RELATO DE LA HISTORIA DEL
GATO "ESQUILO" UNA SIMPÁTICA
HISTORIA CONTADA POR LA PERSONA QUE LA VIVIÓ.
YO AQUÍ CUENTO SU RELATO POR PROPIA
PETICIÓN.
RELATO DE EL VECINO "MAYUCU"
Estuve unos cuantos días en
Celis, concretamente los cuatro primeros días del pasado abril. Al segundo día
por la mañana, cuando me disponía a cavar un trozo de terreno de la huerta para
sembrar patatas, me doy cuenta que en un rincón sobre el cemento frío había un
gato retorciéndose de dolor sobre la comida vomitada, creo que había
pasado allí toda la noche, según el sobeo
del suelo, el gato había comido comida envenenada, quizás como alguien me dijo
después, algún preparado para envenenar caracoles, pues suelen comerse las
berzas frescas en los huertos, y este gato posiblemente se adelantó a los
caracoles y se comió el preparado envenenado, pues ya.. otros gatos del pueblo
habían muerto también envenenados.
Con guantes de cuero, retiro el
gato del rincón frío y lo coloqué sobre un trozo de manta al sol. Olga, mi
mujer, me decía que el gato se moría pues apenas abría ya los ojos, casi la
misma impresión que yo tenía. Rapidamente
voy a casa de Julia (una de mis vecinas) y le pido un poco de leche de la vaca
que acababan de ordeñar, para dársela al gato a punto de morir. Me la dio en un
pequeño cazo, después de darle las gracias, con un pequeño embudo se la hice
tragar al gato y, seguidamente lo envolví en el trozo de manta y a esperar.
Seguí cavando el trozo de huerta
dedicado a las patatas sin perder de vista el envoltorio donde se hallaba el
gato, que por cierto, como no sabía como se llamaba, lo bauticé con el nombre de un antiguo griego
" Esquilo" (padre de la
tragedia, justo en la que el gato se
encontraba en aquél momento) en prevención a que el gato se muriera y se fuera
al "Paraiso" sin bautizar.
Julia y Mariuca vinieron a verle
aquella mañana, ¡¡Se muere!! me dijeron, "como les ocurrió a otros gatos
envenenados anteriormente"
A medio día ya tuve la impresión
que el gato " Esquilo, se moría, apenas si respiraba ni habría los ojos. Y
como no quería que Esquilo se muriera, fui a pedirle mas leche a otra vecina,
Gema, me la facilitó embasada en cartón,
cosa que puse en duda de que fuese tan efectiva contra el veneno como la leche
recién ordeñada, se la hice tragar a Esquilo, pero ya con pocas esperanzas.
Seguí cavando la parcela pues estaba buen día de sol y la tierra "
ennoblecida" para al otro día sembrar las patatas. A las cinco de la tarde
me pareció que Esquilo abría los ojos. Salí de nuevo a casa de Julia a pedirle
mas leche de vaca. Si hijo me la facilitó en abundancia en el cazo anterior. La
calenté a la temperatura apropiada y de nuevo una parte se la hice tragar a
Esquilo con el pequeño embudo y lo envolví de nuevo en el trozo de manta.
Poco a poco, paulatinamente
Esquilo iba recuperando el pulso y la respiración, y mi esperanza de que
viviera iba creciendo. Ya casi de noche le hice tragar el resto de la leche de
vaca y lo metí en una caja de cartón mullida, con laterales de un metro de
alto, con el fin de que no se saliera de ella. A esto llegó Mary con una
pequeña manta para tapar a Esquilo. La caja de cartón con Esquilo dentro la
coloqué en el cuarto de la calefacción junto a la caldera para que por la noche
no pasase frío. // Aquello de meterlo en aquella caja con laterales tan altos,
no pareció muy del agrado de Esquilo, pues intentó varias veces incorporarse y
saltar fuera, pero sus patas carecían de fuerza para saltar sobre aquella
altura. En un momento me preocupó dejar a Esquilo a oscuras en dicho cuarto,
solo con la luz de la luciérnaga de la caldera, pero me vino a la memoría que los
gatos ven parecido al hombre con luz diurna, pero por la noche mejora su
agudeza hasta seis veces mas. Sus ojos grandes, con visión binocular, y una
buena percepción de los colores, se adaptan a la oscuridad repentinamente
gracias a la rápida reacción de los músculos del iris, que controlan el
diámetro de la pupila. Una vez resuelto este dilema decidí dejar a Esquilo solo
con la luz de la luciérnaga.
A la mañana siguiente, pronto y
presto abro la puerta del cuarto de la calefacción, y una sombra parda sale
rauda del cuarto a la calle. Era Esquilo, que traspuso camino del barrio de la
Campa a mayor velocidad que el rayo, sin despedirse de mi, ni darme las gracias
por todos los esfuerzos que hice el día anterior para salvarle la vida. Yo que esperaba darle al menos el desayuno,
me dejó plantado de esa manera. Si Esquilo tiene dueño, seguro que ese dueño es
un desaprensivo por no haber educado a Esquilo en debida forma. ¡¡Que Dios le
perdone!!.
HASTA AQUÍ EL RELATO DE SOLIDARIDAD DE MAYUCU, PARA CON UN GATO DESAGRADECIDO.
ALGO DE
ESO HAY POR EL MUNDO.
MARY PÉREZ. DE CELIS
Dar pan a perro( en este caso gato) ajeno, perder pan y perder perro (gato en el caso qué nos ocupa)
ResponderEliminarPues el gato Esquilo fué un desagradecido se marchò sin dar las gracias
ResponderEliminarPues el gato Esquilo fué un desagradecido,se marchò sin dar las gracias
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