ENBALSE DE LA COHILLA EN EL VALLE DE POLACIONES |
Como vengo haciendo desde hace un tiempo, hoy quiero dar
salida a otro de los artículos que hace unos años había publicado en un medio
escrito, pero que ahora, y a través de estas nuevas tecnologías pueden tener
mucha mas difusión, pueden llegar a muchos mas lectores.
Fue uno de mis primeros artículos, y quise dedicárselo a una
importante empresa, que hace ya muchos años nos cambió la vida a los habitantes
de toda la zona del Nansa. Esta empresa fue, (sigue siéndolo todavía,) Saltos del Nansa.
Como el reportaje creo que es bastante explicativo, no me
voy a extender en ningún preámbulo, todo lo que pude recabar de personas que
vivieron aquellos años de sus comienzos, me han dado los suficientes datos para
que el lector se pueda hacer una idea de cómo fueron sus principios, los
primeros años de su andadura, y los muchos beneficios que reportó para nuestros
pueblos. También los recuerdos y anécdotas de muchas de estas gentes que de un
modo u otro vivió en aquellos comienzos, y que seguramente contribuyeron en su
construcción.
Paso pues
a transcribir el relato, tal como se publicó en su día
SALTOS
DEL NANSA; LA EMPRESA QUE CAMBIÓ LA VIDA
DE UNA COMARCA.
Hace tiempo que dan vueltas en mi memoria, recuerdos que
forman parte de lo que fue la vida en nuestra comarca. Son retazos de vivencias
que escuchaba contar a la gente de nuestro entorno, recuerdos de personas que
vivieron entre nosotros, no necesariamente de nuestra familia, ni siquiera de
nuestro pueblo, pero que por una u otra razón formaron parte de él, que
trabajaron en nuestra comarca, y que le dieron vida. Que se integraron, algunos
durante muchos años, y que aquí fueron felices unas veces, y otras tendrían
malos ratos y preocupaciones, pues en un tiempo dilatado puede pasar de todo.
Esta comarca nuestra del Valle del Nansa, fue rica en
acontecimientos, en una posguerra en la que tuvieron que remodelarse muchas
cosas. De esa posguerra quedaron algunos resentimientos, pero también muchas
ganas de encontrar sosiego y trabajo, también ganas de encontrar un punto medio
de reconciliación, de poder convivir como lo que somos buenos vecinos, incluso
familiares, de poder preguntar con franqueza por la salud de esos vecinos, y
desearles, y que te deseen, que todo te marche bien en la vida, al fin y al
cabo poco o nada se medra con el mal ajeno. Esta reflexión puede parecer
bastante idealista, pero me quedo con ella. Pues bien, de aquellos años de la posguerra, por aquí pasaron muchas gentes de muchos
puntos de nuestra nación. En nuestro rio
Nansa se proyectó y se llevó a cabo, la
construcción de una empresa a la que todos conocemos, como “Saltos del Nansa.”
Esta obra, en la que en sus inicios yo aún no había nacido,
creo que fue el acontecimiento mas importante de nuestra comarca, y asociada a
esta empresa se movió la vida de estos pueblos, desde donde el rio Nansa
tiene su presa mas importante, en el
valle de Polaciones, “La Cohilla,” hasta la desembocadura del mismo en el mar,
en la bocana de Tinamenor, en el pueblo
de Muñorrodero.
Las obras proyectadas de esta importante empresa, atrajeron
multitud de trabajadores, unos especializados, y otros como obreros de base.
Fue una empresa larga en el tiempo, y costosa en su construcción, pues por la
orografía de su recorrido su trabajo fue titánico, sobre todo si se piensa en
los años de su construcción, donde la maquinaria que se empleaba era muy
rudimentaria. Todavía hoy, yo que soy de
esta zona, de pequeños valles y grandes montañas, siento como se me encoje el
corazón cuando contemplo esa mole de hormigón que contiene almacenada tras su
dique, las aguas embalsadas de la presa de la Cohilla.
Cuando subiendo la serpenteante carretera,
que se va enroscando en las laderas de los peñascos mas altos, en un intento
del más difícil todavía, alcanzar a través de tremendas rampas, y túneles
horadados en sus peñas, llegar al valle que embalsa sus aguas, con la misma
satisfacción que debe sentir el corredor de fondo cuando llega a la meta. Pero
mientras tanto, y contemplando ese paisaje de brutal belleza, acuden a mi
memoria lo que oí contar en mi pueblo de Celis, a las personas que convivieron
con muchos de estos trabajadores que aquí acudieron. Llegaban muchos de ellos
con sus familias, pues su contratación para estas empresas era para largo.
Algunas de esas familias, con el tiempo se afincaron entre
nosotros, unos por que se sentían aquí totalmente integrados, y otros por que
formaron su propia familia con algunas muchachas de la zona, y decidieron empezar
aquí su nueva vida.
Con los hijos de estas familias convivimos los hijos de las
del pueblo, fuimos juntos a la escuela, hicieron su primera comunión con
nosotros, y a medida que pasaban los años, también fuimos “moceando” juntos.
Cierto es que al final algunas de estas familias,( tal vez
buscando otro mejor porvenir para sus hijos) volvieron a sus provincias de
origen cuando ya sus hijos se fueron haciendo mayores, aunque por las cartas
que estos compañeros de juegos nos mandaban, quizás ese porvenir lo habrían
encontrado mucho mejor en esta tierra, al fin y al cabo era su tierra, era el
único lugar verdadero que habían conocido, pues por las circunstancias de vida
de sus padres, aquí habían nacido.
Pasados los años, y finalizándose esta gran obra, otros
muchos marcharían para sus lugares de origen, pues entre tanta gente como esta
empresa movilizó, los había que en esos lugares estaban sus raíces, y también
les esperaban las familias que allí habían dejado, y otros muchos a seguir su vida itinerante en
otras empresas.
Otra de las anécdotas de la empresa Saltos del Nansa, fue los muchos presos que
finalizada la guerra, los ocupaban como mano de obra. Esta es quizás la parte
mas criticable que con los años se le pudo hacer a esta empresa, que por otro
lado, solo muchos beneficios y bienestar dio a nuestro Municipio. Esa mano de obra
se decía, rebajaba las condenas de estos presos por trabajos prestados.
Claro
que esa era la excusa, puesto que a esas personas ( presos políticos en su
mayoría) solo se les daba esa opción, si querían que sus años en las cárceles,
pasada la guerra, se viesen conmutados por esos trabajos, eran presos sí,
pero,- sin jamás justificar si algunos llegaron a cometer delitos condenables,-
no había excusa para que estas personas fuesen una mano de obra, que no tenía
ninguna remuneración, tampoco ninguna seguridad, y a la que no se les daba
opción a negarse a hacerlo, claro que al decir de algunos de estos presos, la
única ventaja era que entre tanta gente especializada, por lo menos algunos
aprendieron un oficio con el que mas adelante se ganaron la vida, pero eso
sería una ventaja solo colateral.
Hablando con algunas de las personas que vivieron aquellos
años, recuerdan los estruendos, terribles que retumbaban, cuando las cargas de
dinamita volaba los peñascos en los que se horadaban los túneles para el canal.
También recuerdan un trágico acontecimiento sucedido en aquellos días, cuando
un capataz perdió la vida en el estallido de una de esas cargas de dinamita,
cuando en un tremendo descuido, en una persona de gran eficiencia como era este
hombre, la dinamita hizo explosión sin darle tiempo a salir del túnel donde
estaba colocada, precisamente bajo su supervisión.
Haciendo un poco de historia, este capataz, había llegado
aquí junto con su familia para trabajar en esta obra, y como muchos otros,
había alquilado una casa, que a veces se las proporcionaba la misma empresa.
Era una persona muy querida y respetada en el pueblo, porque al decir de sus
obreros, tenía una gran humanidad. Hoy en día se recuerda el drama que este
hombre sufría en su propia familia, su mujer según se recuerda era una
excelente persona, muy amable y educada, pero padecía unos tremendos ataques de
esquizofrenia, en los que llegaba a perder totalmente la razón, llegando a
maltratar a su único hijo, incluso a su marido.
Lo del hijo era mucho mas tremendo, puesto que esta mujer, pasados
aquellos accesos, se sabe que quería a su hijo con toda su alma, lo cual para
ella tenía que ser mucho mas doloroso, pues era por lo demás un niño de corta
edad, y al que su padre no siempre se encontraba cerca para poder defenderlo.
Eran tiempos en los que las soluciones a estos dramas familiares, no resultaban
fáciles de resolver, y por supuesto tampoco nadie se atrevía a involucrarse en
un problema familiar de esa complejidad. Eran otros años y otras circunstancias
por supuesto, hoy día todo eso habría tenido una mas fácil solución. También la
desgraciada muerte de este hombre dio pie a otras especulaciones, pero eso solo
el alma de las personas que lo sufrieron tendrían la clave de ello. Lo que si
dejó en todas las personas que le
conocieron, y que todavía le recuerdan, fue un gran sentimiento de pesar.
Otro de los mejores recuerdos que me cuentan, (sobre todo
las mujeres) era como los presos que estaban acuartelados en unos barracones,
edificados para ese fin, en el barrio de La Molina, cercano a Celis, entre los
pueblos de Celucos y Riclones, y que desempeñaban el trabajo de mano de obra
durante el tiempo que duraron las obras de esta empresa.
Dentro de las pocas libertades que seguramente tendrían
estos presos, estos( me cuentan estas mujeres) podían acudir a las romerías locales
cercanas, algunos –me siguen contando,- llegaron a echarse novias por la
zona,¡¡ Eran muy guapos!! Me comentan, y no creas que las muchachas les
hacíamos ascos, solían ser gente bastante preparada, y tenían su educación, y
desde luego “labia” no les faltaba
Estas muchachas de las que hablo, y que me
dan esta información, hoy pasan muy de largo de los ochenta, sin embargo me
llama la atención lo muy lúcido de estos recuerdos. Como digo estos presos
podían acudir a las romerías cercanas, pero sobre todo en el pueblo de Celis al
tener el baile dominguero en el Salón de Jesús el “Pasiego”, sería donde mas
oportunidades tendrían de contactar con la juventud del pueblo, entre los que
según creo se forjaron algunas amistades, y algunos noviazgos, que por lo visto
no llegaron a mas. Amistades que también
se forjaron entre los propios trabajadores contratados para la construcción de
las obras, pues al parecer dentro de que eran presos, se relacionaban con la
gente con la mayor naturalidad.
No todos eran presos políticos, también los había que cumplían
penas por delitos de sangre u otras fechorías, claro que en ese tiempo, y para un régimen impuesto dictatorialmente,
esas autoridades daban menos importancia a estos presos que a los otros. Lo que
si era cierto es que estos presos- según me cuentan- nunca estuvieron muy bien
vistos entre las gentes del pueblo, y aunque nadie se quisiera meter en
valoraciones, a los presos políticos no se les miraba mal, mientras que con los
otros siempre se tenía mas prevención.
Y así fueron pasando los años, y con ellos la empresa Saltos
del Nansa empezó su andadura. Fueron años de trabajo y prosperidad para los
Municipios por los que transcurrió. Sus empleados, la gran mayoría, hijos de
estos pueblos, tenían un trabajo cómodo y seguro. Fue una empresa muy paternalista,
y como tal siempre dio muchos incentivos a sus empleados. Estos incentivos,
bien es cierto que hacía tener a sus empleados en una gran dependencia. Sus
horarios de asueto, así como los vacacionales, podían ser interrumpidos sin que
nadie protestase. Su Ingeniero jefe mantenía un estrecho contacto con los jefes
y directivos de cada central, y estos a su vez lo tenían con sus empleados
Esto hoy puede resultar chocante, tener una dependencia tan grande de esta
empresa que casi regia sus vidas. Sin embargo cualquier trabajador habría
cambiado gustosamente cualquier otro trabajo por cualquiera de uno de estos
empleados de Saltos del Nansa, y si no que se lo pregunten a los que trabajaban
en las minas de la Florida, o en tantos otros que tenían que buscarse la vida
fuera de su entorno. La seguridad que tenían los obreros de esta empresa, era
algo que la mayoría habrían cambiado con los ojos cerrados.
Pero en la vida todo tiene un principio y un final.
Después
de muchos años de gran auge, en los que la plantilla llegó a tener cientos de
empleados, entre jefes, directivos, capataces, y trabajadores de base, la
situación fue –al principio poco a poco – estancándose a medida que pasaban los
años. En los primeros años de su andadura, los empleados que se iban jubilando,
eran reemplazados, por sus hijos, pues siempre se les dio a estos mucha prioridad. También pasarían muchos años
en que los incentivos con los que la empresa favorecía a sus empleados, serian
la envidia de cualquier otro trabajador, y esto cualquiera lo podía constatar.
Por aquel entonces se hizo famoso el dicho de la gente, ”Los obreros del Nansa
son los únicos que acuden al trabajo con pantalón de vestir y zapatos”. Yo recuerdo oírle decir a mis
abuelos, ¡da gusto ver como visten, si parece que van a la oficina!
Asociadas a esta empresa, aunque no perteneciésemos a ella,
los vecinos de estos pueblos, también disfrutamos de algunas estupendas
ventajas¡¡ Quien, con cierta edad, no recuerda la maravillosa cabalgata que tan
felices nos hicieron a los que entonces éramos unos niños, y por supuesto
también a nuestros padres, al ver la ilusión reflejada en los ojos de sus
hijos. Aquellos padres seguramente no podían costearnos grandes regalos, pero
los pocos que pudieran dejarnos los
Reyes Magos aquella noche, habían ido precedidos de una cabalgata llena de luz
y colorido, y sobre todo nos hacían soñar con un mundo muy bonito de ilusión, y
esto era un regalo que todas las familias del pueblo se lo teníamos que
agradecer a la generosidad de la empresa Saltos del Nansa, que era quien la
costeaba y organizaba.
Había otras importantes ventajas que costeaba para todos,
como excursiones, exposiciones…A sus empleados por supuesto muchas mas… como electricidad
gratuita, pagarles los estudios a los hijos hasta incluso acabada la carrera,
si es que valían para ello, pagarles
clases particulares, ayudas para compras de viviendas o para hacer reparaciones
en ellas… etc etc.
Otro de los logros que nos proporciono esta empresa a los
vecinos de Celis, fue cedernos durante muchos años los domingos por la tarde,
un espacio de la sala de máquinas de la central, en la que se instalaba un
proyector y una gran pantalla, por la que se pasaban las películas mas
actuales, y otras que no lo eran tanto, pero que casi siempre eran grandes
películas, y que entre la mucha gente que acudíamos a verlas, eran recibidas
como una de las mejores novedades, que podíamos disfrutar en nuestro pueblo.
Este era para nosotros un gran orgullo, el orgullo de tener cine en nuestro
pueblo.
Este local, dio mucha modernidad a toda la juventud de entonces, pues era donde además se daban cita esta misma juventud, para compartir, unos
buenos ratos en las tardes domingueras, y así tener la opción de poder escoger
entre quedarse en el baile del salón del “Pasiego”, u optar por pasar una tarde
de cine. La demás gente también encontramos en este lugar una forma de grato
entretenimiento, pues además de la chavalería,
las personas mas mayores, así como los que éramos unos críos,
encontrábamos en este cine la forma de conocer, a través de las películas que
se pasaban, unos mundos y unas historias que nunca de otro modo habríamos
conocido, hay que tener en cuenta que en aquellos años todavía nadie podía
imaginarse la gran revolución que supondrían los aparatos televisivos.
Hay que decir que a pesar de que fueron años muy trabajados
en casi todas las familias del pueblo, también en otro sentido Celis fue un
pueblo sumamente beneficiado en otros aspectos.
Las minas de la florida, y esta misma empresa de Saltos del Nansa,
dieron mucha vida laboral a nuestros pueblos, sobre todo a los de la cuenca
media y alta de Nansa. En las minas los trabajos fueron mas repartidos, pues
además de los valles del Nansa, favorecieron mucho a los Municipios de
Valdáliga, y creo que también las hubo en el de Alfoz de Lloredo, y por
supuesto en el municipio vecino de Herrerias.
Este al igual que el nuestro de Rionansa, en
su misma cuenca. Este auge en el
trabajo, unido a que la familia de un comerciante con mucho empuje, como fue
Jesús el Pasiego, fomentaron con un
estupendo salón de baile, la afluencia de numerosas personas ( sobre todo
juventud) hacia este pueblo. Esto
completado con que dicho comercio fuese un importante lugar donde todas las
gentes del Concejo,- y muchas de los pueblos vecinos,- encontrasen en esta
tienda un gran surtido de cualquier necesidad, y también el que este mismo comercio contase
con un bar, el cual, al estar situado frente al salón del baile, le daba al
pueblo mucho mas movimiento, y también una cierta categoría, y desde luego fue
el punto de partida para que Celis fuese considerado como uno de los mas
importantes puntos de encuentro desde muchos lugares de la provincia.
CASA CENTRAL DE LA LASTRA |
Hay que tener en cuenta que todo esto, también se debió a
otros dos bares que también tuvieron muchísimos parroquianos de todos estos
lugares. Como he dicho en otras ocasiones, el salón del baile de los domingos
en Celis fue un gran fenómeno de reunión para toda clase de gentes durante
muchas décadas,¡ quedamos muchas personas que recordamos esos tiempos con una
gran nostalgia!
Todo esto que parece apartarse un poco de lo que es el
relato en sí, no lo es tanto, pues las dos historias de lo que fue la vida en
aquellos años, corren de forma paralela. Todo formó parte de aquel desarrollo
que duró unas cuantas décadas, y será muy difícil que un fenómeno como aquel se
pueda volver a repetir en nuestros pueblos, sobre todo de la gran importancia y
duración en el tiempo que aquello tuvo.
Pero el tiempo fue pasando, el estancamiento de esta empresa
en lo que a trabajadores se refiere, fue dando paso a una caída paulatina, y a
unas restricciones muy importantes en las contrataciones, pues ya estas se
hacían con cuentagotas. Las jubilaciones ya no se reemplazaban con los hijos de
los empleados, las nuevas tecnologías fueron supliendo poco a poco la mayor
parte de la mano de obra, las centrales se comunicaban entre si
electrónicamente, y los imprevistos y averías que pudieran surgir, y que antes
necesitaban de la mano de obra de algún empleado para solventarla, ahora se ha
hacían con mandos a distancia, o contratando técnicos que lo arreglaban sin que
necesariamente tengan que pertenecer a la empresa.
CASA CENTRAL DE TRASCUDIA |
OTRA VISTA DE LA CASA CENTRAL DE TRASCUDIA |
Hoy Saltos del Nansa es una empresa que conserva su
logotipo, su inicial seña de identidad por la que siempre será reconocida y
recordada, sobre todo en la zona a la que tanto protagonismo le dio, pero
cierto es que ya amarrada a otra empresa hidroeléctrica mucho mas potente con
la que ahora sigue su caminar. Son nuevos tiempos, los hogares tienen mas
demanda de electricidad, el desarrollo de los últimos años, en los que han ido
surgiendo otros negocios y algunas pequeñas empresas, como talleres
restaurantes, o cualquiera otra forma de trabajos, requieren una mayor demanda
de esa fuerza energética, los electrodomésticos de todas clases que hoy
disfrutan las familias…
ANTIGUOS OBREROS DE SALTOS DEL NANSA EN RETIRO DE CURSILLOS |
Y por supuesto hoy sería impensable que cualquier empresa
como esta fuese favoreciendo con tanta prodigalidad a sus trabajadores. En ese
sentido esta si que fue muy beneficiosa para esos empleados, claro que también
era una forma de sujeción, …pues haber quien era el guapo que protestaba con
cualquier exigencia que la empresa les pedía.
Todo esto hace muchos años que ya es historia. Hoy el pez
grande se ha comido al pequeño, son nuevos tiempos y nuevas demandas, hoy esta
empresa seguro que sigue teniendo muy buenos beneficios, pero estos beneficios
los pueblos por los que las centrales de Saltos del Nansa sigue transcurriendo
no vemos ninguno, lo que consumimos lo pagamos bien pagado, y si antes a los
padres fundadores cualquiera de los habitantes de la zona les conocíamos,
aunque solo fuese por lo mucho que la transitaban, hoy a estos nuevos
directivos son como los hijos que nacen in vitro ¡ nadie los conoce!
Pues nada mas he intentado hacer un recorrido ( en la medida
de lo que yo he podido recabar, además de los muchos recuerdos que también
pueda tener ) de unos tiempos que se nos fueron para siempre, fue un tiempo que
como digo dio mucha vida y prosperidad a estos pueblos, y siempre deberíamos
recordarlos con agradecimiento, pues como dice el refrán, ¡¡de bien nacidos es
ser agradecidos.
UN
SALUDO DE MARI PÉREZ. DE CELIS.
PD: Como nota aclaratoria, diré, que la mayoría de las fotos de las construcciones de las centrales, pertenecen a las obras de la presa de La Palombera, en Celis, así como las de la casa central de este pueblo, por ser de las únicas a las que ha tenido acceso, lo cual se lo agradezco a Ramonín Cubero, actualménte jefe en estas centrales, otra foto muy interesante tambien la he encontrado de las obras de construcción de la casa central de La Lastra. Las demás, como las casas de Rozadío y Trascudia, son mucho mas actuales. Actualmente es muy dificil encontrar material para poder ilustrar mejor reportajes como este, pues no se si en algún lugar los tendrán pero yo no los he encontrado. Por ejemplo de los barracones donde estaban acuartelados los presos que trabajaron en esta obra, así como antiguos obreros que aquí vinieron en cuadrillas a la construcción de esta obra.
Mi padre José Acebo Garcia, trabajó en los Saltos del Nansa, aunque ya estaba muy enfermo y mi cuñado y sus hermanos lo escondían en una carreta y trabajaron por el, mi hermana contaba que había unos presos jóvenes y guapos y que cantaban muy bien, iban a llevar la comida a mi padre para ourlos cantar.
ResponderEliminarTe agradezco mucho este artículo, casualmente estaba ojeando información sobre el Nansa porque mi padre nació en Camijanes y nos contó muchas veces que trabajó de muy jovén cuando se construía el "salto" y estuvo a punto de perder la vida dos veces, una de ellas por resbalar con el carretillo y caer al canal, Una de esas caidas fue arrastrado por la corriente, atravesó una tubería y lo salvó un jefe que esperaba en el tramo final y le tendió la mano para atraparlo. Supongo que hablaba de esta época que tú nos comentas.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos presos que trabajaban en estos saltos ,cobranan y redimian pena,lo digo yo que mas de uno durmio en mi casa
ResponderEliminarMurillo ,que asi se apellidaba el accidentado,fue al turno de mañana ,sustituyendo a un compañero,llamado Vicioso y cuando llegó Murillo al tunel,ya habian prendido las mechas de los tiros pero él se entero cuando olio el tufo de la mecha ,no le habian avisado,la pega le pilló de improviso
ResponderEliminarCon respecto a la esposa de Murillo,llamada Joaquina,si es coerto que tenia crisis,pero nadie dice que cuando tiraba las cosa por la ventana ,ya habia quien las cogia......peeo no las devolvian y ella se daba cuenta y sabia quienes eran,eso se lo comentó mas de una vez Joaquina a mi madre ,a la que la unia mucha amistad ,esas cosas no se dicen,pregunten mas a la gente que no tienen nada que ocultar
A la señora de Murillo ,la solia llevar a Santander un conductor de dragados,llamado Julian
ResponderEliminarMi padre trabajo en el salto de Palombera,la coilla,celis y trascudia,osea que se algo del tema
Tengo entendido que la empresa tenía también un economato.
ResponderEliminarSi, mi padre, así como todos los tíos de mi familia, fueron toda su vida laboral empleados de esas minas. Nunca renegaremos de un trabajo que por duro que fuese, sobre todo en sus inicios, dio vida y prosperidad a todos los pueblos donde estos obreros trabajaban. Ahora es muy fácil tirar a matar contra las empresas, pero ya quisiera yo saber cómo habrías vivido si no llega a ser por la mineria en los Ayuntamientos de Rionansa, Herrerías y Valdaliga. Eran años de muchas Carencias y estos trabajos, tanto de las minas de la Florida, como la de Saltos del Nansa, no las hubiéramos tenido en estas Comarcas. Solemos ser bastante olvidadizos.
ResponderEliminarPerdon me he ido a otro de mis reportajes publicados, pero este sobre los mineros y la mina. Nada tiene que ver con este que de Saltos deo Nansa, aunque en algún sentido, las dos Empresas fueron prácticamente paralelas en el tiempo. Si alguien está interesado en ese reportaje sobre la minería lo puede encontrar en esta misma página del blog.
ResponderEliminarQué bien escrito. !!Enhorabuena!!!
ResponderEliminarTodo lo que describes me trae muchos recuerdos ya que mi padre trabajó en la Cohilla, durante muchos años
Soy el más pequeño de mis hermanos y tengo menos recuerdos de lo que cuentas en tú relato, pero si de algunos y comparto que fueron años buenos de trabajo y según tengo entendido de diversión para la gente del pueblo a pesar de las penurias que había en aquellos años, pero bueno era otra forma de vivir.
Mi padre venía de Mula ( Murcia ) y también venían su padre y un hermano. Mi abuelo creo que regresó pronto a su pueblo pues yo no lo conocí.
Fuimos de los que por desgracia nos fuimos de ahí en el año 66. Creo que nunca lloré tanto el día que nos fuimos.
Viví tan sólo diez años en Celis pero me dejó una huella increíble
Te animo a que sigas escribiendo cosas tan bonitas y sobre todo tan bien escritas. Me gustaría tener tu memoria
Muchas gracias, si viviste en Celis con tu familia, seguro que os tengo que conocer, o por lo menos habré escuchado algo de vosotros. Me alegro que este relato te haya traído tan bonitos recuerdos. Un saludo afectuoso.
ResponderEliminarClaro que nos conoces, mi padre José “ el pijo” mi madre Dolores y mis hermanos Juanita y Pablo. Seguro que te acuerdas, sobre todo de mi hermana.
ResponderEliminarMi nacimiento se produjo en la primera casa construida a 150 metros de la Central.El 14 de Febrero del 1950.Mi padre Damaso Balbás
ResponderEliminartrabajó en dicha Central hasta que se retiro. Aparte en los ratos libres hacia de Secretario de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos.del Valle de Tudanca.
Saludos por vuestro reportaje.
Agradezco muchísimo a todas las personas que leéis estás historias tan reales en mi blog. Son muchos retazos de nuestras vidas, y de las vidas que quienes las vivieron y ya no están entre nosotros. Nunca se debería olvidar la historia, pues creo que es la mejor forma de homenaje para tantas luchas y sobre todo para quienes nos proporcionaron nuestro mejor desarrollo en estos pequeños valles nuestros del medio y alto Nansa. Un saludo.
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