viernes, 9 de enero de 2015

LA LEYENDA DEL “PARAPETO”


Seguramente son muchas las veces que leyendo por casualidad algún informe, algún documento, o simplemente recordando el pasaje de alguna lectura, caemos en la cuenta del significado de los nombres que hemos escuchado y pronunciado durante toda la vida, pero que nunca nos hemos parado a preguntarnos el por qué de esos nombres.

 Esto viene a cuento porque, repasando la lectura de unos folios que, conocedor de lo mucho que me gusta la investigación, sobre la vida y milagros de los muchos personajes que hace muchos años vivieron entre nosotros, un buen amigo y vecino Manuel Cortijo,  Rubín (Mayuco), tiene a bien mandarme desde Oviedo, ciudad donde reside desde hace muchos años,

Fue precisamente leyendo uno de estos históricos relatos, como me enteré de donde le viene el nombre, a un lugar de nuestro pueblo de Celis, al que siempre hemos conocido como “El parapeto” .Y es que para todos los que conozcan este lugar,- que en Celis somos todos, o una gran mayoría,- el nombre le viene que ni pintado. Pero conozcamos un poco su historia, que no por breve deja de tener su importancia.

 Don Isidoro Hoyos y Rubín de Celis,  y por lo tanto descendiente, si no el, sus antepasados, por línea materna, de este pueblo, nace en un pueblo de la parroquia de Noriega, comunidad perteneciente al Concejo de Ribadedeva, (Asturias), llamado Porquerizo, su padre Bernabé Hoyos y Alonso, Señor del Campillo, teniente coronel y Maestrante de Ronda, y su madre Florentina Rubín de Celis, por lo que se deduce, que aunque su padre sea andaluz su madre tuvo que ser de descendientes de este pueblo. El joven Bernabé, debió pertenecer a una familia bien posicionada, pues se sabe que sus primeros estudios los realizó en la casona de sus padres con un clérigo de aquella feligresía, tales como latín, filosofía, francés, italiano, así como matemáticas.

Cuando dieron comienzo los primeros síntomas de la invasión francesa, el entonces general Ballesteros le propuso para ocupar, con el grado de teniente de infantería, una plaza en la compañía de tiradores de Peñamellera el 13 de diciembre de 1808, año del comienzo de la revolución francesa en España. Con motivo de una escaramuza, recibe su bautismo de fuego en febrero de 1809, y unos días más tarde en ese mismo mes actúa en la defensa de Colombres y la línea del río Deva.

El 19 de abril peleó en la acción de Celis, y en el puente fortificado de la Herrería, sobre el río Nansa, siendo precisamente él, quien pasó primero el puente y penetró en el fuerte desalojando al enemigo con su compañía, acto por el cual años más tarde, en 1815, fue condecorado con la cruz de primera clase de la Real Orden de San Fernando.
Lugar que forma una pequeña meseta, que daba vista al puente por donde  podían entrar las tropas españolas, que venían a defender el pueblo de Celis
 Lugar que forma una pequeña meseta, que daba vista al puente por donde  podían entrar las tropas españolas,
que venían a defender el pueblo de Celis.
 

Y es precisamente el lugar donde estaban parapetados con vistas sobre el puente fortificado del Río Nansa donde fueron sorprendidos los franceses y desalojados por la gran pericia militar desplegada por el teniente de infantería D. Isidoro de Hoyos y Rubín de Celis, el 19 de abril de 1809. En esta refriega, en el lugar que desde entonces todos los habitantes de Celis conocemos como el Parapeto, por su altura tan estratégica sobre el río, hubo seis soldados franceses muertos, que fueron enterrados en una braña que había a la orilla de la carretera, (Entonces camino Real) encima del huerto de un vecino del pueblo, (el Mozón) hoy perteneciente a otro vecino (Manolo el Herrero). Estos datos en su mayor parte, los tomo, del relato que Mayuco me ha mandado, datos que según este, escuchó muchas veces siendo niño  relatar sobre esta historia a su abuelo Telesforo Cortijo Odriozola, y que su abuelo a su vez, se lo oyó decir de niño a su abuelo paterno. Por lo visto, y según la documentación de la que Mayuco me ha hecho partícipe, esas tumbas estarán ahora, con la renovación de la carretera, bajo su asfalto.

 Son muchas seguramente las historias que desconocemos de nuestros pueblos, por ello es muy de agradecer que tengamos personas que sientan el respeto por ellas, y tengan la necesidad de investigarlas, y que otras, como yo misma, también tengamos la oportunidad de publicarlas y darlas a conocer. Un pueblo con Historia siempre será un pueblo interesante, hoy la vida va muy deprisa,  y no nos paramos un momento a pensar el porqué de las cosas cotidianas que nos rodean, así como sus nombres o sus circunstancias, y esto es tan cierto porque, así como seguramente, cuando el abuelo de Mayuco se la contó a él, su abuelo la escucharía con la misma atención que el a su propio abuelo. Historia que  ahora doy a conocer con mucho gusto, pues así como yo los he estudiado, otros muchos pueden tener constancia de ellos, Con el tiempo todos nos iremos, pero lo mejor que podemos hacer, si tenemos oportunidad de ello, es dejar constancia de todo aquello- que como esta parte de lo que aquí ocurrió hace tantos años,-,  otros podrán tener conocimiento de ello, y así, esta historia que nos habla de un lugar de nuestro pueblo, al que siempre hemos conocido con el nombre del “Parapeto” ha llegado a ser conocida en este relato. Lo que ahora me lleva a una duda, ¿Quedarán siquiera unos mínimos restos de aquellos soldados que aquí encontraron sepultura? ¿Llegarían sus familias a enterarse nunca del lugar donde perdieron la vida?, Seguramente fueron unas vidas jóvenes, que ocuparían muchas horas de recuerdos en el pensamiento de sus familias, al fin y al cabo ellos vinieron a pelear por una tierra que no era la suya, y que poco o nada les importaría, y solo el ansia de expansión y poder de unos Caudillos, por someter terrenos ajenos bajo su mando, hizo que hombres jóvenes como estos soldados, vinieran a dejar su vida en una tierra, que otros, como el entonces teniente de infantería, D. Isidoro Hoyos y Rubín de Celis, por justicia tenían que defender.

En el recuerdo, Vida y Honra a todos ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario