sábado, 5 de septiembre de 2015

UN RECUERDO MUY FAMILIAR



HOLA    AMIGOS.
Hoy cuando tomé el teclado de mi ordenador, para escribir el articulo que mas o menos tenía en la mente, contemplé desde la ventana que tengo frente a la mesa desde la que escribo, como mi prima Encarna, pasaba por la calle, ayudando a su padre ( mi tío Polo) en su paseo de alta mañana. Me quedé un poco "colgada" contemplándolos caminando muy despacio, y con el cuidado de que un tropiezo no lo haría caer, pues sus pies muy inseguros apoyados en sus " cachavas" apenas si se pueden levantar del suelo.
Fue uno de esos momentos, en que apenas sin darme cuenta, olvidé lo que tenía en la cabeza, y empecé a recordar como eran mis tíos, y los muchos momentos vividos con ellos en la casa de mis abuelos donde yo nací. Entonces pensé cuanto se merecían todos mis tíos y mis tías, que yo les dedicase este artículo, por que amigos lectores, todos ellos eran unos chavales muy jóvenes cuando yo llegué a sus vidas, y siempre les escuché la gran novedad que ello supuso para todos ellos.


 Me relataban cantidad de anécdotas de lo vivido con ellos en  aquellos primeros años, y una de las que mas les escuché siempre, fue el recuerdo que tenían de el día que di mis primeros pasos en la sala de la casa, de mis abuelos, en "La Corrolá," en la que todos alrededor me llamaban para que,  aquellos vacilantes primeros pasos, en los que contaría con un año mas o menos, me llevasen hasta cualquiera de ellos, y la alegría que les suponía a aquel, o aquella, de mis tíos,  a la que medio tambaleante, yo me dirigía.   Esta y algunas anécdotas mas, se las escuché a todos mis tíos durante muchos años,  Cuando contaba año y medio, nació mi hermana Carmina, con lo que en aquellos primeros años de nuestras vidas, a mis tíos a los que no les faltaron trabajos ni obligaciones desde muy pequeños, el sentirse tan importantes como ser tíos tan jóvenes, seguramente fue una de sus mayores alegrías, siempre nos tuvieron un cariño muy especial, seguramente pasarían con nosotras muchos ratos de entretenimiento, pues como digo trabajos y obligaciones desde muy pequeños tampoco les faltaron.  Mas adelante mis padres se fueron a vivir a su propia casa, en la que con los años nacieron mis otros hermanos, sin embargo, lo vivido junto a nuestros abuelos y tíos, a Carmina y a mi nos marcó en su recuerdo durante toda nuestra vida, las dos nos turnábamos para quedarnos en casa de los abuelos, un día cada una, con el tiempo Carmina fue la que mas vivió con ellos, pues yo, como tantas hermanas mayores, le hacía mucha falta a mi madre en el cuidado de mis hermanos pequeños, cuando ella tenía que salir fuera de casa, al tener  a otras obligaciones.    

Fueron pasando los años, mis tíos fueron formando sus propias familias, aunque durante muchos de esos años el trabajo en ayuda de los abuelos ( que siempre vivieron del campo, y del trabajo de mi abuela como modista) se siguió compartiendo. Cierto que ya,   cada uno de ellos tenía sus propias responsabilidades, tanto mis tíos, como mi padre, y los maridos de mis tías, trabajaban de mineros en las minas de La Florida, y entre este trabajo y algo del campo, fueron saliendo adelante, pero cuando hacía falta todos echaban una mano en casa de sus padres. Claro que la mayor ayuda que con los años contaron, fue con la de  mi tío Chucho, " el Chatu", como siempre ha sido conocido, o como "Pino" nombre con el que al parecer yo empecé a llamarlo cuando empezaba a hablar, pues al ser mi padrino, no acertaría a llamarlo de otro modo, y con dicho nombre lo llamamos todos sus sobrinos en muchas ocasiones. Mi tío Chucho no parecía tener mucha prisa por dejar el nido, pese a que su madre siempre le aconsejaba que se buscase una novia y fuese encauzando su propia vida, ¡yo no voy a estar aquí siempre! le decía, y aunque era muy fiestero y le gustaba recorrerse todas las romerías de la zona, lo de formar un compromiso serio no era lo que mas entraba en sus planes.   

La muerte de mi abuela, una mujer buena y generosa donde las halla, supuso un duro golpe para toda la familia, ella siempre tubo sus achaques, eran tiempos en que las mujeres llevaban un gran peso familiar sobre sus espaldas, y sus problemas de salud muchas veces se los guardaban para ellas, sus vidas eran muy sacrificadas, el campo y el ganado no siempre respondía a las espectatíbas que se esperaban, el abuelo era un hombre muy trabajador, pero de genio vivo, y muy impaciente para todos los trabajos. Mi abuela Luisa sacaba adelante también su trabajo como modista, que le quitaba muchas horas de sueño, entre unas cosas y otras su salud se resentía, y aunque el abuelo siempre le aconsejaba que fuese a los médicos que pudieran ayudarla, ella quizás no supo, o no pudo encontrar los momentos de reposo que tanta falta le habrían hecho, ( como a tantas mujeres de aquellos años) que sacrificaban su vida y su tranquilidad por ayudar a los suyos, sin encontrar el tiempo necesario para ocuparse de si misma.
Cuando mi abuela murió toda la familia quedó desolada, era una mujer todavía joven, solo contaba sesenta y tres años, pero eran años en que el poco cuidado que las mujeres dedicaban a si mismas, les hacía parecer mucho mayores, y aunque su gusto a la hora de confeccionar los vestidos de su clientela le habían dado muy buena fama, para ella nunca buscó modernidades, precisamente por uno de sus problemas de salud, había ofrecido a la Virgen del Carmen- de la que siempre fue muy devota- llevar de por vida su hábito, y yo no recuerdo nunca haberla visto vestir de otro modo, eso si, siempre compaginaba dos vestidos para el diario, y otro mas elegante para los días festivos, pero ese fue durante todo el tiempo que yo tengo recuerdo de ella su forma de vestir.
Cuando la abuela murió, el que mas desamparo sintió por su pérdida fue precisamente mi tío, Chucho, el hijo que nunca pensó  en dejar la casa de sus padres, creo que se sintió muy perdido durante mucho tiempo, pese a que una vez desecha la casa de sus padres, el se fue, junto con mi abuelo a vivir, con los míos, con su hermana mayor, -mi madre-  con los que siempre mantuvo una buena relación de hermanos, pero que además, el tampoco quería dejar solo al abuelo, con lo cual se les acondicionó un cuarto para que pasarían,  por lo menos los primeros meses dándose mutua compañía.
Después de hechas las particiones de la herencia,- algo que mi abuelo quería dejar solventado cuanto antes, - mi tío pudo conservar, su parte de la herencia, compaginándola con otros trabajos que iban surgiendo, pues durante unos años, tanto su parte como la de mis padres se trabajó conjuntamente, sin embargo el comprendió, ( y también aconsejado por mi madre que se lo escuchó muchas veces a la abuela) que lo mejor que podía hacer, era buscarse una buena muchacha, y dejar de gastarse las suelas de los zapatos bailando en las romerías, hay que entender la mentalidad de entonces, mi tío ya tendría sus treinta largos años contados, su vida seguramente seguiría transcurriendo en su propio pueblo, o como mucho en alguno de los alrededores. Entonces nadie tenía coches para los desplazamientos, y por haber dedicado toda su vida al sostenimiento  de la casa de sus padres, tampoco tenía ningún oficio al que se habría podido dedicar, tubo la suerte que gracias a una amistad que conservaba el abuelo, ( una amistad y un gran agradecimiento de los tiempos de la guerra,). Mi tío pudo con el tiempo entrar a trabajar en la mina de La Florida, - donde ya trabajaban sus hermanos y sus cuñados.Después de esto, todo lo demás fueron buenos propósitos, pues buscó, y encontró a esa  mujer a la que siempre le animó su madre que buscase, a veces la vida tiene esas carambolas, seguramente algo que para mi tío fue tan doloroso, como la pérdida de su madre, a la que tanto quería, con el tiempo propició el que encontrase a esa buena muchacha con la que ésta tanto le aconsejó que formase su propia familia.
Han pasado muchos años desde el recuerdo de lo que les estoy relatando, algo que por lo demás para nadie es ningún secreto, en los pueblos todos nos conocemos, hoy mis tíos y tías son bastante mayores, tanto por parte de madre como de mi padre, pero tengo la gran suerte de tenerlos a todos ahí, bueno por desgracia la mina a la que todos dedicaron su vida se cobró la de mi tío Luís, de el tengo menos recuerdos, pues era muy joven todavía cuando en ella se mató,  pero no son malos recuerdos, pues con nosotras, las sobrinas que llegamos a conocerle, fue siempre muy cariñoso, su hijo al que vemos muy poco es muy querido en la familia, y yo se que todos sus tíos siempre estarán ahí si los llegase a necesitar, su abuelo le incluyó en la herencia con la misma parte de las "hijuelas" que al resto de sus hijos.
Mi tío Polo, siempre fue muy fuerte, todos ellos tenían fama de buenos comedores, en casa de sus padres no habría cosas especiales, ni las exquisiteces que ahora se puedan tener, pero nunca faltaron buenos cocidos, buenas tortas o pan, y buenas tazas de leche que también había en abundancia, ni buenas matanzas, trabajar lo que quieras, pero bien alimentados siempre lo estuvieron.
Hoy los años dejan pasar las facturas del tiempo, sin embargo veo a mis tíos- a todos ellos- muy bien cuidados y atendidos por sus hijas, y también por los hijos, todo hay que decirlo, estos han sido menos, en la familia hemos ganado las mujeres por mayoría, -por lo menos en la de mi madre y mis tíos maternos,- no así por parte de padre, pues ahí mis primos ganan por goleada, y yo me siento muy feliz y contenta al ver con el esmero  y atenciones con que sus hijos los cuidan. Hoy Polo y Angelita, viven una tranquila vejez, atendidos principalmente por su hija mayor, Encarnita, que es quien lleva la casa, y está pendiente de ellos en todo momento, sus otras hermanas vienen a verlos siempre que pueden pues no viven en el pueblo, aunque siempre están al tanto de cualquier necesidad que tengan. Además atiende su propia familia y a su hermano " Vasio" que viven en la casa. 
 De mi tío Chucho " El chatu" otro tanto. Este a raíz de una caída que sufrió hace ya unos años, su salud se ha resentido bastante, sobre todo en su movilidad,  pero sus hijas y nieta siempre están pendientes de el, sobre todo mi prima Gema que es la que mas vive con ellos, su mujer Maria Cruz tiene la suerte de encontrarse en buena salud, y el disfrute de tener tan buena compañía será seguramente lo que con mas satisfacción contemplará su madre, allá desde donde los este mirando.

De mis tías Maria Paz, Marina, y Azucena, puedo decir lo mismo. Todas ellas han tenido su parte de sufrimiento en la vida, nadie se va de esta vida sin saber que estuvo en ella, Maria Paz, que fue la única que abandonó su pueblo al casarse, es la que menos contacto ha tenido con el resto de la familia, pero siempre se ha interesado por todos nosotros, y también siempre que ha podido, ha viajado desde Manresa, donde siempre ha vivido, para poder pasar unos días junto a los suyos, su único hijo vive muy pendiente de ella, aunque también formó su propia familia. Mi tía se casó muy joven, con el hijo de una familia que recaló en nuestro pueblo en la época de la construcción de la Empresa Saltos del Nansa, en la que dicha familia, trabajó, como encargado el padre, y empleados sus hijos. Esta familia vivió en el pueblo en el tiempo en que ésta Obra mantuvo su construcción, - como esta familia llegaron varias en aquel tiempo- y con un hijo de dicha familia fue con quién se casó mi tía Maria Paz, marchando con su marido cuando a este y a los suyos le surgieron otros trabajos,  una vez finalizada aquí dicha Obra.
Se establecieron en la ciudad catalana de Manresa, donde han vivido desde entonces, que es como decir toda la vida. Mi tío Gabriel, su marido falleció hace ya unos cuantos años, siendo todavía bastante joven, y mi primo Juan Pedro, así como su nieto, (que es su gran orgullo) pues un muchacho muy cariñoso con ella, además de muy inteligente, son para ella lo mejor de su vida.Mi tía Marina, y mi tío Darío, son también un ejemplo para sus hijas, Marina cuya salud no ha dejado desde hace años de mortificarla, lo ha sabido siempre llevar con mucha resignación, Darío, su marido, que también tiene sus achaques, propios de la edad, pues cumplirá pronto los 91 años, ha sido para ella un gran marido, y un hombre trabajador que siempre ha vivido para su familia, es un tío por el que yo siento un cariño muy especial, pues al haber vivido muy en contacto con mis tías siempre ha estado ahí para todo lo que lo hemos necesitado. Mis primas -sus hijas- han sido como nuestras hermanas, son las primas con las que mas contacto hemos tenido. Muchas veces nos quedábamos unas en casa de las otras, y yo que soy la mayor de todas, y todos los primos de la familia, siendo pequeñas las cuidé y jugué con ellas, tanto como con mis hermanos mas pequeños, ellas a medida que crecían siempre había alguna en nuestra casa, pues siempre vivimos totalmente mezcladas las unas y las otras. Tengo que decir que al ser seis mujeres y no tener ningún hermano, su juguete de pequeñas era su primo, mi hermano Manuel Antonio, único chico en mi familia, y por el que- sobre todo las primas mayores- sentían verdadera adoración. Siempre he querido mucho a todos mis primos, pero lo cierto es que por las de la tía Marina, hemos tenido desde siempre mucha mas cercanía.
De mi tía Azucena diré que tal vez por la edad, con los años casi la consideraba mas como a una hermana mas mayor, también viví muy en contacto con ella, pues aunque al casarse con mi tío Manolo, y marchar a vivir a el poblado que quedaba muy cercano a las minas de La Florida, - ya que, para que no faltase nadie el también era minero-  yo pasé muchas temporadas en su casa, con lo cual a las hijas de mis tíos Azucena y Manolo, también las zagaleé bastante, una de ellas, a la que puse mi nombre, es mi ahijada, y por todas ellas, así como por el benjamín de la familia, mi primo Manolín, siento también un gran cariño. Mi tío Manolo fallecido hace unos años dejó un gran vacío en toda su familia, la recuperación para mi tía a sido lenta, pero con la ayuda de sus hijos y el cariño de el resto de la familia, ha empezado a salir adelante, y ella al igual que a tantos en esta vida, solo el tiempo le dará la ayuda y la paz que, todos en algún momento de la vida hemos necesitado.
A mis tías paternas no las traté tanto desde pequeñas como a las maternas, es comprensible, -con estas me crié,- sin embargo también por ellas siento mucho cariño, sobre todo por mi tía Cuca, también por mi tía Anita, aunque a esta y a la otra tía, Isabel, apenas las veo, y el contacto con ellas es mucho menor. Todos mis primos paternos son también muy cariñosos y  simpáticos, pero con los que mas trato tengo es con los de mi tía Cuca, son los que mas han vivido en el pueblo, aunque en la época en la que mas se estrechan las relaciones familiares, siendo muy pequeños, al tener la desgracia de perder a su padre, marcharon toda la familia, a vivir a Santander, donde mi tía, ayudada por el "Indiano" un tío con quien siempre vivieron, podía darles a sus hijos unos estudios y una mejor preparación, con el tiempo regresaron a la gran casa que tienen en el pueblo, y tanto mi tía Cuca como mis primos viven hoy muy holgadamente, pues todos tuvieron la suerte de tener muy buena manera de ganarse la vida, todos ellos, así como mi tía Cuca, son muy queridos y respetados en el pueblo.
A mi solo me falta al finalizar este relato dedicado a todos mis tíos, decir que ¡¡ojalá nos duren muchos años !! yo que ya cuento con una larga madurez, pienso, que ya de mi vida pasada es lo único que me queda,- bueno que nos queda.- Mis padres son los únicos que nos faltan en la familia por ambas partes, tanto por la de mi padre como por la de mi madre, si descontamos al pobre Luís que después de tantos años se ha perdido bastante en el recuerdo, por eso pienso que somos afortunados por que todavía contamos con todos los tíos y tías ahí, aferrados a la vida, y sostenidos todos ellos, por unos hijos que los quieren y los cuidan. Yo si me lo permitís solo os diré, que sería muy feliz si pudiese hoy tener a los míos, hoy que tengo tiempo para cuidarlos y atenderlos, nos daríamos mucha compañía, yo a ellos, y ellos a mi, lo malo es que quizás en su día esa compañía no la supe valorar tanto como hoy la valoraría, pues aunque creemos que los queremos mucho, siempre en la vida todo es mejorable. no lo olvidéis nunca los que todavía los podéis disfrutar, es muy puesto en razón, que todo lo que de bueno se pierde nunca se olvida.
                    UN SALUDO . DE MARY PEREZ.  DE CELIS                                                                                   

3 comentarios:

  1. Que bonito Prima Mary!!! Es precioso el relato.
    El cariño ya sabes que es recíproco, que en esta familia siempre te queremos mucho.
    Un abrazo fuerte y muchos besos.
    Azu

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