domingo, 29 de marzo de 2015

Seres Irrepetibles






Cuando hace un tiempo colaboré en la publicación "La voz del Besaya" , tuve la suerte de que mis artìculos tuvieron muy buena aceptación entre los lectores de este periódico. Por motivos que no vienen al caso, estos artículos se dejaron de publicar. Sin embargo y dado como digo la buena aceptación, de dichos escritos, creo que será buena idea la reedición de algunos de estos, en la página del blog que he creado en internet, pues visto los muchos lectores que la siguen, seguro que habrá algunos a los que su lectura, les traerá muchos recuerdos. Y si por todo lo que recabo en mi blog, le he puesto como título " Las Historias de mi Valle," en la lectura de estos artículos, van a encontrar sin duda ninguna muchos recuerdos de las historias de nuestros valles. 

Pues bien empezaré con uno, en el que estos "seres irrepetibles" trajeron muchos de esos recuerdos.


 SERES IRREPETIBLES.



 En todos los pueblos aunque nos remontemos a los tiempos mas lejanos, hemos conocido, o nos han contado hechos y anécdotas de las gentes que vivieron entre nosotros. Todos ellos de una forma o de otra han pasado las  barreras de la memoria y siguen entre nosotros, surgen, surgen en cualquier conversación o en referencias a dichos o hechos, por lo que a pesar de los muchos años que hace que se fueron de nuestras vidas, esos hechos y esas anécdotas, esas vivencias que nos transmitieron hacen que no los olvidemos.
La mayoría de estos seres irrepetibles yo , que ya cuento mis años, no los llegué a conocer, o en algunos casos aunque así fuera su memoria física se me ha ido difuminando en el tiempo, sin embargo están en la memoria popular, se sigue hablando de ellos, sus familias siguen caminando entre nosotros, y casi todos ellos tienen una genética que nos los recuerda, o se los recuerda a las personas mas mayores que los conocieron y los trataron, y sea por su físico por o por su forma de ser siempre dicen aquello de..-Cada día te pareces mas a tu abuelo, o a tu padre, o a cualquiera que halla formado parte de la saga familiar, y como digo seguro que conservaran en el recuerdo muchos dichos con los que  amenizaron, o todavía amenizan cualquier conversación, esto es cierto pero cada vez menos, pues los mas jóvenes no tienen ningún interés en estas remembranzas, y es una pena  pues se pierden muchas cosas por el camino, es como cuando se contemplan en algunas casas esas fotos que el paso de los años hace decadentes, pero que cuando las contemplamos, solemos preguntar ¿Y esos quienes eran?..Se nos responde por la persona preguntada, y que dado el caso puede ser que pase con mucho de los ochenta años,  Pues mira esas que están detrás eran mi madre y mi tía, el que está delante sentado era mi padre, y esa cría que tiene sentada en las rodillas soy yo. Si esta persona que nos muestra las fotos es ya largamente octogenaria, no nos hace falta  echar muchas cuentas para preguntarnos donde estarán los huesos de aquellos que la acompañaron en las fotos.
Hoy día esas fotos y esos cuadros que durante tantos años decoraron las paredes de los comedores de nuestros padres y nuestros abuelos en la mayoría de los casos habrán pasado al baúl de los recuerdos, y esto es un decir, pues lo mas seguro habrán ido a parar ni se sabe donde, quizás la polilla habrá acabado con ellos en algún rincón olvidado de cualquier desván o trastero, o tal vez algo mucho mas doloroso, metidos en un saco en algún vertedero.



Pero para que este aldabonazo no suene tan duro en nuestras conciencias, vamos a creer sin embargo que esas personas mayores que nostálgicamente siguen conservando esas fotos del recuerdo, son las que nunca se desprenderán de ellas, y son las que guardan en su memoria esos dichos y esas anécdotas que vivieron junto a ellos. Por ejemplo, a mi me gusta sentarme un rato después de comer a tomarme el café o alguna tisana que también me gustan, debajo del balcón de mi casa  y escuchar las cosas que recuerdan estas vecinas mayores, y que van llegando unas por un camino y otras por otros para pasar un rato de charlas sentadas en el vejo banco, como digo debajo del balcón de mi casa, a veces tengo que espabilarme, pues dependiendo de que el tiempo esté soleado estas buenas piezas se me colocan en el alargado cojín que les pongo en el banco, y cualquiera les dice que yo quiero sentarme,-Anda tráete una silla o un ´´tajucu`` ¡y si no haber andado mas lista¡.
Pues bien, de Carmina la de la Llosa (la rojita), de Lines la de el Estanco, de Angelita la de Polo, o de cualquier otra de estas asiduas visitantes que vienen, -según ellas,- ha hacerme un rato de compañía, (la mayoría de las veces tengo que dejar algún quehacer para que el rato de compañía se lo tenga que hacer yo a ellas), son de quienes mas he aprendido de las historias de nuestro pueblo y de sus gentes, y de lo que no me cabe ninguna duda es de que si éste reportaje que estoy escribiendo tiene algún mérito solo se lo deberé a las muchas vivencias y recuerdos que éstas enciclopedias de la vida me cuentan, o que yo les escucho hablar entre ellas, pues de la mayoría de esas situaciones que ellas recuerdan son para mi una fuente del saber popular, y lo cierto es que todo lo que he aprendido y lo que me he reído con ellas no tiene, precio, también creo que para sus memorias todos esos recuerdos que afloran en sus conversaciones, son un bien muy necesario



 -¿Reacuerdas cuando las de la Torre nos dejaban abierta la portilla  para que  nos coláramos en la huerta y poder cojérle las peras a Don Fausto?- Si ja, ja, ja, fue aquella noche que Pili tropezó y se cayó todo lo larga que era en el regato de los orines,¡buena se puso era mucha peste¡-…Las que le abrieron la portilla del huerto eran otras buenas piezas parecidas pero es que además eran las sobrinas de aquel a quien iban a asaltar el peral, o sea que las cómplices estaban dentro de la misma familia. ¿Y de la tarde de la magosta en la ´´llana``de Rosecu? si fue cuando después de comernos las castañas Cuca se trajo la sartén arrastrando, bien nos ´´pasamos`` con el anís aquella tarde, si pero cómo nos lo pasábamos,   
De algunos de estos personajes que todos guardamos en nuestros  recuerdos son sobre todo aquellos de nuestros años escolares, son aquellos vecinos que vivían cerca de las escuelas, y a los que en muchos casos volvíamos locos con nuestros juegos y nuestros alborotos, pero que llegamos a tenerlos como algo nuestro, tal vez por que en muchos casos un rebaño de mas de cuarenta críos y otros tantas de crías entre las dos escuelas del pueblo, los teníamos que tener hasta la coronilla, en otros momentos también los entreteníamos, todos ellos eran gente mayor, o al menos desde nuestra edad de escolares así nos lo parecían, y nuestros jugos les hacían asomarse a aquellas ventanucas o miradores a los que a veces se asomaban y se quedaban mirándonos como jugábamos, tal vez recordando al ver aquella energía de nuestros juegos su  pasada niñez tan breve, pues todos ellos seguramente tuvieron que ayudar en las tareas de sus casas desde una muy temprana edad, ¡-Quien no recuerda a ´´Candiducu,`` con su pequeña estatura y su cara de niño viejo, con aquella voz de flauta llamándonos ´´pajeras,`` asomado al pequeño mirador de su casa. O a su hermana Teresuca con aquellas faldas largas y oscuras y el sempiterno delantal, o el pañuelo atado debajo de su barbilla. ¡Y quien no recuerda a Margarita y al Mozón, siempre malhumorados y que nos tiraban con cualquier cosa que tuviesen desde el balcón de su casa para espantarnos, como si de un perro o un gato se tratase, lo malo era que en la mayoría de los casos aquello con lo que nos tiraban solían acertar de lleno. Otros vecinos de la escuela  que siempre recordaré eran Loina sentada en su silla en el pequeño balcón de su casa, con aquel movimiento de ´´perlesía`` en sus manos y en su cabeza, y que la acompañó en los últimos años de su vida.


 




 O la mala leche del tío Joseíto, su marido al que no nos acercábamos ni de lejos por si nos soltaba alguna bronca o algún ´´meneo`` que también se podía dar el caso.  Desde luego ay que entender a ésta gente, sobre todo desde la edad que ahora tenemos, lo muy trabajado de sus vidas, los muchos niños que habíamos en los pueblos en aquellos años y que entre los que acudíamos a las escuelas seriamos sin duda alguna el ´´mejór de cada casa, el aguantar día a día los juegos y los gritos de tantos chavales alborotando el barrio no seria poca cruz, pero la escuela estaba allí y nosotros en el recreo no teníamos mas que hacer que jugar y alborotar, todo lo demás era circunstancial   
Volviendo a  los dichos de nuestra gente, han pasado todos ellos a través de los años, y con  los recuerdos surgen los dichos, pues las personas que nos los han transmitido no los han olvidado, muy a menudo escuchamos en nuestras casas aquello de…como decía el tío tal… o, ¿te acuerdas de las ocurrencias de… En este caso se podían contar un buen número de ´´Marias``tales como Marimolinu, Mariforo, Marigaspar, Maricandida Marilinares… Y si no eran ´´Marialgo`` eran de algo como, Adela la de San Roque, Ción la de el Cortijo Josefa la de Toñu, Mariuca la de Aurelio Juliuca la de Encio Amparo la del tío  Julio… Las Marias eran así, todo seguido, como si de unos apellidos se tratase, o mas justo será decir que son así,  pues a la mayoría  así se las sigue llamando. Todas ellas y muchas mas nos dejaron recuerdos de aquella forma tan peculiar de decir las cosas, y aunque muchas de ellas ya hace muchos años que nos dejaron para siempre, no así sus expresiones ni su forma de ser, por ejemplo a ´´Marimolinu``la recordamos siempre con algún ´´coloño`` de ´´tarmaos`` o  ´´escajos``o con algún saco de castañas a la cabeza y con aquella manera de hablar en la que a veces le sobraban las palabras, o a su hijo Joseón con el que necesitaríamos un traductor para poder entender lo que nos decía. De Mariforo lo que mas recordamos de ella era verla apoyada en la portilla del huerto de Cion la de el Cortijo, mirando como bailaban las muchachas en el Portalón de Jesús el Pasiego, y fijándose bien en todos los detalles para al día siguiente preguntar quienes eran los muchachos que bailaban con ellas, de donde eran, o quien era aquel que parecía que bailaba mas bailes con una sola que con las demás, lo normal vaya, un entretenimiento como otro cualquiera, ella lo que quería era enterarse de algo, esto no era nada  malo, en realidad el único entretenimiento que los domingos por la tarde tenían muchas mujeres de mediana edad era contemplar desde el portal del Pasiego como se divertían bailando o ligando con algún muchacho llegado de otros pueblos con las muchachas del baile, quien se lo podría reprochar eran años en los que había pocos entretenimientos para un día festivo, y desde luego el baile del Portalón era de lo mas entretenido.



Lines la de el Estanco cuenta como una tarde ya anochecido, estaba su madre entretenida en un apartado de la cocina, y acababa de cocer una caldera de boronas, eran por los meses de Noviembre o Diciembre, no recuerda bien pero por esas fechas se hacía la matanza, pues bien sigue contando Lines- como mi madre estaba tan ensimismada tardó en darse cuenta de que tenia dos personas en la cocina, al darse cuenta de que eran Pepe Rubin y Mingo el de Celucos, personas bien recividas en la casa les dijo que se sentaran a comer un borono de los que acababa de cocer, No te preocupes Ginia que ya lo sacamos nosotros y nos lo acabamos de comer,- Por otra parte me cuentan, quién no ha escuchado alguna vez las ocurrencias del tío Nelín de Riclones, de quien se solía decir que parecía que se las estaban escribiendo, como cuando le decia a su hija ´´Maripozu``cuando ésta iba a las romerías – ten ´´cuidau,`` que ´´pa`` esas cerraduras valen ´´toas`` las llaves.- O aquel  ¡San Dios¡ tan expresivo con el que solía empezar o acabar sus ocurrencias, como cuando le preguntó a un chavaluco que si había visto a ´´las sus ovejas`` el muchacho le contestó –si ahí arriba están  encima de unos castañares, a lo que el bueno de Nelín le contestó, ¡San Dios ¿en las cogollas?.
Pero si de algunas de estas gentes irrepetibles han sido recordadas por sus ocurrencias estas fueron la tia Vitorina y Ángeles su hija, esta la recuerdo mucho mas, (no así a su madre) por ser yo fija desde que era una cría en su casa e inseparable de su nieta con la que me ha unido desde siempre una cordial amistad, Ángeles a la que todos conocíamos como la ´´Piculina`` era una mujer enérgica y muy alabarientada por todo, trabajadora del campo de sol a sol, adicta al café en cuya cocina jamás faltaba aquel puchero renegrido del que nunca se vaciaban todos los ´´posos``pues ella decía que el café tiene que tener sabor en el fondo, y lo cierto era que el café tenia que ser bueno, pues todavía hoy recuerdo el olor del café de puchero de Ángeles.
En el pueblo por entonces en la mayoría de las casas se criaban abejas pues a la miel se la consideraba como un bien medicinal, y en casa de Ángeles había alguna que otra colmena, si se daba el caso de que las abejas se salieran de la colmena Ángeles se colgaba del cuello uno de los campanos mas sonoros de su casa (que no había pocos) y recorría todo el pueblo tras ellas hasta conseguir reunirlas para volverlas a su colmena. Nunca fui capaz de descifrar por que aquel sonido reunía a las abejas pero lo cierto era que Ángeles no perdía nunca ningún enjambre. También se la recuerda por aquella forma de cantar tan retorneado, en las fiestas populares, y  sobre todo en las canciones de la Iglesia en las misas festivas, pues además de retornearlas Ángeles tenía muy buena voz. Eso y aquel, Ora, Ora, Ora, ¿Paéte? Eran sus mejores señas de identidad, y con las que solía amenizar cualquier conversación.




 Sin embargo por lo que tengo oído, si alguien podía superar en dichos ocurrentes a Ángeles la ´´Piculina`` esa era, según tengo entendido, su madre, la tía Vitorina. Era esta una de las mas populares del pueblo por su forma sencilla y ocurrente de expresarse yo como digo no la llegué a conocer, pero si de alguien se recuerdan referencias de su manera de ser  esa era la tía Vitorina.  Ángeles convivió toda su vida con su madre, las dos eran viudas pues Ángeles enviudó joven, por lo cual los hijos de Ángeles los crió prácticamente su abuela Vitorina, y de los dichos con los que la tía Vitorina amenizaba la niñez de sus nietos se podría escribir un buen diario. Estos fueron creciendo pero las anécdotas que con ellos vivió son temas que todavía se recuerdan. Aunque todo esto que fue la vida de nuestro pueblo se está perdiendo, pues las personas que nos relatan esas vivencias son muy mayores, o lo que es peor, nos van faltando, yo procuro recopilar todo lo que puedo de ellas, y aunque comprendo que a mucha gente le pueda recordar a cosas trasnochadas para mi son la historia de nuestro pueblo, son como esas viejas Iglesias que se van derrumbando por el paso de los años, y que cuando alguien decide restaurarlas se procura darles el mismo esplendor que en su día tuvieron, y así su recuerdo no se nos olvidará nunca, por eso yo agradezco a quienes me recuerdan esas  vivencias pues quienes las lean las podrán valorar en su justa medida.


Así por ejemplo de  la tía Vitorina se recuerda lo preocupada que estaba un día por la indigestión de su nieto y ella lo comentaba  así,-Llegó ´´el mi Pito`` con mas hambre que ´´el perru de un señoritu`` y como es un ´´burru blancu``se comió cuatro tortas al ´´rabion`` y ahora no hace mas que ´´quejase`` ¡Ay Vita que malu estoy.¡ Pito era su nieto  pequeño, y es de él y de su abuela de quien mas anécdotas se recuerdan, pues de su otro nieto,  Esteban solía decir-que era mas ´´pinchu-`` mas presumido, para que nos entendamos, En otra ocasión ya mozos, Vitorina contaba lo que le pasó a su nieto en una romería de la comarca, Fue ´´el mi Pito`` al Cristo a Bielva y le robaron la bicicleta, cuando la encontró le habían ´´rotu`` el ´´maniquí`` y le habían ´´robau`` el ´´soplon.``Creo que a la buena de tía Vitorina no le hacen falta traductores, todos entendemos lo que nos quería decir.  Pues nada mas por ahora, aunque en el recuerdo se quedan muchas, muchísimas mas cosas de esos seres irrepetibles, a los que con el tiempo les daré otro repaso, yo solo agradezco el espacio que me conceden en nuestro periódico para poder contarlos y como se que estos relatos tienen muy buena acogida, en alguna otra ocasión recopilaré algunos mas. 


                                                                                                                                                    
                                                                                                                                                
                                                                                     FIN.
                                        Mary  Pérez de Celis.

domingo, 22 de marzo de 2015

JULIO, LA HISTORIA DE UN ARTESANO






Hola amigos. Hoy le quiero dedicar mi artículo a Julio Varela. Julio es la discreción en persona, tu te lo puedes encontrar muchas veces, o pocas al cavo del día, pero siempre te lo encontraras, con algún menester entre manos, sin embargo hasta hace relativamente poco, yo no tenía constancia de que este muchacho callado y tranquilo, además de cumplir con un trabajo, como todo hijo de vecino, (si es que hay trabajo, que esa es otra,) podía tener una habilidad tan pasmosa, para el labrado de la madera. Julio nunca fue a ninguna escuela, ni a ningún taller de aprendizaje, lo que sabe es solo ideado por su imaginación, sin embargo, de sus manos lo mismo sale un sillón, tan magnífico como un trono, que unas tablas para perchas con detalles de cordones, hojas de roble, círculos de estrellas…También entre sus maravillosas tallas se pueden encontrar, cornucopias cabezas de ciervos, de aves, de caballos…

Los arcones que salen de sus manos son una pura filigrana de detalles, desde las Estelas cántabras, pasando por los remates de sus acabados, con cientos de pasadas por unas maderas, en las que sus vetas pulidas sin descanso, destacan  como si fuesen de cristal.
Los bancos los encontramos de todos los modelos y tamaños, desde el mas elaborado para una entrada de casa, pasando por el siempre renovado escabel, el de asiento arconero, los de respaldo de cabecero…todos ellos  formando la madera el mas puro  encaje, tales son las finuras de sus dibujos.
 Los entrañables “tajucos” tan necesarios, y que nos recuerdan los pequeños bancos, que siempre vimos en los laterales de aquellas   chimeneas de las cocinas de nuestros abuelos. Julio siente un gran respeto por la madera, por eso mismo nunca desperdicia nada de ella,  los trozos mas pequeños, los aprovecha para hacer con ellos unos preciosos saleros con su tapa giratoria, en los cuales son muy destacables su gusto por el pequeño detalle, también el aprovechamiento que hace de troncos de madera retorcidos, duros como la piedra, pero que el sabe sacarle de entre sus atormentados nudos todo el ingenio que su imaginación le dicta.




 Los trabajos en madera de Julio, solo se comprende por que este, va acompañado de toda la  dedicación, que le deja su tiempo libre, son artesanías que no se miden en tiempo, son esa raigambre que de vez en cuando, brota en una persona joven a la que el gusto, el respeto por una tradición que siempre vimos en las casas de nuestros mayores, en las que todo se realizaba con dedicación y trabajo, saca a flote lo que los genes de esos antepasados nos dejaron como herencia. Seguramente, el de Julio no sea un caso aislado, muchos jóvenes solo con proponérselo, desarrollarían  habilidades que ni siquiera saben que las tienen, lo que pasa es que, para cualquier tarea en esta vida, además de esa habilidad se tiene que contar con mucha paciencia, y mucho amor propio para sacarlas adelante, todos  tenemos en la memoria a personas por  lo mucho que trabajaron, y cómo con dedicación y mucho ingenio, con pequeñas herramientas que, en  su mayoría, fabricaban ellos mismos, mantuvieron  a sus familias, y también por que con ello, supieron inculcarle esa responsabilidad por el trabajo bien hecho a sus hijos.


jueves, 12 de marzo de 2015

CAMINO Y COMPAÑERISMO


Fue hace tres años por las fechas navideñas, cuando entre varias compañeras decidimos que, dadas las muchas necesidades, que tenían los comedores sociales, sería buena idea, hacer algo, para ayudar en lo posible a remediar estas carencias.



 
Para ello tuvimos la idea de hacer una rifa de una  cesta solidaría, que como ya muchos sabéis ha tenido muy buena acogida. Para llenar esta cesta hemos pedido la ayuda de toda la gente de buena voluntad que fuesen dejando en ella todo aquello que, a la persona que le tocase, le pudiese hacer mucha ilusión. La cesta por algo la llamamos solidaria, pues cada una de las aportaciones que se hicieron, tuvieron todo el valor de saber que era para una causa muy necesaria, además este año la colaboración de muchas mas compañeras, que se ofrecieron para ayudar a la venta de los talonarios, nos motivó a seguir adelante, pues lo cierto es que así como en el llenado de la cesta y en la compra de las rifas, fue de una gran generosidad, lo de ir de puerta en puerta….como que no se acababan de decidir, y no se lo reprochamos, por que después de llevar unos años, parece  que te acostumbras, pero no deja de ser un poco violento, al fin y al cabo en los pueblos de la Pedanía,- Celis, Celucos, y Riclones, así como los barrios que lo componen,- nos conocemos, y todos tenemos bastante trato, pero no tenemos la misma confianza en todos los demás de nuestro entorno, y que conste que fueron muchos los que recorrimos durante bastantes días, por ello el que este año nos acompañasen otras amigas nos motivó mucho más.

Pues bien tampoco en esta ocasión nos han fallado las expectativas, ni tampoco han faltado situaciones para el recuerdo. Lo primero, que la venta de las rifas no se hizo esperar, también  en esta ocasión la generosidad de la gente no dejó de sorprendernos, la acogida no pudo ser mejor, bien es cierto que Don Rolando había exhortado a los feligreses de los pueblos a su cargo, a que nos ayudasen en lo posible, pero también es cierto que la gente esta muy concienciada de que situaciones de necesidad, las podemos tener todos cuando menos lo pensemos. Así con buen talante, y después de haber hecho el recorrido de las ventas más cercanas, emprendimos con buen ánimo el camino por los pueblos de nuestro entorno. Este año por ser mayor la ayuda, al sumarse estas compañeras, eran necesarios dos coches para los desplazamientos, así que entre Mari Mar y yo misma, nos repartimos para el traslado a dichos pueblos, nada mas entrar en los coches,  Mari Mar ya metida en el suyo, nos comentó que su marido,- al que no había visto desde la mañana, cuando éste salió al trabajo,- le hizo este comentario.- ¡Bueno que te vaya bien por que ahora hasta navidad no te veo el pelo.!-  Esto, claro está, era una broma, pero que también da una pequeña idea de que si algo de esto se consigue, no deja de tener su parte sacrificada, y en esto tengo el sentimiento de  valorar el tiempo de estas compañeras, las cuales a pesar de tener obligaciones que cumplir en su casa, no dudaron en dejar de lado durante unas cuantas horas, de unos cuantos días,  un tiempo a esas obligaciones, para echar una mano.

Así como en los años anteriores el frío, nos acompañó, constantemente, este año la que no nos dio tregua fue el agua, un agua pertinaz y molesta, que nos empapaba casi sin darnos cuenta, que se nos colaba en nuestras botas humedeciéndonos nos pies. Aquí no puedo por menos que hacer un gran reconocimiento a Pilar, nuestra veterana, y si ninguna de nosotras somos niñas, lo de Pilar tiene doble mérito, sobre todo por su energía y su entusiasmo. Lo cierto es que de casa, todas salíamos con buen ánimo, pero también reconocíamos que por la noche, cuando volvíamos a ellas, agradecíamos su calor tan acogedor.

El primer pueblo al que acudimos fue Cabanzón, en años anteriores no habíamos estado en el. Este pueblo, como la mayoría de nuestros pueblos rurales, se están quedando sin gente, Cabanzón es un gran pueblo, en el que fuimos muy bien recibidas, sin embargo según íbamos encontrando vacías muchas de sus casas, nos acometió el mismo sentimiento de años anteriores, ¡¡que vacíos se quedan nuestros pueblos!!

Así y todo el recorrido nos llevó mucho rato, pues aunque en gente estaba escaso, no deja de ser un pueblo muy grande. Algo que comprobamos en este pueblo, es que la mayoría de sus casas tienen muy buenas fincas, o jardines a su alrededor, la plaza de la Iglesia es muy bonita, muy cercana al  Restaurante de Loli, y Quinto, donde fuimos muy bien recibidas por esta, y Sonia su hermana, que no nos dejo marchar sin que tomásemos unos cafés, ¿Cómo tira el pueblo eh?


Desde Cabanzón nos llegamos a Otero, recordando que en este pueblo había tocado la cesta el año anterior, este recorrido ya lo hicimos de noche, hay que tener en cuenta que a pesar de salir de casa nada mas comer el último bocado, las tardes son muy cortas, y si a esto añadimos que también la cháchara nos podía en algunas ocasiones… al día siguiente visitamos Camijanes, pueblo del que tampoco podemos quejarnos, en el barrio de arriba, nos recibió Teresa, ¡Que mujer! Noventa y tantos, animosa, simpática, ocurrente, una medicina viviente para el decaimiento, nos enseñó su loro, que nos dijo que hablaba, pero al que no fuimos capaces de sacarle ni una palabra, - y mira que Pilar lo intentó, como le decía Angelita, ¡pues si tu no le haces hablar…! Teresa además de comprarnos sus correspondientes rifas, nos indicó donde vivían sus hijos, ¡¡ir allá, ir allá! nos decía, que se sacudan el “bolsillu”. Ni que decir que con pena tuvimos que dejar a la buena de Teresa, acompañada de su loro, el cual apenas habíamos desaparecido de su vista, empezó una tremenda retahíla a voz en grito, no recuerdo cual de nosotras soltó… ¿Mira el muy cabr…como chilla ahora? ¡Y chillar era el, pues desde el barrio de enfrente, del que hay una buena distancia, todavía lo escuchamos pegando gritos. Camijanes también fue muy generoso, pero lo mismo que en Cabanzón, falta mucha gente.
 

















L






Luego fue Bielva, y aquí tuvimos mucha suerte encontramos mucha gente y vendimos mas de un talonario (cada talonario son 100 papeletas, y el reto era vender 20 talonarios, no es difícil sacar la cuenta), por ello les damos las gracias. En Bielva tuvimos oportunidad de visitar una casa a la que yo llamaría, la casa encantada. El sentimiento de perdida de tiempo en nuestro recorrido, no fue suficiente, como para no hacer un alto, ante la amabilidad de la dueña de esta casa, que toda ella es una maravilla.  Con un aire retro,  los preciosos cuadros que llenan sus paredes, sus porcelanas, sus figurillas, los muebles, con esa sensación de un tiempo pasado, pero muy conservado, (en las fotos que ilustran el artículo se pueden comprobar los detalles de esta maravillosa y trabajada  colección,)  aunque lo mejor es verla directamente.

Cades, otro pueblo solidario donde los halla, son personas con las que tenemos mucho trato, coincidimos en las excursiones parroquiales, y también por ser un pueblo minero como lo fue Celis durante tantos años, el compañerismo que siempre hubo entre los mineros de uno y otro pueblo no nos hace desconocidos. Aquí también como ya comenté el año pasado, se encuentra otra casa que ya desde el portal de la entrada, recopila como si de un pequeño museo se tratase, toda una colección de artesanías de lo mas variado, y siempre recreando en sus figuras las costumbres de lo vivido en nuestros pueblos labradores y ganaderos, es otro de los lugares que recomiendo que se le haga una visita.

 



Nos quedaba Rábago último pueblo del Ayuntamiento de Herrerías. Bueno para ser exactos en Rábago habíamos estado, creo que a la vuelta de Cades, pero se nos quedó Chari, una vecina que vive en el llano de la carretera,  como se nos había hecho un poco tarde, - y alguien comentó que se acostaba muy pronto,- decidimos volver el día que nos tocaba en Bielva. Así lo hicimos, con tan buena suerte que otros vecinos que normalmente no suelen estar, pudimos también colocarle alguna rifa, Aquí yo me despisté con el coche, siguiendo la carretera antigua, cuando mis amigas se empezaron a alborotar, diciéndome que a donde iba, yo tan convencida les contesté que a salir a la otra carretera, ¡¡¿por dónde piensas pasar, saltándote la pared?!! Con las veces que habré pasado por la carretera nueva, y todavía no me había enterado que la antigua no tiene salida.

Los talonarios se iban vendiendo, y la gente respondía muy bien, pero eran muchas papeletas, muchas casas andadas, pero poca gente en ellas en su  mayoría, el agua no nos dejaba en paz, y si queríamos sacar lo que nos habíamos propuesto, todavía nos quedaban muchos pueblos por andar, así que al otro día nos fuimos a Lamasón.  Quizas sea reiterativo lo del agua, pero es que el día que fuimos a Lamasón, calló la del diluvio, tal vez por eso en los pueblos de Sobrelapeña, y Quintanilla, (que fueron a los únicos que nos dio tiempo a recorrer,) encontramos bastantes vecinos, claro que con la tarde terrible de aguaceros que estaba, lo que mas escuchábamos era, ¡¡que  habíamos buscado el día!!  Se nos vino la noche pronto, aunque para ser exactos no había estado el día claro en ningún momento, para acabar de coronarlo, en el bar, donde entramos a vender alguna rifa, y tomar un café que, (en honor a la verdad) no nos estuvimos a tomar en las casas de las amigas que con mucho cariño nos lo ofrecieron, -para no entretenernos mas,- de  que había un desprendimiento en la carretera. Bueno era lo que nos faltaba, sin embargo nos avisaron,  que estaban unos familiares de los del bar, y que podríamos pasar, pues ellos nos indicarían el lugar del socavón, que por lo visto dejaba libre media carretera. Ese día, como éramos menos las compañeras que pudimos salir, nos las habíamos arreglado solo con mi coche, así que visto el problema en la carretera, salimos zumbando haber que pasaba. Lo que pasó fue que Protección Civil, que ya estaba en el lugar del desprendimiento, no nos dejó pasar, con lo cual para acabar de coronar el día, tuvimos que volvernos a casa por el Collao de Hozalba.  Que les voy yo a decir a toda la gente que ha tenido que pasar ese Collao, de noche cerrada, con aguaceros a los que el parabrisas no daba tiempo a barrer, y con una niebla que, mis compañeras fueron testigos, solo se intuía, mas que verse, la cinta de la carretera que quedaba justo al lado de mi ventanilla, ¡nada más! Llegamos al alto, yo no se cómo, Angelita solo decía- no la distraigáis, las felicitaciones, si llegamos a casa.- Y a casa llegamos, ¡no faltaba mas!

Después llegaría Carmona otro pueblo muy acogedor, y en el que Ricardita, como buena carmoniega, animó a sus vecinos a que fueran generosos. Carmoniega, si, pero con tantos años viviendo en Celis, la pondríamos en un compromiso, si la diéramos a elegir, mejor que no lo hagamos, por cierto, donde andaría este año el “ricu pudriu” del año pasado.

En Obeso y Pedreo, tampoco el agua nos dio respiro, ese día el frío,- no se si por que el pueblo está muy encoterado,- o por que hay que pensar que estábamos en tiempo invernal,  también fue un día de los mas crudos.

Que nadie piense que todo eran calamidades, el tiempo era el que era, pero eso no quiere decir que el ánimo nos faltaba, al contrario, fueron muchos mas los momentos entretenidos recordando anécdotas y recuerdos, y la memoria no me alcanza para las muchas situaciones de risas compartidas.

En San Sebastián de Garabandal, por coincidir en el día que se inauguraba “El Hogar del peregrino,” fuimos convidadas, por sus fundadores, que lo celebraban con una bonita fiesta,  el local que se ubica en las antiguas escuelas, da fe del gran entusiasmo y esfuerzo, de quienes han hecho posible esta importante obra. Con nosotras fueron muy generosos, tanto estos amigos como el resto de la gente del pueblo.





Como la tarde se nos dio bastante bien, decidimos llegarnos hasta Rozadío, desde luego enseguida se nos vino la noche encima, claro que aquí fue  Piluchi, -otra celoria de “trasplante”- quién  también se empeñó en que entrásemos un poco en su casa…. Es lo malo que un poco de tertulia nos puede. Ya de vuelta paramos en unas casas que están a la entrada del pueblo, solo encontramos una habitada, pero no me resisto a decir, que fue una de  las personas mas encantadoras, que uno pueda encontrarse en la vida, -y hemos encontrado muchas,- no olvidaremos tus palabras de cariño, ni tu generosidad.

Por fin, después de tantos días de caminar los pueblos, los talonarios ya no nos asustaban, Cosio fue otro de los lugares que nos recibió con mucho cariño. A la asociación de mujeres artesanas, que desde hace años funciona en Cosío, han acudido, algunas mujeres de Celis, por Don Rolando,  estaban enteradas de que pensábamos ir, y fueron tan amables de dejarnos recado, que nos esperaban en el local donde hacen sus trabajos de manualidades, no solo eso, además nos invitaron a tomar con ellas un chocolate con bizcocho. Por lo demás en el resto del pueblo las rifas se vendieron muy bien, con lo cual, satisfechas por lo conseguido, y visto las que nos quedaban, al día siguiente nos llegamos a Puentenansa, en el camino hicimos un alto en La Cotera, donde, aunque los vecinos son pocos, su generosidad es muy grande. En Puentenansa, dimos cuenta del resto de rifas que nos quedaban, las cuales no nos alcanzaron para todo el pueblo, con lo cual, agradecidas y muy satisfechas por el reto conseguido, regresamos a nuestras casas, esperando que el día del sorteo de la Lotería de Navidad, la suerte llegase a una de las casas, de cualquiera de los pueblos, que con tanta generosidad nos las habían comprado.     Para nosotras la suerte fue encontrar en nuestro camino, tanta gente solidaria, gente que bien lo sabíamos, también en algunos casos les hacia a ellos mucha falta, pero que, como en años anteriores, no dudaron de dar de lo poco que tenían, para ayudar a otros que todavía lo necesitaban mas. Para mis compañeras, y para mi, esto será la carga de energía que nos animará en los próximos años.

Nuestro agradecimiento a todas las personas que con sus aportaciones, han conseguido que nuestra cesta solidaria se supere cada año. También por que además de esto compraron las rifas, y como valor añadido, han colaborado en la aportación de alimentos para la campaña de recogida de éstos, en la que cada año participa nuestra Parroquia. A nuestro párroco, Don Rolando por hacernos de portavoz, en sus parroquias. Por último, -pero no necesariamente en su orden,- a las amigas que se han sumado a nuestra causa, y que han colaborado con su esfuerzo, con su tiempo, con su entusiasmo, y con las ganas con que cada día empezábamos el recorrido.

A Pilar, Maria Cruz que al igual que Pilar es otra de nuestras veteranas, a Angelita, Conchi, Ricardita, Mari Mar…Gracias muchas gracias por vuestra colaboración, pero sobre todo por vuestra compañía.  Hasta en año que viene
 

P.D. Como la crónica, está escrita a posteriori, solo me queda que felicitar a Lupe y su familia, que fueron los afortunados con el número, coincidente con el de la lotería, la cesta por lo tanto este año se fue para Celucos.  ¡¡¡FELICIDADES!!!