martes, 2 de agosto de 2016

CAMINANDO EN LA MONTAÑA





Hola amigos:

Hoy quiero incluir en este reportaje de “Las historias de mi Valle” la experiencia de un bonito recorrido que hace tiempo he querido realizar, pero que por las dificultades que dicho recorrido suponían, no encontraba el momento de decidirme a emprender.
Sin embargo, como siempre le escuché decir a mi madre, el peor puerto de cruzar es el de la puerta de casa, y después de animar a mis amigas y cuñadas, para que me acompañasen, ellas muy animosas y decididas estuvieron de acuerdo en que lo hiciésemos. Así que como lo que no se empieza no se acaba, hoy,  animadas por una tarde templada, que es mucho mejor que calurosa  emprendimos la aventura.
Cualquiera puede pensar, al hablar de dificultades,  que lo que íbamos a emprender, fuese la acometida al Himalaya. El amigo lector comprenderá que no será para tanto, sin embargo, es un recorrido que entraña bastantes dificultades y no esta falta de algunos peligros, cuando se contemplen las fotos seguro que muchos estaréis de acuerdo conmigo,  sin embargo somos unas compañeras que sin ser inconscientes, si somos algo intrépidas,( que no temerarias)y aunque esto sea lo menos importante, tampoco somos unas jovencitas “ saltacabras”, por esa etapa ya pasamos en nuestros años mozos, solo baste decir que la mas joven pasó la edad de la jubilación hace bastante tiempo.
Así que con mucho gusto, paso a hacer un relato en el que las fotos realizadas desde los sitios mas vistosos del recorrido serán lo que mejor ilustrará dicho recorrido. Espero que disfrutéis de todo lo que  la propia dificultad de la etapa en  marcha me permitió hacer.
         SENDA  MONTAÑOSA  QUE UNE LOS PUEBLOS DE CELUCOS Y OBESO-PEDREO.


       















  
  




Despues de este recorrido, que mas que eso fue una aventura, llegamos a avistar Puentenansa. Todavía nos queda , una vez bajada la montaña, un largo recorrido de casi una hora por la pista del monte que se ve en la foto, y que nos acerca al pueblo de Pedreo, para una vez en el, seguir la carretera hasta Puentenansa. Allí con un merecido descanso, nos tomaremos un cafetucho en una de las acogedoras cafeterías, para, una vez descansadas y muy contentas por el precioso recorrido, volver a nuestro pueblo, pero esta vez en coche y por la carretera que un tiempo antes contemplábamos desde la montaña frente a nosotras.
Solo me queda decir que fue dificultoso, y en momentos bastante peligroso, pero que mereció la pena, creo que no se cuando, ¡pero volveré!
                          Un saludo de    MARY PÉREZ.  DE CELIS.

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