Hola amigos. Un año
más tengo la satisfacción de dar a conocer el estupendo reportaje fotográfico
que mis amigos han hecho, de la celebración de nuestro Santo Patrón, San
Roque. Y un año más seguimos intentando
hacer que la festividad de S. Roque nos vuelva a reunir a todos los vecinos en
torno a la gran mesa que, junto a todos los demás eventos de este día, nos
gusta celebrar en familia.
Y es que eso es lo que más nos gusta siempre, que nuestra
festividad es en realidad una forma de que, tanto familias como vecinos
compartamos algo que no debería faltar nunca en nuestros pueblos, sus
tradiciones.
Cuando hace ya muchos años, los pueblos celebraban a sus
Santos, esto se vivía como si fuese el recuerdo de alguien que estaba ausente,
pero muy presente siempre en nuestros pensamientos. Las festividades a esos
Santos, eran para las gentes de los pueblos, como esas multitudinarias
celebraciones que años más tarde hemos hecho para nosotros mismos, o para tener
una buena merienda en el cumpleaños de
alguno de nuestros familiares, sobre todo en los cumples de nuestros hijos y
nietos.
La festividad de San Roque, sirve desde hace ya muchos años,
como unión entre los que vivimos en el pueblo, y nuestros familiares y amigos
que viven fuera, pero que siempre han aprovechado este día para reunirse y
pasar un buen día, como digo, en torno a la mesa
Lo bueno es que nuestra mesa se compone de muchas de estas
familias y amigos, y es una gozada cuando cada componente de esas familias se
busca su propio lugar para así compartir con los suyos los alimentos
repartidos. Todos estamos muy cerca, pero todos tienen también su lugar
escogido, solo tienen que buscarse el mejor acomodo, pues las mesas se pueden
componer de familias más o menos extensas.
Lo mejor de todo es que esto se ha hecho costumbre desde hace ya unos cuantos años, sin que nadie haya impuesto una programación, sino que todo ha surgido de la mejor manera posible.
Lo mejor de todo es que esto se ha hecho costumbre desde hace ya unos cuantos años, sin que nadie haya impuesto una programación, sino que todo ha surgido de la mejor manera posible.
Los hermosos árboles del parque de la Huertona, ha dado
acogida con sus sombras a todos los comensales que a él acuden.
La comida, compuesta con todo lo que de pinchos, canapés, y demás entrantes, que año tras año se ha repartido de forma gratuita,( y gracias al buen hacer e impagable ayuda de todas nuestras vecinas, y vecinos del pueblo, así como a las mujeres y demás personal, que desde muy temprana hora de la mañana, se ponía su delantal, y empezaba con todos los preparativos, para que no faltase de nada en esa familiar mesa).
Sin olvidarnos de la abundante barbacoa que, junto con los vinos y refrescos, se iban colocando sobre las, mesas por las personas componentes de la organización. Todo esto se ha venido realizando de forma constante durante muchos años en la cuadrona de Bando, siendo este el tiempo en el que el trabajo de dicha organización, ha tenido siempre su mayor importancia.
Y no ha sido fácil, ha habido que organizarse, para que después de bien limpia la cuadra, colocadas las mesas y repartidos los diferentes cometidos, cada una de las personas colaboradoras, nos pasásemos toda la mañana organizando y repartiendo los platos a medida que estos se iban elaborando.
La comida, compuesta con todo lo que de pinchos, canapés, y demás entrantes, que año tras año se ha repartido de forma gratuita,( y gracias al buen hacer e impagable ayuda de todas nuestras vecinas, y vecinos del pueblo, así como a las mujeres y demás personal, que desde muy temprana hora de la mañana, se ponía su delantal, y empezaba con todos los preparativos, para que no faltase de nada en esa familiar mesa).
Sin olvidarnos de la abundante barbacoa que, junto con los vinos y refrescos, se iban colocando sobre las, mesas por las personas componentes de la organización. Todo esto se ha venido realizando de forma constante durante muchos años en la cuadrona de Bando, siendo este el tiempo en el que el trabajo de dicha organización, ha tenido siempre su mayor importancia.
Y no ha sido fácil, ha habido que organizarse, para que después de bien limpia la cuadra, colocadas las mesas y repartidos los diferentes cometidos, cada una de las personas colaboradoras, nos pasásemos toda la mañana organizando y repartiendo los platos a medida que estos se iban elaborando.
Pero al final sea porque ya vamos quedando menos manos, sea
porque el trabajo se quiera realizar con menos quehacer para nuestras vecinas,
o sea porque todo se renueva, este año nosotras también nos hemos renovado.
Este año una inmensa paella encargada a uno de
los más reputados cocineros de estos eventos de nuestra provincia, ha venido a
suplir las muy cansadas idas y venidas con los platos y fuentes entre manos.
Por todo ello quisimos que este año fuese como un estudio de prueba para que, según se viese el resultado, nuestra comida de San Roque fuese más agilizada y llevadera, sin por eso quitarle el mismo interés por nuestra parte, de que todas aquellas personas que así lo desearan, pasasen un gran día comiendo en nuestra compañía, por una mínima aportación, como invitados todos por la solidaridad y el acogimiento con que el pueblo de Celis siempre ha demostrado con todos los que nos visitan.
Por todo ello quisimos que este año fuese como un estudio de prueba para que, según se viese el resultado, nuestra comida de San Roque fuese más agilizada y llevadera, sin por eso quitarle el mismo interés por nuestra parte, de que todas aquellas personas que así lo desearan, pasasen un gran día comiendo en nuestra compañía, por una mínima aportación, como invitados todos por la solidaridad y el acogimiento con que el pueblo de Celis siempre ha demostrado con todos los que nos visitan.
Pues bien, ¡¡Que
podemos decir!! Pues que el cambio fue un éxito total. El encargo de una
paella, que, dada nuestra inexperiencia en esta nueva andadura, nos llevó a
encargarla pensando que nadie se nos quedase sin comer, lo más abundante que
nuestra economía nos permitiese.
Por todo ello, las compañeras dejaron de mi cuenta, con cuantas raciones podríamos tener una certera aproximación de las que serían necesarias, y ante mis dudas, yo tiré por lo alto ( hay que tener en cuenta, que aunque nuestra fiesta es muy bonita y entrañable, no deja de ser una humilde fiesta local, una fiesta muy de la gente del pueblo, y el pueblo, aunque en este día siempre nos acompañan nuestras familias y amigos ausentes, no deja de ser pequeño.)
Por todo ello, y como digo, dada nuestra inexperiencia,( o mejor sería decir mi inexperiencia, ya que no quiero cargar a nadie con el mochuelo) el encargo fue de 300 raciones, algo que a medida que iban pasando los días, se nos iban haciendo una exageración, dado también el caso de que, aunque fuese simbólico, algo tendríamos que cobrar, pues la paella, aunque sabíamos que estaría muy rica, y que nos quitaría mucho trabajo, barata no nos salía, y, aunque la gente en sus donativos para la fiesta fueron, como siempre muy generosos, el dinero no nos sobraba.
Las compañeras meneando la cabeza también me decían, ¡ Mary son muchas raciones, y es mucho dinero, y por muchos que vengan, ya no somos tantos!. ¡A un pestañeo estuve de llamar al dueño del cáterin, y pedirle que nos acortara las raciones!. Y otras tantas colgaba pensando… ¡y si al final viene más gente de la que pensamos?
Por todo ello, las compañeras dejaron de mi cuenta, con cuantas raciones podríamos tener una certera aproximación de las que serían necesarias, y ante mis dudas, yo tiré por lo alto ( hay que tener en cuenta, que aunque nuestra fiesta es muy bonita y entrañable, no deja de ser una humilde fiesta local, una fiesta muy de la gente del pueblo, y el pueblo, aunque en este día siempre nos acompañan nuestras familias y amigos ausentes, no deja de ser pequeño.)
Por todo ello, y como digo, dada nuestra inexperiencia,( o mejor sería decir mi inexperiencia, ya que no quiero cargar a nadie con el mochuelo) el encargo fue de 300 raciones, algo que a medida que iban pasando los días, se nos iban haciendo una exageración, dado también el caso de que, aunque fuese simbólico, algo tendríamos que cobrar, pues la paella, aunque sabíamos que estaría muy rica, y que nos quitaría mucho trabajo, barata no nos salía, y, aunque la gente en sus donativos para la fiesta fueron, como siempre muy generosos, el dinero no nos sobraba.
Las compañeras meneando la cabeza también me decían, ¡ Mary son muchas raciones, y es mucho dinero, y por muchos que vengan, ya no somos tantos!. ¡A un pestañeo estuve de llamar al dueño del cáterin, y pedirle que nos acortara las raciones!. Y otras tantas colgaba pensando… ¡y si al final viene más gente de la que pensamos?
¡¡Pues menos mal que no llamé . No solo tuvimos gente del
pueblo familiares y amigos, es que yo todavía me pregunto, de donde pudo salir
toda la gente que ese día acudió a comer de nuestra paella!! . Pues aunque el
precio era simbólico,- como digo hubo que cobrar algo,- lo cierto es que las 300
raciones, y 20 más que previniendo estos casos, nos pudo proporcionar nuestro
cocinero, no fueron suficientes para poder atender las muchas demandas que no
paraban de llegar, y no pudimos servir. ¡¡ Quen nos lo iba a decir!!, Nos quedamos cortísimos. Todo esto nos servirá como experiencia para
sucesivos eventos. Lo digo con orgullo
¡¡ CELIS es CELIS!!.
Hoy ya pasados varios días de la fiesta, solo puedo decir,
que ¡¡Gracias!! Mil gracias a todos los amigos que, en un día espléndido de sol,
tuvimos la suerte de que nos quisieran acompañar en la fiesta de nuestro Patrón
San Roque.
Todo nuestro agradecimiento a todas las personas que, fuese porque ya tenían pensado venir, o porque querían pasar este día compartiéndolo con la familia… también porque son nuestros visitantes que cada año acuden a sus casas y apartamentos, propios o alquilados, o… simplemente porque ese día pasaban por aquí, lo cierto es que nuestra comida fue todo un éxito.
Todo nuestro agradecimiento a todas las personas que, fuese porque ya tenían pensado venir, o porque querían pasar este día compartiéndolo con la familia… también porque son nuestros visitantes que cada año acuden a sus casas y apartamentos, propios o alquilados, o… simplemente porque ese día pasaban por aquí, lo cierto es que nuestra comida fue todo un éxito.
Las mesas que desde primeras horas de la mañana, se fueron
distribuyendo por todo el parque, aprovechando las sombras de sus árboles, solo
esperaban que una vez acabada la preciosa y emotiva misa, y pasado un rato de tertulia junto a los
amigos, tomando unos vinos o unos aperitivos en el bar de la plaza, los
comensales fuesen ocupando cada uno su lugar más conveniente.
Fue un gran día, y un
año más nuestro Santo Patrón no nos defraudó. La gente se reunía formando
grupos familiares, los compañeros también se reunieron como si de una comida
campestre se tratase,( lo que en realidad era) y mientras, las personas encargadas de repartir los platos
de la paella, ayudaban a los cocineros, para que todo se repartiese con orden y
agilidad,
El reparto de la barbacoa pudo ser un poco más problemático,
las planchas de los asados, no van todo lo rápidas que la gente demandaba, y ya
se sabe, el que espera desespera. Lo cierto es que barbacoa había de sobra, pero
no siempre se sirve a gusto de todos, eso es algo que creo tendremos que
corregir, pues a veces hay enfados que nunca desearíamos que se produjesen,
pero que son inevitables. En fin, un rico menú y un día para el recuerdo.
La sobremesa, también fue muy entretenida, un rico postre,
que también se quedó corto ante la gran demanda, y el clásico té del puerto,
convenientemente regado con unas cuantas botellas de orujo, completaron esta
sobremesa, que como otros muchos años pasados, quedará en el recuerdo de uno de
los días más alegres y festivos de nuestro pueblo. Una sobremesa que la gente
alargó ante la buena y animada tarde,
pues cuando la gente se siente a gusto todo se disfruta mucho mejor.
El programa de la tarde, con los muy divertidos y
participativos, juegos infantiles, hacen siempre que no falten todas aquellas
personas mayores que quieran apuntarse a compartirlos. Son los juegos de antes,
los de toda la vida, por eso creo que todos nos sentimos identificados con
ellos, y todos nos volvemos un poco más infantiles, pues nunca unos críos
pueden sentirse más felices, que cuando ven como sus familias participan de sus
divertimentos.
Ahí está ese tiro de la cuerda, o el juego de las sillas o la banderita, para que todos nos volvamos un poco niños, las carreras de sacos también son de lo más divertidas.
Ahí está ese tiro de la cuerda, o el juego de las sillas o la banderita, para que todos nos volvamos un poco niños, las carreras de sacos también son de lo más divertidas.
Por la tarde noche, la solista Carmen Cuesta, puso la nota
musical con su gran voz y sus bonitas canciones, para dar paso más tarde a la
orquesta móvil “ Velasco y sus teclados” dando comienzo a un animadísimo baile.
Completamos nuestra
fiesta con una gran chocolatada, en la
que no faltaron abundantes sobaos, corbatas, y bizcochos, para remojar en él, y
a repetir cuantas veces nos lo pedían. Un chocolate elaborado como cada año,
por el Restaurante “ La Portilla” y por Belén, su cocinera. Como siempre
riquísimo y muy abundante, esperamos que nos lo podáis servir muchos años más.
Antes de esto la rifa del lote de un estupendo jamón y dos botellas de un buen vino, alegró la noche a la persona afortunada, algo que claro está, todos esperamos ser esa persona.
Antes de esto la rifa del lote de un estupendo jamón y dos botellas de un buen vino, alegró la noche a la persona afortunada, algo que claro está, todos esperamos ser esa persona.
Después de esta gran chocolatada, que por ser a una hora (10 de la noche), casi
coincidente con la de la cena, a la mayoría ya le sirvió para no tener que ir a
cenar a casa, con lo cual todos aprovechamos mucho mejor el rato de baile de la
animadísima verbena.
Pues nada más amigos: Yo como cada año, me despido con la
satisfacción de haber hecho un buen trabajo, un trabajo al que han contribuido
muchas y muchos compañeros, ¡¡ qué sería de ésta celebración sin la gran ayuda
y colaboración de todas las personas que la hacen posible!!.
¡Que tenemos fallos!, por supuesto, y en eso tenemos que ser
lo suficiente humildes para reconocer que a veces no hacemos las cosas de la
forma más acertada.
Pero a nuestro favor tenemos que son muchas horas de trabajo, mucha preocupación porque nada se nos pase por alto, mucha paciencia para que a lo mejor, cuando te piden una botella de vino, o algún refresco en algunas mesas, vuelvas una y otra vez al lugar donde las tenemos en refresco. Tal vez nadie se da cuenta de las idas y venidas del lugar de abastecimiento a las mesas de los comensales, procurando que a nadie la falten sus peticiones.
Todas tenemos ya unos años, y yo si que me doy cuenta,( porque soy una de tantas) del cansancio que sin que ellas se den cuenta, noto en mis compañeras. No se quejan, incluso bromeamos cuando nos encontramos en estas idas y venidas, pero lo que más sentimos es que a pesar de eso, sentimos no acertar todo lo bien que quisiéramos.
Cuando notamos el descontento en aquellos que se sienten menos atendidos, creo que somos las primeras que nos duele ese descontento, pues a pesar de todo, creo que nadie lo hace a propósito. También son muchos días anteriores de planificación, de preparación, de salidas en busca de todo lo necesario para que no falte de nada.
Eso es con lo que debemos quedarnos, la organización de la fiesta de San Roque, es muy generosa con sus repartos, y aunque estos tengan algunos fallos, solo hay que detenerse a pensar un poco, que por la módica cifra de tres euros, se sirvieron más de trescientas raciones de una abundantísima paella, una gran barbacoa, todo ello con sus vinos y refrescos totalmente gratuitos, un rico postre, café, y el correspondiente té con orujo.
Sin olvidarnos de que por la noche, todas las personas que así lo quisieron, fueron convidadas con la gran chocolatada, con sus correspondientes pastas, y a repetir. Aun hasí, solo esperamos que el año próximo nos acompañéis como ya habéis venido haciendo durante tantos años. Estar seguros que esta organización os estará esperando como siempre ha hecho.
No quiero despedir este reportaje sin recordar a dos simpáticas chicas, muy bailonas ellas, pero que nos dieron la impresión de que habían retrocedido en el tiempo. Vinieron repartiendo pétalos de flores, y saludaban a la gente con las consignas con que hace ya en los años sesenta, lo hicieron aquellas comunas de jóvenes hippies cuando se reunían en las plazas de los pueblos y de las ciudades. ¡ Paz y amorrrr paz y amorrr. ! No sabemos como llegaron a nuestra fiesta, pero el caso fue que se lo pasaron de lo lindo, bailaron, se fotografiaron con quien lo quiso hacer con ellas, y se marcharon de la misma forma en que llegaron. Repartiendo felicidad, solo esperamos que la suerte las acompañe allá donde el destino las lleve.
Pero a nuestro favor tenemos que son muchas horas de trabajo, mucha preocupación porque nada se nos pase por alto, mucha paciencia para que a lo mejor, cuando te piden una botella de vino, o algún refresco en algunas mesas, vuelvas una y otra vez al lugar donde las tenemos en refresco. Tal vez nadie se da cuenta de las idas y venidas del lugar de abastecimiento a las mesas de los comensales, procurando que a nadie la falten sus peticiones.
Todas tenemos ya unos años, y yo si que me doy cuenta,( porque soy una de tantas) del cansancio que sin que ellas se den cuenta, noto en mis compañeras. No se quejan, incluso bromeamos cuando nos encontramos en estas idas y venidas, pero lo que más sentimos es que a pesar de eso, sentimos no acertar todo lo bien que quisiéramos.
Cuando notamos el descontento en aquellos que se sienten menos atendidos, creo que somos las primeras que nos duele ese descontento, pues a pesar de todo, creo que nadie lo hace a propósito. También son muchos días anteriores de planificación, de preparación, de salidas en busca de todo lo necesario para que no falte de nada.
Eso es con lo que debemos quedarnos, la organización de la fiesta de San Roque, es muy generosa con sus repartos, y aunque estos tengan algunos fallos, solo hay que detenerse a pensar un poco, que por la módica cifra de tres euros, se sirvieron más de trescientas raciones de una abundantísima paella, una gran barbacoa, todo ello con sus vinos y refrescos totalmente gratuitos, un rico postre, café, y el correspondiente té con orujo.
Sin olvidarnos de que por la noche, todas las personas que así lo quisieron, fueron convidadas con la gran chocolatada, con sus correspondientes pastas, y a repetir. Aun hasí, solo esperamos que el año próximo nos acompañéis como ya habéis venido haciendo durante tantos años. Estar seguros que esta organización os estará esperando como siempre ha hecho.
No quiero despedir este reportaje sin recordar a dos simpáticas chicas, muy bailonas ellas, pero que nos dieron la impresión de que habían retrocedido en el tiempo. Vinieron repartiendo pétalos de flores, y saludaban a la gente con las consignas con que hace ya en los años sesenta, lo hicieron aquellas comunas de jóvenes hippies cuando se reunían en las plazas de los pueblos y de las ciudades. ¡ Paz y amorrrr paz y amorrr. ! No sabemos como llegaron a nuestra fiesta, pero el caso fue que se lo pasaron de lo lindo, bailaron, se fotografiaron con quien lo quiso hacer con ellas, y se marcharon de la misma forma en que llegaron. Repartiendo felicidad, solo esperamos que la suerte las acompañe allá donde el destino las lleve.
UN SALUDO.
MARY PÈREZ. DE CELIS.
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