Hola amigos.
Hoy quiero volver a publicar, uno de los reportajes, que ya
di a conocer en su día, en la publicación en que colaboré hace unos años. Este,
como muchos otros que de vez en cuando vuelvo a sacar a la luz, es un
reportaje, que no me gustaría que se quedase su memoria en el olvido. Nunca
deberían quedarse olvidadas personas que fueron muy importantes, por lo mucho
que contribuyeron en que estos pueblos pudiesen salir adelante, en un tiempo en
el que las carencias mas necesarias se llenaban, a base de muchísimo trabajo y
mucho sacrificio.
Pues bien, paso a
transcribir el relato que en su día dediqué, a una de esas personas, en la que
también se pueden ver reflejadas unas cuantas mas, sin embargo me atrevería a
decir que con las capacidades de inteligencia, y cabeza para desarrollarlas,
con la idea tan extraordinaria, para ponerlas en práctica, no había muchos, y
eso es algo que todavía hoy, después de muchos años de su muerte, lo comenta
mucha gente.
A tantos padres y abuelos anónimos, a los que nunca amparó
ninguna subvención, ni paro laboral, a esos seres, como digo anónimos, a los
que tampoco nadie le concedió nunca una medalla como mérito al trabajo de toda
una vida, luchando por levantar , casi de la nada, a esta España nuestra, que
ahora parece que los muchos insensatos que nunca, vieron como hubo un tiempo
que se les desangraba, y que a base de trabajo esfuerzo y sacrificio,
consiguieron que poco a poco se fuera apuntalando, para que los que veníamos
detrás, no pasásemos por tanta miseria como ellos pasaron, una España que otra
vez parece que se nos derrumba, y a la que todos le pedimos mas y mas, sin
acordarnos de aquellas palabras tan savias, “No miréis lo que vuestro país
puede hacer por vosotros, mirad mejor lo que vosotros podéis hacer por el. Hoy
mucho de esto se justifica, echándole la culpa a cualquier motivo, impuestos,
falta de trabajo… Pero ellos pagaron un impuesto mucho mayor de los que ahora
podamos pagar, como era el de un trabajo sin horas, en el que el agotamiento,
se llevaba por delante una salud muy maltratada, por esos trabajos y esos
esfuerzos, ellos sabían que nadie les vendría a solucionar la vida, por eso
nada desperdiciaban, y se aferraban a sus pequeñas mejoras, sabiendo que de
esos logros dependía el que su familia pudiese salir adelante. Todos os
merecéis el mayor reconocimiento.
En el dia de su boda |
Con esta pequeña
introducción, hoy quiero dedicar mis letras a un abuelo en especial, al abuelo
de mis hijas, a su abuelo Nano. Nano el de las Conchas, como siempre fue
conocido en vida.
Nano era un hombre serio, que tal vez imponía un poco, pero
eso solo era en apariencia, pues del recuerdo que yo conservo de el, en cuanto
rascabas un poco en esa corteza de seriedad, salía una persona cariñosa y muy
preocupado siempre por los suyos.
A Nano, como a tantos otros de aquellas generaciones de
principios del siglo veinte, la vida no les resultó fácil, nacieron y vivieron
para trabajar, y trabajar muy duro. Sus mejores herramientas eran sus manos,
encallecidas por la dureza de esos trabajos.
Siempre les he dicho a mis hijas que su abuelo Nano era hábil para todo lo que se proponía, fue un hombre
al que mucha gente recuerda por esa valía, lo mismo reparaba una cuadra, que
levantaba una casa, de igual manera tenía idea y gusto para cualquier trabajo
de restauración. La carpintería no tenía secretos para el, en su pequeño
taller, justo al lado de su casa, lo mismo le podías ver construyendo una mesa
con sus correspondientes sillas, como unas preciosas camas, con sus patas, sus
largueros, y unos artísticos cabeceros, en los que su imaginación y buen gusto
siempre ideaba algún detalle que lo hacía único.
Los utensilios para
el menaje de cocina, tales como “cucharones” “maseras” “cedazos”
fuentes…. Eso en cuanto a ajuar de la casa, de la que también abastecía
de armarios, estanterías, alacenas, bargueños… De lo necesario para el trabajo
diario del campo, no faltó nunca todo aquello que pudiese facilitar la tarea.
“Rastrillos” “roderos” carretillas, palos para las palas y las azadas, yugos y
“cebillas” para uncir los animales,” cachabas,” “zarzos” de varas para remendar
los pajares….etc...etc..etc
Las albarcas, el mejor calzado en los pueblos en aquellos años,
nunca faltó su construcción en aquel
rústico taller, todas las formas
se le daban bien, lo mismo de mujer que de hombre , lo mismo “picudas” que de
las “chatas”, y todas con sus correspondientes dibujos labrados a cuchillo en
la madera.
Aunque parezca mentira, me quedo muy corta en la enumeración
de las habilidades que Nano desarrolló en su vida, pues a todas estas añadiré,
que el abuelo Nano siempre fue requerido en muchas casas del pueblo para
reparar deterioros ocasionales. Me está pasando algo curioso, y es que a medida
que voy enumerando todos los conocimientos que Nano supo desarrollar en su
vida, surgen bastantes mas, como sus conocimientos de cantería y albañilería, y
de ello dan prueba las piedras de sillería labradas por el ,en las puertas y esquinales
de las cuadras que el mismo, o ayudado ya por alguno de sus hijos mayores,
construyó y reparó. No quiero dejar pasar otro de los trabajos para los que su
ingenio era muy necesario en el pueblo,
y es que era el único que labraba con mucha finura y precisión todas las
cajas de los difuntos que le eran encargadas, cuando llegaba esta triste necesidad.
Por si todo esto no fuese suficiente, había muchos trabajos
ocasionales que algunos vecinos requerían de el, esto le reportaba algún pequeño sobresueldo
que era muy bienvenido, pues todo era poco para sacar adelante a su familia. Y
aquí también hay que hacer mención a otro de los aspectos de su vida, la familiar. Nano que aunque tenía todas las
habilidades, vocaciones, o como se le quieran llamar, que he enumerado, era
sobre todo un hombre de campo, que crió doce hijos, pues también en ese aspecto su vida fue muy
fructífera, como digo, crió doce hijos, con mucha disciplina y mucha severidad,
pero que hizo de todos ellos unos hombres y mujeres que le querían y
respetaban, pues ellos eran conscientes del gran amparo que su padre siempre
representó para ellos . Les enseñó a
trabajar como él mismo el campo, con los praos, las vacas, las cabras, las
ovejas, y cualquier otro menester que el campo precisara, pero también aprendieron las muchas
habilidades que le vieron hacer a su padre durante el tiempo que permanecieron
en la casa paterna, y al ser muchos, los mayores fueron enseñando todas estas
cosas a los mas pequeños. Con los años sus hijos fueron saliendo a buscarse la
vida, pero sus primeros dineros como trabajadores de la construcción, fueron
para mejorar la vida de sus padres. La casa familiar, a la que Nano, ya había
hecho sus mejoras, fue acondicionada para que resultase mas confortable, y con
ello fue durante muchos años el lugar de encuentro de toda la familia.
Nano, muy orgulloso con sus cuatro hijas |
Como buen carpintero, supo sacas de la madera todo su
potencial, y por ello no le fue ajena la forma de serrarlo, costumbre que en el pueblo practicaban muchos
vecinos. Consistía en armar sobre un desnivel del terreno, un entramado de
listones de madera,- algo parecido a un andamiaje para que nos entendamos,- creo que a muchos
les sobrarán estas explicaciones, pues de sobra conocen de lo que hablo, pero
como esta costumbre, cayó en desuso hace muchos años, los mas jóvenes no
tendrán ni pajolera idea de ello. Así, con los largos “serrotes” que todavía se
podrán encontrar en algunas casas de labranza en nuestros pueblos, era con lo
que aquellos hombres, como Nano, sacaban los tableros de los troncos de los
árboles, y nos podemos imaginar el tremendo esfuerzo que esto suponía, con un
hombre arriba del entramado, y otro abajo, tirada arriba, tirada abajo se iban
sacando los tableros de la medida y grosor que se precisara.
Nano y Gervasio, dos buenos amigos ademas de primos, y buenos ``serradores´´ de la madera |
Como digo mas arriba
a medida que voy recordando todos los trabajos a los que Nano dio forma y desarrolló en su vida, me vienen a la
memoria tantas, que esto parecería que me lo estoy inventando, menos mal que quedan muchas personas a las
que de vez en cuando, y por algún motivo, lo sacan a colación, y es que Nano
también hacía los carros que tan necesarios eran en una casa de labranza como
la suya. Por ejemplo el llamado carro de “Esquirpia “ que se utilizaba para la
recogida del maíz, el de “ Rodana,” muy
utíl útil para sacar la madera del monte, o el llamado ”Jarriillón,” que se
empleaba para sacar la hierba, sobre todo en los prados mas costosos.
Pues bien, también –como no- estos carros salían de las trabajadas manos
de Nano el de las Conchas.
Las dos hijas mas pequeñas de la familia |
A medida que los años fueron pasando, y su salud se
deterioraba, Nano dejo de ser un padre muy severo, para convertirse en un
cariñoso y orgulloso abuelo, sus
necesidades a medida que sus hijos fueron dejando la casa, bien para buscarse
ellos mismos la vida con sus trabajos, o bien, para formar su propia familia,
fueron librándole de muchos de los trabajos mas costosos, aunque trabajar, lo
que se dice estar ocupado siempre en alguna labor, no dejó de estarlo hasta el
día de su muerte, pues esta, a pesar de sus achaques, le llegó casi de
improviso.
Por eso, por lo poco que Nano, pudo disfrutar de una vida
mas cómoda y relajada después de tantos trabajos y preocupaciones, sufrimientos
y enfermedades, que una vida tan trabajada como la suya, y la de tantos otros
que como él pasaron muchas privaciones, es por lo que con este artículo,( que
es como un pequeño recopilatorio de lo que fue su vida,) quiero que sus nietos
conozcan lo que fue la vida de su abuelo. Nano tuvo la suerte de poder
conocerlos a casi todos, los últimos por desgracia no los llegó a ver,- lo
triste de su historia, no fue solo lo poco que el abuelo Nano, disfrutó de sus
nietos,- sino lo poco que sus nietos disfrutaron de el, pues seguro que así
como a sus hijos no les pasaría ni una, a sus nietos seguro que les habría
consentido mucho mas.
En la casa de las Conchas nunca faltaron los amigos de sus hijos |
Puede parecer un poco partidista que solo estas letras se
las dedique a Nano como abuelo, dado que la abuela Milia también pasaría
parecidos trabajos y calamidades, sin embargo en el caso de la abuela, ya le
tocaron tiempos mejores, vivió los años suficientes para ver casados a muchos
de sus nietos, y aunque su salud era muy precaria, tuvo la suerte de ver a
algunos bisnietos. Por todo ello, y por que un padre que saca adelante, una
familia de doce hijos, con muchos trabajos, en unos tiempos de tantas
carencias, bien se merece que sus nietos tengan este recuerdo de su abuelo
Nano, de Nano el de las Conchas.
MARY PÉREZ.
DE CELIS
Mari que bonita historia !! y sobre todo la forma de narrarla... hace que te transportes a esa época tan distinta a la que vivimos. Un beso
ResponderEliminarmuchas gracias, me alegro que te guste,fue una vida llena de trabajos y superación
ResponderEliminarBonita historia, muy bonita.
ResponderEliminarPero cuantos sufrimientos en silencio pasaron.
Un honor haber podido leer esta historia de un gran hombre
Bonita historia, muy bonita.
ResponderEliminarPero cuantos sufrimientos en silencio pasaron.
Un honor haber podido leer esta historia de un gran hombre
muchas gracias Angel Ortega, en estos reportajes que publico en mi blog, me gusta darle protagonismo a unas personas, a unas gentes que nunca lo tubieron, y de las que poco o nada se acuerda nadie. Hay mucha gente en estos relatos cuyas vidas se podria decir que fueron heroicas.
ResponderEliminarMuy bonita tu Historia. También le conocíamos como Nano el de la Cuca.
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