sin por ello dejar de atender ( ayudado por personas que como el joven amigo y médico del lugar, Neluco Celis, seguro le habrán de facilitar mucho la tarea que recaerá sobre sus hombros.
Y finaliza la novela, que con este resumen que les he descrito, animo a leerla a quien no lo halla hecho, ( esta o cualquiera de las muchas escritas por Perda) como digo finaliza con la llegada de una esplendida primavera, seguida de un verano en el que Marcelo descubre otro paisaje muy diferente del que se encontró en lo mas crudo del invierno. Su tío falleció, rodeado del cariño y el respeto de todas las personas que vivieron con el durante muchos años sus alegrías y sus pesares, sus preocupaciones y sus satisfacciones, y que lo acompañaron en un funeral, al que acudieron personas humildes, y también de la mas alta relevancia, que acudieron de todas partes de la provincia y fuera de ella a presentarle su último respeto.
Don Celso no llegó a ver esta primavera, ni tampoco el verano que la siguió, un verano en el que Marcelo declaró su amor a Lituca, ni la transformación que pasado un tiempo hizo del viejo caserón, para adaptarlo a los nuevos inquilinos que en su día lo habrían de habitar.
 Con los años Marcelo deja constancia de la vida que siguió, y que fue tan serena y feliz como el mismo relata al finalizar la novela.
-Han pasado algunos, bastantes años desde que ocurriesen estos sucesos, hasta la fecha en que los recuerdo, con el único fin de distraer la nostalgia de aquel vendito rincón de la tierra del que me apartan muy contados meses, que para mi son de un gran sacrificio, por que tan cabal, tan intensa, tan continua ha sido mi felicidad en éste tiempo, que a veces me espantan los temores de que no haya sido mi gratitud tan grande como el beneficio recibido, y un día me hiera la justicia de Dios en lo que mas amo para recordarme lo mucho que le debo.-
     Así termina la novela que mejor ha ambientado nuestra comarca, Peñas Arriba, espero que les satisfaga el abreviado relato que he intentado hacer sobre ella,  pero lo mejor  de todo, es que la Casona y sus recuerdos, siguen ahí para todos los que quieran visitarla,                                     
                                                           
          

domingo, 4 de octubre de 2015

SAN MIGUEL, LA MEJOR FERIA DE LA COMARCA




Hola amigos.
Estoy escribiendo en las vísperas de nuestra feria por excelencia, nuestra feria de San Miguel, y quiero hacerlo con un recuerdo, a todo lo que fue la feria y a lo mucho que durante tantas generaciones este acontecimiento ha significado en una comarca como la nuestra, la comarca del Nansa.    


Cúantos años habrá vivido la gente esta feria, cuanto se habrá recorrido esta carretera, cuantas mañanas esperando unos autobuses que pasaban sin parar cargados de gentes, y esperando haber cuando alguno de esos autobuses tendría cabida para unos pocos de los muchos que esperaban poder hacerse un hueco en ellos para llegar a la feria.

 Sin embargo no por eso la gente se amilanaba , cuando ya se desesperaba de poder acceder al tan ansiada plaza, en uno de aquellos viejos autobuses, ( esto de plaza es un decir) la mayoría se podía conformar con un apretujado lugar encajonado entre otros muchos sufridos viajeros, para los cuales ya era un triunfo encontrar ese tan ansiado hueco que lo quitase de unos cuantos km. de, también, sufrida carretera, la gente se echaba al camino, como fuese, con cestas cargadas de comida, los paraguas por si algún chaparrón, a los que no era ajena la feria, pues todos en alguno de los muchos años que hemos vivido este día sabemos de alguno de estos inoportunos aguaceros, eso cuando no lo ha fastidiado el día desde el principio. Sin embargo, nunca nada detenía a la gente feriante, en tan esperada fecha.
La llegada al "Prau Socollu" ya de por si era un triunfo, la emoción de los muchos visitantes,  que año tras año acudían al prao, hacía olvidar los cansancios de aquellas caminatas, el espectáculo de animación y colorido, solo era comparable a la del encuentro con los muchos amigos familiares y conocidos, que como un ritual que se repetía año tras año, se encontraban en la feria. Por que esta feria no era solo eso -una feria- también era el lugar en el que muchas de las familias que estaban dispersas por otros pueblos, se daban cita de antemano aquí, para que, cada uno trasladando su propia comida, se compartiese alrededor de unos manteles colocados en la braña, y en la que acompañando unas tortillas unas chuletas unos chorizos o cualquier otro de los menús que, ya seguramente se habrían preparado en la víspera, se compartiese con el imprescindible queso picón, que a buen seguro se les habría comprado a las muchas tresvisanas que acudían con este rico y oloroso manjar. 


  Ellas también tenían que hacer la feria, y lo cierto que todas sus ganancias de ese día siempre sería muy merecidas, era muy sacrificado sacar un dinero en aquellos tiempos, y no solo por lo costoso de la elaboración de este producto, si no por el lugar de donde tenían que trasladarlo, solo los que conocen el lugar de donde venían, un remoto puebluco perdido entre las montañas cercanas a los Picos de Europa, y cuyo traslado seguramente en cabalgaduras,  para tomar la carretera, en la que,- con un poco de suerte - tendrían algún medio de transporte que los pudiese llevar hasta la feria, los que no tuviesen esa suerte, pues a trabes de colladas y montes, tal vez pudiendo pasar la noche en casas de algún familiar o conocido. Hoy esto puede parecer un tanto trasnochado,  pero en casa de mis abuelos, donde me crié, esto lo oí comentar en alguna ocasión , pues conocían bien a alguna de estas " queseras" por los muchos años comprándoles el queso,  y estoy segura que no serían los únicos, eran tiempos difíciles, para poder sacar unos pocos dineros. 

                     

Como digo la gente no se acobardaba por tener que subir andando a la feria, de hecho era mas el público que subía andando que el que transportaban aquellos viejos autobuses, solo hay que recordar los muchos acompañantes que desde primeras horas de la mañana trasladaban las cabañas de vacas que - unas por que sus dueños querían lucirlas en la feria - y otros por la necesidad de sacarles unos dineros, todos esperaban este día con mucha expectación.
Eso por no hablar de las numerosas personas, tanto de grupos familiares, como de los muchos romeros que se iban , sumando, y que se echaban a la carretera, por no tener que esperar a que los autobuses fuesen desalojando su carga de viajeros, y así dándose compañía unos y otros emprendían el camino esperando que en el trayecto pudiesen tener la suerte que alguno de estos autobuses parase para llevarlos, y si no era así pasito a pasito - como dice el refrán - se llega lejos.
Lo que si era también un espectáculo, en los pueblos de la ruta,  era ver pasar la riada de cabañas, de vacas, de autobuses , y de gentes andando por la carretera, -los coches eran un lujo que pocos se podían permitir. - Esto para los que por cualquier motivo, no tenían oportunidad de acudir a la feria, ya era en si la mejor de las distracciones, y no era raro el comentario, de que en casa ya lo habían dejado todo hecho, para poder contemplar ese desfile desde primeras horas de la mañana.   
 
La llegada al "Prao Socollu" nunca defraudaba, el bullicio de los muchos feriantes, que con sus puestos llenos de vituallas y colorido, eran una gran tentación para los muchos parroquianos,- sobre todo los críos- que nos colocábamos alrededor de aquellos puestos con sus exposiciones de juguetes, y nos quedábamos eclipsados contemplando, todo aquel batiburrillo de caballitos , muñecos , trompetas de brillantes colores "cochucos" que incluso tocaban la bocina, silbatos, globos de muchos colores.... un sin fin de chucherias que, a los críos de aquellos años, que solo nos compraban algún juguete en la fecha de los Reyes Mágos, nos mantenía apalancados alrededor de aquellos puestos, en la que la sola contemplación de aquellas "maravillas" ya nos dábamos por contentos. Aunque cierto es que yo siempre recuerdo que algo caía, fuese por que alguno de la familia nos daba unas pesetas, o por que nuestros padres se estiraban un poco ( dado el día que era) en la feria de San Miguel no nos faltaba a mi, y a mis hermanas alguna de aquellas alegres chucherias, aunque para nosotras la mayor alegría, era poder acudir a la feria con toda nuestra familia. 

Lo que no es comparable con aquellos años, son los muchos comerciantes que ahora exponen sus mercancías, en unas interminables hileras de puestos, con todo lo que de ventas se pueda uno imaginar, ropa, calzado, embutidos  repostería,  artesanías de lo mas variado, de productos típicos de la época , cebollas, ajos, castañas, avellanas, manzanas....Estos Últimos son los que ya se comerciaban toda la vida, pero ahora inclusa parezca que se han potenciado y aumentado.  El primer recuerdo que tengo de lo escuchado en aquellas charlas familiares, fue que con apenas medio año, mi abuela se empeñó en llevarme a San Miguel, muy bien acomodada en una cesta, me imagino que sería de aquellas cestas grandes con las que en el verano se llevaba la comida a los prados altos de los invernales, yo no sería muy voluminosa pero me hago una idea de la ilusión que a mi abuela le tendría que hacer mostrar a su primera nieta a todos los conocidos ( que no eran pocos,  pues tengo entendido que años antes, mis abuelos, tuvieron un puesto donde se daban comidas,) y con muchos de ellos que se encontraría por allá,  esto no sería muy de extrañar por que todos los que conocieron a mis abuelos,- y sobre todo a mi abuela  Luisa,- saben de lo muy animosa que era en acudir con toda la familia a estas romerías. El Cristo de Bielva era otra de las citas obligadas de toda mi familia, a la cual, al igual que a esta de la feria de San Miguel, acudían siempre con las cestas de la comida, como otros muchos cientos de romeros, para los que estos señalados días eran casi un deber, y en el caso del Santo Cristo de Bielva, además era una tradición religiosa.
De aquella feria de San Miguel de hace tantos años, tengo un recuerdo muy grabado, y era el de aquellas balanceantes "barcas" que con un fuerte impulso, se elevaban hacia arriba a una mas que respetable altura, para dejarse caer con gran fuerza y nuevamente seguir elevándose hacia arriba, provocando los excitados gritos que el vértigo de aquellas alturas provocaban,  en quienes ocupasen las cuatro plazas de quienes se subían en ellas. Cualquiera que viviese aquel juego en los años que estoy recordando, tendrá en su memoria aquellos gritos, mezcla de miedo y de diversión, y también como algunos de los comentarios, señalaban que las faldas de las muchachas dejaban al descubierto bastante mas de las piernas de lo que ellas querían enseñar.
Son recuerdos, y retazos de la vida, de unos años en lo que todo se vivía con mucha ilusión, quizás en lo que no han cambiado tanto los tiempos, es en el entusiasmo que todavía se vive con respecto al tema del ganado. Cierto es que hoy las facilidades para su traslado a la feria, para aquellos que quieren abreviar el camino, tienen en los camiones de ganados una mejor forma de evitarse las caminatas. Sin embargo las tradiciones siguen muy vivas en nuestra feria de San Miguel, y a los muchos admiradores de nuestras cabañas ( sobre todo y ante todo de las tudancas) todavía les  llena el alma de emoción, cuando este animal mítico, pasa con toda la nobleza y el señorío  que le da el ser una raza única.  

Por lo demás la feria sigue siendo el gran mercado donde las transaciones de todo tipo se dan cita.  Aquí lo mismo se puede comprar o vender una vaca, unas becerras o becerros, como un lote de ganado caballar, o por separado, como también un buen rebaño de cabras o de ovejas.... todo es canjeable... o no:   también los ganaderos aunque no piensen en ventas , llevan sus cabañas, con gran orgullo para que sean contempladas,   las cuales no hace mucho han bajado de los altos puertos muy lucidas, algo que después de verlas dándose el paseillo por las carreteras que las acercan al prao, compensa a estos animales del encierro que les espera durante los largos meses invernales, los hermosos mastines que las acompañan luciendo esos collares de puntiagudas púas, también participan en gran medida de esa exposición de nuestras vacas tudancas.
Los premios que desde hace relativamente pocos años se conceden a los ganaderos, pueden ser un aliciente para que estas costumbres no se pierdan, sin embargo son muchos los que piensan que la autenticidad de nuestra mejor feria de ganado de toda la comarca desde hace muchísimos años no necesitó nunca de estas compensaciones para ser muy autentica, y yo creo que las opiniones son libres, si no fuese por esas compensaciones la feria ya se habría perdido.... no lo sabremos,  pues mejor no hacer experimentos, con o sin premios,  lo importante es que se sigan conservando lo mejor de nuestras tradiciones.
Y como todo evoluciona en nuestra feria también las costumbres son diferentes, desde hace unos cuantos años, el arrastre de la tarde por parejas de bueyes, y de seleccionadas vacas, atraen  también numeroso público, amante de este espectáculo, que por supuesto también tiene sus premios. Para finalizar con los conciertos y demás atracciones con los que se pone un broche de oro a una feria que siendo de ganados , no le falta de nada.
                    Pues nada mas, solo esperar que la feria halla sido todo lo entretenida que se espera de esta tradicional ocasión, y desearles a todos que los muchos siguientes años que esperemos poder celebrarla, nos volvamos a encontrar en ella.
                                   Un saludo, de MARI  PÉREZ.  DE  CELIS
             
           He querido incluir al final de este reportaje, las fotos que por no disponer de mas espacio dentro del artículo, merecen la pena ser contempladas, esto puede ser como un recopilatorio que pasado el tiempo nos traerá los mejores recuerdos de nuestra mejor feria de la comarca, nuestra feria de San Miguel.