sábado, 7 de enero de 2017

UN CAMINO SOLIDARIO


Una vez mas,- y ya son unos cuantos años,- me siento ante la hoja en blanco, intentando hacer un recorrido con la memoria de unos días de gran preocupación, pero de muchas y grandes satisfacciones:  Un año mas quiero hacer memoria de un recorrido solidario, de un peregrinaje, en el que las ganas, y el compañerismo, son lo mas importante de este caminar por los pueblos de nuestro entorno.
Cuando hace allá por el mes de noviembre, nos planteamos  si este año tendríamos el mismo ánimo que en años anteriores, para salir por los pueblos de nuestra comarca intentando recabar la ayuda de los vecinos de estos  pueblos, no teníamos muy claro, si conseguiríamos  con nuestra pequeña   aportación, poner en marcha la venta de unos talonarios de rifas, de las cuales,  el regalo de esa venta sería, (como ya sabéis) una cesta compuesta por todo aquello que en ella pudiesen meter las personas que con buena voluntad nos ayudasen a conseguirlo. No dejamos de tener en cuenta que, - conociendo la enorme generosidad con que siempre estos amigos y vecinos nos han atendido – no habría duda de que una vez mas, nuestras demandas serian atendidas, y nuestra cesta llenada, y mucho mas cuando la causa por la que se pedía esa ayuda, era de mucha necesidad.
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Sin embargo no teníamos muy claro si las dificultades que siempre surgen cuando emprendemos cualquier objetivo, este se podría realizar.  Para empezar las compañeras que otros años nos acompañaron, este año tenían serias dificultades para hacerlo, problemas de salud, días de trabajo que no nos coincidían, personas mayores a su cargo que requerían atención… los pueblos del recorrido bastante extensos, pero cada vez mas despoblados… los días muy cortos en los que la noche se nos echaba encima, con la consiguiente prisa por acabar cuanto antes nuestro recorrido, pero que al mismo tiempo era inevitable que este recorrido, a veces se nos alargase mas de lo deseado, pues el trato  con la gente que nos atendía había que hacerlo… En fin, nada que la buena voluntad no hiciese insalvable, pero dificultades al fin y al cavo.
Bueno pues con estos pros y contras, en el camino, decidimos que lo que no se empieza  no se acaba, así que comunique a nuestro párroco Don Rolando, que nos encargase los talonarios, también le dije que este año no sabíamos cuantas personas  podríamos realizar el recorrido, pero que las que  fuésemos lo haríamos con el ánimo muy alto.
Todo ello en palabras suena muy bien, incluso con algo mas de ánimo del que en el fondo tenía, algo que por momentos se me vino abajo, cuando vi aquella torre de veinte talonarios, muy bien ordenados uno encima del otro, de cien papeletas cada uno, diciéndome ¡ala ahora a vendernos! Confieso que me temblaron las piernas, y la moral que intentaba que no me faltase, me llegó a faltar. Esa noche me costó dormir, pues pensaba…¡Dios mío como salimos de esta, si este año no se si nos juntaremos las mas imprescindibles para poder hacerlo!



Sin embargo hoy pienso, que la ayuda para cualquier causa la puedes encontrar donde menos te lo piensas, Y por suerte eso fue lo que pasó, y de la forma mas inesperada. Esta vino de la mano de una buena vecina con la que desde hace tiempo vamos juntas a caminar, a veces solas y otras en compañía de otras amigas que nos encontramos por la carretera. Esta vecina no había colaborado nunca en esto de la venta solidaria, ( si en otros eventos) por lo cual no había dado en decirle nada, sin embargo, y ante el problema de el poco personal con que este año contaba, le dije que si ella no se animaba a acompañarme hasta que pudiese incorporarse alguna amiga mas. Para mi sorpresa, estuvo encantada con la idea.  Cierto que esta amiga hoy sus obligaciones no son de mucha urgencia, y esta idea le vino muy bien para,- en un tiempo en el que su trabajo en el campo no es necesario,- tener el tiempo entretenido en algo que según me dijo, le era muy satisfactorio. Así que me dijo, ¡¡cuando quieras empezamos!! 



Lo que sigue es la historia de todos los años, muy buena gente, muchos que entendía, que los que pedían nuestra ayuda, eran quienes no tenían nada, (siempre pienso que por mucha picaresca que exista en personas sin escrúpulos, hay cientos de otras personas que solo tienen lo que la generosidad de la gente les aporte,) y es muy fácil a veces escudarnos en decir,¡ que se busquen la vida,! y no digo que en ocasiones no tengan razón, pero también pienso que a  nadie le puede gustar vivir de limosnas, pero la vida a veces te pone en situaciones, en que gracias a esas limosnas algunos desgraciados pueden sobrevivir, seguramente algunos conocemos casos en los que esos paquetes de comidas que los centros de Cáritas reparte, les están ayudando a pasar una mala racha, esas malas rachas de la que nadie puede decir que este libre a lo largo de la vida, ¡yo he conocido alguno.!
Por lo demás no nos han faltado algunos ratos muy divertidos. En Puentenansa, llamamos a la casa de los Hermanos Quijano, una casa muy grande de varios pisos, como todos sabéis. Lo que tienen estas casas de pisos, es ese sistema de llamada en la que un avisador nos comunica con cualquier vecino al que queramos llamar. El caso es que al no tener nombres en los llamadores, nosotras les dimos a todos los timbres. Estos parece ser,  estaban comunicados unos con otros, cuando notamos que cogían el contestador le dije a Rosi, (otra de las compañeras que nos acompañaba,) que preguntase por Teresa, ( tengo que decir que solo me acordaba del nombre de Teresa, y Carmina), pero el que nos atendió fue su hermano Ramón.
 Ante todas las explicaciones que daba Rosi por el telefonillo, solo escuché a Ramonin decir… ¡Dejarlo que solo oigo que sois de Celis, ya bajo haber que queréis.!  Y así lo hizo el buen Ramonín, con el cual no sabíamos como disculparnos, por el “royo” que le habíamos dado por el avisador para darnos a conocer, cosa que como el nos dijo ¡¡pero si os conozco a todas de sobra!!  Después de reírnos un rato, nos fuimos tan contentas, con el puñado de papeletas que nos compró.



Como ya indico mas arriba, pasados unos días en los que solo Mery y yo, recorrimos juntas los primeros pueblos, el día que fuimos a Celucos a venderlas se nos ofreció Rosi para ir con nosotras, algo que le agradecimos muy de veras, no es que se nos había dado mal a Mery y a mí, pues en Cades, y Otero, así como en Celucos y Riclones, y otro de los días en nuestro propio pueblo, Celis, pudimos dar salida a un buen número de papeletas, pero aún así y junto con los barrios de Arenas y la Herrería, aquello todavía no había hecho nada mas que empezar, por eso el ofrecimiento de Rosi nos vino muy bien.
En Cades, como siempre no dejamos de acmirar su bonito y artesanal museo.

Con los días subsiguientes, también se incorporaron Marimar y Ricardita. Esta ya nos había dicho que el día que fuésemos a Carmona( su pueblo) ella nos acompañaría, pues nada mejor que conocer a tu gente para que la confianza sea mayor, aunque es cierto que en Carmona siempre nos han recibido muy amablemente, y por supuesto, nos recordaban de años anteriores.  De Carmona siempre se nos quedan algunas anécdotas muy graciosas.

 En este recorrido por los dos pueblos-San Pedro, y el mismo Carmona, no nos faltan los buenos ratos escuchando las simpáticas conversaciones de los vecinos que nos íbamos encontrando. En San Pedro por ejemplo, fue muy bueno, en una casa de una bonita “corralada”, en la que llamamos repetidamente, pues la puerta no estaba cerrada del todo y la televisión se sentía con mucho volumen, pues bien, aunque se daban estas circunstancias, y además recordábamos de años anteriores que la madre y la hija que vivían en ella, no nos echaban sin comprar alguna rifa, un poco extrañadas, nos preparábamos para dar media vuelta, al ver que nadie nos atendía. 

  Pero en esto Ricardita volvió sobre sus pasos, y sin decir nada abrió la puerta y entró dentro de la casa. Cuando empezamos a seguirla, escuchamos como nos decía...¡¡Pero si está en casa,!! lo que pasa es que no nos oye porque está sordísima. Y así era, la buena mujer, cuando se dio cuenta nos tenía a las cuatro en el salón de su casa, y dándonos unas voces tremendas, preguntándonos un montón de cosas. Esta señora,- de la que no recuerdo el nombre,- se alegró mucho de vernos, ella se recordaba perfectamente de otros años, lo que pasó es que en años anteriores estaba una hija en casa con ella, y por cierto las habíamos encontrado sentadas es un banco a las dos a la puerta de su casa, el motivo era que su hija no siempre estaba en el pueblo, pues no vivía en el de forma permanente. Al final la mujer estuvo un rato muy entretenida con nosotras, pues según nos dijo, mirando la tele se quedaba medio dormida. Muy sorda sí, pero muy simpática la buena señora.

En el pueblo de Pedreo, acudimos después de haber hecho nuestro recorrido por el de Obeso. En esta ocasión, habíamos ido solo Mery y yo, tengo que decir que aunque la gente que nos encontramos fue muy generosa, esta es cada vez mas escasa, ¡¡ El mal de todos los pequeños pueblos!! Cada vez quedamos menos!! nos decían, algo que no dejamos de constatar, y lo mas triste es que en estos tiempos en que los pueblos disfrutan de muchas mas comodidades que hace años, es cuando mas gente falta en ellos. Otro de los detalles que mas nos llamaba la atención, es que precisamente, en todos los pueblos a los que acudimos, sus casas están magníficamente acondicionadas, con unas reparaciones de las mas antiguas, conservando su propio estilo, que es una maravilla verlas. 

Al comentarles estas impresiones a los vecinos de los diferentes pueblos por los que pasamos, todos nos dicen lo mismo,¡ Si hoy da gusto ver como se acondicionan las viviendas,! total para -como mucho- algún que otro fin de semana. Bueno también de los que viven de continuo, uno se encuentra con unas casas muy bonitas y confortables   
Despues del recorrido por Obeso, una vecina nos indicó que en Pedreo encontraríamos alguna vecina mas, pues estaban ensayando en el local de las antiguas escuelas, las canciones de celebración del día del Patrón del pueblo.  Así lo hicimos, cuando nos acercábamos a dicho local, ya escuchamos unas buenas voces junto al sonido de las panderetas, estas amigas nos recibieron muy alegremente, y, aunque las pescamos de improviso, y solo una llevaba dinero, todo se arregló entre ellas prestándose el dinero para que todas nos comprasen unas cuantas papeletas. 
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Eso sí, nos animaron a que las acompañásemos en su fiesta, y que yo les hiciese un bonito reportaje de la celebración,  les prometimos  que haríamos  todo lo posible por acudir, y después de un rato mas de palique con estas simpáticas amigas seguimos el recorrido por el pueblo de Pedreo, pues la noche se nos había echado encima.
En casa de Miguel y Chelo también pasamos un rato muy agradable, son personas muy acogedoras, y no nos dejaron marchar sin tomar un chocolate y unas pastas, algo que a esa hora de la tarde nos vino de maravillas.
Acabamos el recorrido en Pedreo, y contentas y agradecidas emprendimos el regreso a nuestro pueblo, y al calor de la cocina la cual habíamos dejado cargada de leña para encontrarla bien caldeada a nuestro regreso, se nos había hecho muy tarde, por lo que dejamos para otro rato el pueblo de Rioseco.  

En Rioseco, pasamos también un buen rato con Carmina y sus hijas, Carmina aunque lleva toda su vida ,prácticamente, viviendo en Rioseco, nació y se crio en Celis, es de entender que aunque sus raíces , y toda su familia los tenga en este pueblo, ella tiene que estar muy agradecida al pueblo donde formo a su propia familia, donde crió a sus hijos y donde los sacaron ella y Pitín,- su marido- adelante. Esto no está en discordancia que, como tantas muchachas que tuvieron que salir de su pueblo al formar su propia familia, no recuerden constantemente  el pueblo donde se criaron y “mocearon”.

Y algo que muy a menudo yo percibo en estas personas que marcharon – mas o menos lejos, en el caso de Carmina muy cerca- es que con los años les puede cada día mas el recuerdo de los suyos, Carmina, que con sus noventaitantos, han ido desapareciendo los mas cercanos, sus hermanas y hermanos, siendo ella la depositaria del recuerdo de todos los que se fueron, pero esto no quita para que los muchísimos sobrinos y sobrinas que le quedan repartidos por unos cuantos sitios ( pero sobre todo en Celis) la consideren la máxima matriarca de toda la familia. Poe cierto un honor que se ha ganado, pos sus años, pero sobre todo por su enorme vitalidad.

Hoy sus hijas, tal vez inculcadas por los recuerdos de su madre, son cada día mas asiduas visitantes nuestras, del pueblo de su madre, algo que yo, que tengo la suerte de constatar muy a menudo me alegra mucho, pues compruebo con cuanto cariño visitan la casa de su tía Lola, en la que Lines su prima las espera todas las tardes para pasar unos buenos ratos de animada tertulia. ¡Pues que sigan viniendo ¡ Y algo que no quiero dejar pasar por alto, son unas esplendidas colaboradoras de nuestra rifa, algo que como a tantos otros del pueblo de Rioseco, es muy de agradecer.          
  las amigas que se nos ofrecieron nos lo demostraban, con este gesto,  que esto que hacíamos era algo bueno, algo por lo que merecía la pena perder unas horas de nuestro tiempo, pues al final alguien que seguramente lo necesitaría mucho, podría tener unas fiestas con un buen lote de comida en su mesa, y repito que( al menos yo) procuro no pensar en los desaprensivos que, - como en todo,- puedan aprovecharse de nuestro trabajo y de la buena fe de la gente.
 Por eso no quiero dejar pasar la ocasión de darle las gracias a Isabel Gómez, de Puentenansa,- vecina de Cosio y que trabaja en Santander, concretamente en el hospital Valdecilla, donde entre todas sus compañeras repartió un talonario y medio. Gracias de nuevo Isabel, por tu gran generosidad. También se las damos a la mejor relaciones públicas que tenemos como amiga,- a Pili “la gallega”- con quien siempre contamos cuando necesitamos su ayuda,- no me gusta llamarla la gallega, porque ella es mas de Celis que cualquiera de nosotras,- pero es una forma de que situemos que Pili es, y que también repartió entre sus amistades otro talonario completo. Pili tu vales mucho. Doy las gracias también a Beli, a Sara, y a Diana, pues las tres hicieron lo que pudieron, muchas gracias por ser tan solidarias y estar ahí cuando os necesitamos. 
Los pueblos se sucedían, y poco a poco los talonarios se nos iban repartiendo. Este año después del miedo inicial para podes venderlas, tuvimos, otra gran ayuda inesperada, y fue la de unas amigas que viven fuera y se ofrecieron para repartir un talonario cada una de ellas. Este detalle nos lleno de emoción, pues fue una gran prueba para nosotras, -las dos o tres del principio,- de que no estábamos solas.
Y la ruta seguía, y los pueblos se iban sucediendo, Cabrojo, un pueblo pequeño, pero en el que también hubo vecinos que nos ayudaron, en el pasamos por casa de una vecina nuestra Mary García, la cual se alegró mucho de la inesperada visita.  Puentenansa es,- además de un gran pueblo,- uno de los que encontramos mas solidaridad, por suerte  también es de los que mas población conserva, algo muy de agradecer, pues lo cierto es que nuestros pueblos se van quedando sin gente, claro que en Puentenansa se dan muchas circunstancias para que este pueblo tenga  mucha vida y actividad, dado que en el se agrupan todos los servicios de nuestro Ayuntamiento.




Cosío es otro de los pueblos en el que siempre encontramos la mejor ayuda.  Es un gran pueblo, en el que sus hermosas casonas del mejor estilo medieval, siempre sorprende por sus buenas iniciativas, por eso no es de mucho extrañar que hace unos meses fuese escogido como uno de los mas bonitos de España. Un gran honor que las gentes de Cosío llevan con mucho orgullo, y por el que se desviven para conservarlo en las mejores condiciones de detalles y limpieza.  Cosío es para todas nosotras también, un pueblo en el que siempre se nos espera, además de con la compra de un gran número de rifas, con una espléndida merienda en el lugar que la asociación tiene para sus reuniones de trabajos de manualidades y demás. Este año nos pasó lo mismo que en Pedreo, se nos pasó darles el aviso del día que nos pasaríamos con las papeletas, y para no tener que acudir a sus casas, fueron muy amables de “echar mano” a la caja comunal para salir del paso, nada que no puedan reponer en cuanto vuelvan al otro día. No se puede ser mas colaboradoras ni mejores personas.¡ Gracias infinitas!


En San Sebastián de Garabandal, voluntad no falta, lo que falta es gente, lo que faltan son vecinos, no cabe duda de que tiene tiempos contados, en que los muchos creyentes en las apariciones Marianas, llegan a este lugar movidas por dichas apariciones, sin embargo si descontamos esos peregrinos, que en según el tiempo, acuden a este pueblo, los…digamos vecinos permanentes, son contados, es penoso contemplar esas  casas magnificas,   reparadas con tanto esmero por los muchos creyentes en las apariciones, que en este tiempo se encuentran totalmente faltas de sus dueños.
 Como anécdota curiosa, precisamente el día que acudimos al pueblo, en una de sus casas, en la que con gran amabilidad nos mandaron pasar, al contemplar un bonito comedor, en el que un buen número de comensales, estaban sentados alrededor de la mesa, nos comentaron, que eran americanos, y que precisamente ese día celebraban la conmemoración del día de Acción de Gracias, la fiesta mas importante en toda Norteamérica.  Esto nos lo iba traduciendo una de las personas que mejor se le entendía en español, pues  los demás comensales todo eran saludos y sonrisas, pero ni una de nosotras les entendíamos a ellos, ni por supuesto ellos nos entendían a nosotras, lo que si pudimos ver bien, era que el pavo era uno de los platos mas vistosos de la mesa,¡ y platos había unos cuantos!
Después de despedirnos de tan simpáticas personas, y una vez completado el recorrido por el pueblo, al no ser demasiado tarde, decidimos acercarnos a Rozadío.
 

Rozadío, es también un pueblo que no por pequeño, deja de ser muy solidario, siempre encontramos en el  muy buena voluntad,(como en todos los demás, todo hay que decirlo) Como ya nos conocen de otros años, no les resultamos extrañas, y lo cierto es que tiene mucha gracia, cuando, para que no les resulte rara nuestra presencia,- bueno en este y en todos los demás pueblos del recorrido,- siempre empezamos con la misma “coletilla”.



¡¡Hola, mira somos de Celis y andamos vendiendo unas rifas de una cesta solidaria para ayudar!!… Lo gracioso es cuando la mayoría, nada mas empezar nuestro “ discurso” nos corta diciéndonos… ¡Que ya os conocemos mujer!! Que sois las de todos los años… Siempre pienso… bueno, si esto  no es colaboración y caridad… la verdad que viendo la respuesta de tanta gente como estas que encontramos, las personas que acudan a Cáritas, nunca se encontraran solas.



 Y así, pueblo a pueblo, casa a casa, el euro de las papeletas iba sumando. Las compañeras que se habían ofrecido para ayudarnos a venderlas nos avisaban que ya las tenían  repartidas, y las que no llegaron a poder hacerlo, pues tampoco importaba mucho, pues la demanda que teníamos de ellas, nos hacia ser optimistas en poder repartirlas.
Por lo demás, poco hay que añadir, solo que por primera vez este año nos han faltado talonarios, pues aunque como digo, se han repartido dos mil papeletas, su venta, con la mucha ayuda de estas compañeras que las vendieron entre sus amistades, no nos alcanzaron para los demás pueblos del recorrido. El último talonario lo vendimos en Camijanes, otro de los pueblos que también es muy solidario.

 Aquí quiero hacer un punto y aparte, para tener un recuerdo hacia una buena mujer, una mujer muy generosa, que siempre nos recibió con mucha simpatía. Teresa, una mujer que te imaginabas que no se moriría nunca, poes a pesar de sus muchos y trabajados años, a pesar de los muchos hijos que sacó adelante, y a pesar de los malos tiempos en que ella tuvo que criar a esos hijos, al final de sus años pudo disfrutar de una vida serena y muy tranquila, pues esos también esos hijos fueron muy buenos con su madre a la que me consta, tenían rodeada de cariño y atenciones. Teresa estuvo acompañada los últimos años, por un simpático lorito que sus hijos le regalaron en uno de sus cumpleaños, un lorito con el que hablaba, y al cual seguramente le haría mas de una confidencia. Teresa siempre te tendremos en el pensamiento cuando pasemos por tu casa, este año no había nadie en ella, pero estaba el recuerdo de tu presencia.





Pues nada mas, solo me queda, un buen poso de serena tranquilidad, por una buena obra, a la que de alguna manera hemos ayudado a sacar adelante, una gran satisfacción porque lo bien hecho, bien parece, y si con ello hemos conseguido que unas pocas familias hayan podido tener  algo de comida en su mesa, algún recibo pagado, alguna medicina muy necesaria, o alimentos o dodotis para los mas pequeños, nos podremos dar por mas que satisfechas, y con esta misma satisfacción podremos esperar que el año que viene tengamos salud y el mismo ánimo que nos acompañó en este.   Gracias a tantos que lo han hecho posible.
                     UN SALUDO DE MARY PÉREZ.   DE CELIS.

        PD.
            Este año la cesta solidaria se nos fue a la capital. Una de las rifas vendidas por Isabel han dado la suerte al señor que sale en la foto recogiédola. Que la disfrute.