sábado, 19 de septiembre de 2015

Si la plaza de la fuente hablara...



Con este nuevo artículo que incluyo en " Las Historias de mi Valle" sigo dando a conocer otra de esas historias que ya hace tiempo publiqué en el periódico en el que colaboré hace tiempo. Dada la gran acogida que estos relatos están teniendo en este apartado de mi blog, difundido en internet iré dándoles salida en sucesivas publicaciones, pues tengo constancia que estos artículos los leen con gran entusiasmo los muchos compatriotas nuestros que hace muchos años viven en otros países al otro lado del Océano, y concretamente en Argentina y Costa Rica pues así me lo han hecho llegar.
             A todos esos amigos que como digo tienen la atención de leerlos les mando mi saludo mas cariñoso.     
                             
                                 SI LA PLAZA DE LA FUENTE HABLARA
     

Cuando un ilustre antepasado nuestro nacido en Celis allá por el año de gracia del 1671, Don Juan Gutiérrez Rubín De Celis que había emigrado a Méjico y que según referencias que tengo de lo que Mayuco a investigado sobre la vida de éste Señor sacado de sus biógrafos, he sabido que dicho Señor fue un gran benefactor de su lugar de nacimiento. Yo misma he buscado  también en los orígenes del apellido Celis, y casi invariablemente  va unido al Rubín o al Gutiérrez,  pero el de Celis se encuentra en numerosas referencias de grandes personajes o hechos repartidos por muchos lugares del mundo, y mi satisfacción es grande por que al ser toponímico, estos personajes apellidados Celis en primero o en segundo lugar descienden de nuestro pueblo, pues el apellido que tiene como referencia a su lugar de nacimiento indudablemente a salido de el. Este Señor por ejemplo el de Celis lo lleva en tercer lugar pues el primero es Gutiérrez y el segundo Rubín, sin embargo el añadido "De Celis", demuestra que no quería renunciar a llevar entre ellos al que dio origen a sus antepasados,  y que es nada más y nada menos que el nombre de su pueblo, un pequeño  pueblecito de una de las zonas mas bonitas de nuestra provincia,  la zona del Nansa, y que dio origen a una larguísima  saga que por todo el mundo pasean éste nombre.
Lo curioso de dicho apellido es que hoy en Celis nadie lo lleve, sigue  vigente el Rubín y muy extendido el Gutiérrez, el de Celis lo llevamos por derecho y a mucha honra todos los que vivimos en el, pero apellido como tal, no lo tiene nadie. Siguiendo con nuestro benefactor, fue hombre de gran influencia en tierras aztecas en las que tenía gran fortuna y poder, y por lo visto no dejó nunca de enviar a unos familiares que tenia en nuestro pueblo, dinero e instrucciones para darle el mejor aprovechamiento.

Entre las Obras que éste Señor mandó construir, fue la actual Iglesia de San Roque, allá por el año 1746. Según tengo entendido, en sus primeros años fue capilla particular de la familia, aunque abierta al culto para todo el pueblo, su construcción  parece ser, fue levantada sobre otra anterior de la que no tengo constancia si existía como tal o eran restos en ruina, aunque por lógica tendría que estar en vigencia pues no se sabe de ningún otro lugar de culto en Celis ni público ni privado. Lo que si es seguro es que ésta actual Iglesia, o capilla, como se la quiera definir, era una gran Obra que hoy muy restaurada y en un magnifico estado de conservación, puede contemplarla cualquiera que quiera y se acerque a nuestro pueblo, su asentamiento en una elevación del terreno sobre la plaza que le da nombre la hacen fácilmente visible desde cualquier lugar del pueblo, y siempre se ha conocido este lugar como Plaza de San Roque, o Plaza de la Fuente, pues con los dos nombres la llamábamos.  Y que sea conocida como plaza de la fuente se lo debemos cómo no, a dicho Señor Gutiérrez Rubín de Celis, pues entre las partidas de dinero que mandó una de ellas fue para la traída de aguas a nuestro pueblo.

Otras dos de éstas mandas de dinero fueron para las construcciones de una escuela "de primeras letras" en el barrio de la Herrería, construcción que existe en la actualidad perteneciente a la familia de, Eloy Rubín, y que presenta un serio estado de deterioro. En dicha escuela aprendieron a leer y escribir unas cuantas generaciones de muchachos de los tres pueblos del Concejo, y su ubicación creo que seria motivado por ser un lugar equidistante de los tres pueblos, hoy todavía quedan personas en ellos que recuerdan haber acudido a dicha escuela.
 Como digo en ésta escuela aprendieron sus primeras letras varias generaciones de niños del Concejo, hasta que pasada la Guerra Civil ésta escuela dejó totalmente de cumplir su función, parece ser que a partir de esta fecha la normativa fue la de tener una escuela en cada pueblo, bien acondicionando algún local para ello, o bien construyendo uno nuevo. Y así la escuela de la "Reria" como todavía se la conoce, pasó a propiedad particular, lo que no sé es el motivo para que esto sucediese, seguramente al no tener ya utilidad la Junta Vecinal la sacase a subasta, y así además de quitarse un cuidado de encima se sacarían unos dineros para cualquier otro menester, pero esto es solo una opinión.
La construcción del puente que une las dos orillas del Río Nansa, fue otro de los logros que nos consiguió este benefactor. Dicho puente está formado por un gran arco, al que sostienen unos potentes bastiones de piedra sólidamente asentados en su base, y que se van elevando hacia arriba, hacia lo alto de su arco como unos enormes brazos que lo mantienen bien sujeto, dejando en libertad solo la parte proporcional del río, que discurre, señorial y orgulloso, por este impresionante paso que une el pueblo de Celis y sus barrios, con los otros dos pueblos pertenecientes al Concejo, Celucos y Riclones. La estrecha carretera que es de suponer, en la época de su construcción seria poco más que un camino, toma la misma forma del arco que la sostiene, amparada por dos sólidos muros paralelos de piedra que hacen de protección y que separan el barrio de la Herrería de el lugar llamado de "La LLongar" donde el camino, hoy carretera se bifurca a la derecha hacía Riclones,  y a la izquierda hacia Celucos. En lo alto de éste lugar, y muy visible desde cualquiera de los tres pueblos, la Iglesia Parroquial de San Pedro contempla desde su estratégica elevación el ir y venir de sus parroquianos, a los que espera y acoge cuando llega el último caminar de su vida.
En el principio de mi relato hago referencia a la traída de aguas con la que éste Señor quiso que su pueblo se beneficiase, ésta "traída" se hizo desde la cuesta llamada "La Toja" perteneciente a los montes de la Florida En éste lugar nace un gran manantial  en la ladera posterior al "Pico Bon," este manantial de agua de muy buena calidad y caudal que, aunque un poco mas menguado en el verano o en épocas de larga sequía-nunca dejó de manar un agua que, como digo, es de muy buena calidad, hoy devaluada por los cloros que, según dicen, son necesarios para prevenir enfermedades, ¡Que cosas¡ Dios me de el sabor de aquel agua de hace años y no esta que solo sabe a lejía o a cloros "salvadores." Ésta traída de aguas fue una de las mejoras mas importantes que pudo tener nuestro pueblo en aquellos años, y para recibir un bien tan necesario se construyó una gran fuente en la Plaza de San Roque, justo debajo de la ubicación de la Iglesia del mismo nombre, y como también hago referencia donada  por dicho Señor.
La construcción de esta Obra constaba de una plaza empedrada sobre la que se edificó una esbelta torreta central con hueco en su base en el que se colocaban los recipientes para el llenado del agua, dos grifos de bronce de gran tamaño surtían le agua, que se cerraban y abrían cuantas veces fuese necesarias, ésta base era una especie de pileta con cabida para dos recipientes bien holgados, la cual tenia el mismo ancho de la torreta. A ambos lados de la torreta central dos muretes de obra respaldaban los dos abrevaderos, uno a cada lado de la torreta central, éstos abrevaderos median aproximadamente unos seis metros de largo, por mas o menos uno de ancho, de todos modos si alguien cree conocer otras medidas las daré por ciertas, pues yo solo me guío por el recuerdo aproximado que tengo, La construcción de esta fuente estaba magníficamente diseñada, pues tanto el agua que surtía a los abrevaderos, así como su canalización para el desague sobrante estaban diseñados de tal forma que nunca se formaron balsas encharcadas, y mucho menos inundaciones en la plaza, además ésta canalización favorecía en gran medida la limpieza del estiércol que los animales podían dejar en el empedrado de la plaza.
La torreta central que también se puede contemplar en las fotos, era  como digo de una fina esbeltez, su terminación formaba un pico en su cúspide y al ser la torreta cuadrada le daban junto a los respaldos de los abrevaderos mucha gracia y armonía. Una placa con nombre y fecha de quien fuera Regidor en aquel tiempo, en letras negras sobre mármol blanco completaban el acabado de esta fuente.
Frente a la fuente, separado por el empedrado de la plaza, una pared de piedra forma un muro que salva el desnivel por donde pasa la carretera,  y sirve de asiento en toda su longitud para utilidad de la gente que quiera sentarse un rato mientras se llenan los calderos del agua, o simplemente que quieran pasar un rato de tertulia con cualquier vecino que en aquel momento pueda estar abrevando el ganado. Esta plaza de San Roque, o plaza de la fuente, no es una plaza dicha como tal, en realidad es un camino de paso, pero en éste lugar confluyen otros caminos por lo que su espacio aunque alargado, tiene la suficiente amplitud para que se la considere la plaza del pueblo.
Esta plaza de la fuente era el punto de reunión de todo el mundo, aquí además de venir las mujeres a buscar el agua ( raramente lo hacían los hombres,)era el lugar donde la gente esperaba para la hora de misa los días festivos, o también los días de diario el rosario de las tardes, allí los niños podíamos correr y jugar a gusto, mientras las madres comentaban las últimas novedades.
De cómo transcurría la vida en el pueblo se conservan muchas vivencias y muchas anécdotas, como vivencias las que mas se recuerdan eran aquellas en las que las jóvenes del pueblo de aquellos años, 40- 50 y 60, (pues éste punto de reunión se alargó en el tiempo durante varias generaciones) tenían en el paredón de la fuente, sobre todo las tardes veraniegas, un rato para el esparcimiento, lo cierto es que en aquellos años las muchachas estaban muy controladas en sus casas, no eran muchos los ratos que tenían libres, sobre todo durante la semana, las jóvenes  por regla general tenían en sus casas muchas obligaciones, la ociosidad no estaba bien vista y solían tener mala fama aquellas a las que les gustaba andar de "callejeo" por el pueblo. Sin embargo como jóvenes que eran, los ratos de esparcimiento cuando por las tardes las mandaban a buscar el agua, les servían para encontrarse con las otras muchachas y contarse las novedades, buenas o malas, que cada una tenía, también para comentar el último encuentro con los muchachos que habían conocido en el "Portalón" en el baile del domingo. Sabido es,  como ya tengo escrito en otras crónicas, que a nuestro pueblo acudieron durante muchos años multitud de jóvenes de toda la zona atraídos por el baile que todos los domingos se celebraba en el "Portal del Pasiego" mas tarde Salón de Memes, por todo esto a las muchachas les encantaban estos ratos de ocio en los que no faltaban referencias a las últimas novedades. Lo malo era que la mayoría de las veces el  entretenimiento se alargaba mas de la cuenta, y en éstas ocasiones el castigo consistía en que no te dejasen salir en la tarde siguiente, además de recibir una buena reprimenda, al final los muchos quehaceres de las madres les hacían olvidar dicho castigo (o eso hacían ver,) y así a la chita callando, y si la muchacha era espabilada,(y lo solían ser) volvían a la fuente y así seguir comentando de nuevo todas las incidencias o últimas novedades.



Como anécdotas las había muy graciosas, sobre todo de la forma de ingeniárselas para ir a la fuente aunque el agua no hiciese falta. Me cuenta Lines, la de Juan, de Celucos,-Mira   yo trabajaba por aquellos años en casa de Teresa la del Palacio, y en cuanto se marchaba ésta al rosario yo tiraba el agua de los calderos si estos estaban llenos, y salía zumbando a la fuente, pues esos ratos eran para mi los mejores del día, mas de una vez me gané alguna que otra reprimenda pues Teresa no era tonta y yo no sabía calcular bien  el tiempo.- Me sigue contando Lines,- que a pesar de que teníamos que salir muy jóvenes de casa de nuestros padres para trabajar y ganarnos la vida, para mi fueron los mejores años que yo recuerde, éramos muy jóvenes y aquella plaza de la fuente el mejor lugar para pasar aquellos ratos de entretenimiento, aunque cómo te digo, Teresa  algunas veces se daba cuenta de la jugada,-
También me cuenta Lines, que Teresa tenia a veces la costumbre de cerrar con llave el portón de la calle, -Y alguna vez me encontré con los calderos vacíos, pues había tirado el agua, y sin poder salir a buscarla, claro que para todo había recursos, y saltar el muro por algún lugar en el que pudiese "colar" los calderos también lo podía hacer.- Estas son algunas de las vivencias que Lines mas recuerda, pero por supuesto había muchas mas y como me dice Lines, de las demás se podrían contar relatos parecidos, aunque cada una tendría sus propias circunstancias. Como vivencias había también unas cuantas. Esta me la contó Manolito, uno de los chavales que por aquellos años solían acudir con los demás muchachos a pasar los ratos que podían con las muchachas en la plaza de la fuente. -Recuerdo, me cuenta Manolito, que una tarde ya anochecido, andábamos Manolo y yo haciendo tiempo para ir a cenar y nos sentamos en unos maderos que había amontonados en la plaza, seguramente de alguna "tala" que se habría hecho en el monte, como digo nos sentamos allí a fumarnos un "cigarrucu" antes de irnos a casa.




En esto cuando Manolo se estaba incorporando, al apoyar la mano en los maderos, pegó un bote casi en el aire.-Oye tú, que ahí detrás toqué una cabeza,- los maderos eran un buen montón, me sigue contando Manolito, y no nos atrevíamos a mirar mas de cerca, pues lo cierto es que tampoco se podía ver mucho, (el alumbrado público tardaría muchos años en instalarse,) Cuando ya íbamos a marcharnos, bastante "acojonados" por cierto, vimos como un paisano se incorporaba de entre los maderos diciéndonos,-Caguen la pu…a que andáis vosotros, como os coja…. No había mucho que temer pues el buen hombre, que se habría pasado un poco con los vinos, se debió de echar allí a ver si se le pasaba el "mareo" y se quedó dormido,- y si nosotros nos llevamos un buen susto el suyo no debió de ser menos.-
Así habría para contar bastantes más de todas las anécdotas vividas y que he ido recogiendo contadas la mayoría de ellas por quienes las vivieron, pero no tendría espacio suficiente para todas ellas. Solo diré que no todos los encuentros fueron tan placenteros, en la plaza de la fuente al ser un lugar tan transitado también había ocasión para los desencuentros y alguna que otra pelea. Solía ser frecuente si las vacas se peleaban al estar abrevando, que los dueños tuviesen unas palabras mas altas que otras, o algunas amenazas, sin que las cosas llegasen mas lejos, pero por supuesto rencillas algunas que otras había.

Las mujeres también tenían aquí sus diferencias, y en una riña se podían echar en cara cosas de la familia, y sabido es que no hay cosa que mas ofenda que sacar a relucir los trapos sucios de cada uno, y si la cosa se calentaba cualquiera se metía por medio.
Aquí en ésta plaza se tiraron de los pelos en una buena riña Maria Linares y Catalina, por lo que digo, por rencillas familiares, Ángeles la de tía Vitorina tubo aquí una buena "enganchada" con Josefa la de Toñu,  y aquí en ésta plaza se liaron a palos Manolo el de Socorro con Lino el de Julia, en fin alguna riña mas habría pero eso forma parte de la propia vida de cualquier pueblo, y lo que es seguro y tengo por bien cierto, es que ninguno se fue de éste mundo sin que las cosas se arreglasen entre ellos, ¡Que se puede decir,¡ que no hay mal que cien años dure, y entre estas personas cualquiera de ellas le habría hecho un favor al otro si lo hubiesen necesitado, pues por unir los uniría a casi todos hasta algún parentesco,  por lo demás lo que mas nos gusta recordar en mi pueblo son las cosas entretenidas y agradables, y no las otras.
          
                                           FIN.
                                                             MARY  PÉREZ, DE CELIS
                       

sábado, 5 de septiembre de 2015

UN RECUERDO MUY FAMILIAR



HOLA    AMIGOS.
Hoy cuando tomé el teclado de mi ordenador, para escribir el articulo que mas o menos tenía en la mente, contemplé desde la ventana que tengo frente a la mesa desde la que escribo, como mi prima Encarna, pasaba por la calle, ayudando a su padre ( mi tío Polo) en su paseo de alta mañana. Me quedé un poco "colgada" contemplándolos caminando muy despacio, y con el cuidado de que un tropiezo no lo haría caer, pues sus pies muy inseguros apoyados en sus " cachavas" apenas si se pueden levantar del suelo.
Fue uno de esos momentos, en que apenas sin darme cuenta, olvidé lo que tenía en la cabeza, y empecé a recordar como eran mis tíos, y los muchos momentos vividos con ellos en la casa de mis abuelos donde yo nací. Entonces pensé cuanto se merecían todos mis tíos y mis tías, que yo les dedicase este artículo, por que amigos lectores, todos ellos eran unos chavales muy jóvenes cuando yo llegué a sus vidas, y siempre les escuché la gran novedad que ello supuso para todos ellos.


 Me relataban cantidad de anécdotas de lo vivido con ellos en  aquellos primeros años, y una de las que mas les escuché siempre, fue el recuerdo que tenían de el día que di mis primeros pasos en la sala de la casa, de mis abuelos, en "La Corrolá," en la que todos alrededor me llamaban para que,  aquellos vacilantes primeros pasos, en los que contaría con un año mas o menos, me llevasen hasta cualquiera de ellos, y la alegría que les suponía a aquel, o aquella, de mis tíos,  a la que medio tambaleante, yo me dirigía.   Esta y algunas anécdotas mas, se las escuché a todos mis tíos durante muchos años,  Cuando contaba año y medio, nació mi hermana Carmina, con lo que en aquellos primeros años de nuestras vidas, a mis tíos a los que no les faltaron trabajos ni obligaciones desde muy pequeños, el sentirse tan importantes como ser tíos tan jóvenes, seguramente fue una de sus mayores alegrías, siempre nos tuvieron un cariño muy especial, seguramente pasarían con nosotras muchos ratos de entretenimiento, pues como digo trabajos y obligaciones desde muy pequeños tampoco les faltaron.  Mas adelante mis padres se fueron a vivir a su propia casa, en la que con los años nacieron mis otros hermanos, sin embargo, lo vivido junto a nuestros abuelos y tíos, a Carmina y a mi nos marcó en su recuerdo durante toda nuestra vida, las dos nos turnábamos para quedarnos en casa de los abuelos, un día cada una, con el tiempo Carmina fue la que mas vivió con ellos, pues yo, como tantas hermanas mayores, le hacía mucha falta a mi madre en el cuidado de mis hermanos pequeños, cuando ella tenía que salir fuera de casa, al tener  a otras obligaciones.    

Fueron pasando los años, mis tíos fueron formando sus propias familias, aunque durante muchos de esos años el trabajo en ayuda de los abuelos ( que siempre vivieron del campo, y del trabajo de mi abuela como modista) se siguió compartiendo. Cierto que ya,   cada uno de ellos tenía sus propias responsabilidades, tanto mis tíos, como mi padre, y los maridos de mis tías, trabajaban de mineros en las minas de La Florida, y entre este trabajo y algo del campo, fueron saliendo adelante, pero cuando hacía falta todos echaban una mano en casa de sus padres. Claro que la mayor ayuda que con los años contaron, fue con la de  mi tío Chucho, " el Chatu", como siempre ha sido conocido, o como "Pino" nombre con el que al parecer yo empecé a llamarlo cuando empezaba a hablar, pues al ser mi padrino, no acertaría a llamarlo de otro modo, y con dicho nombre lo llamamos todos sus sobrinos en muchas ocasiones. Mi tío Chucho no parecía tener mucha prisa por dejar el nido, pese a que su madre siempre le aconsejaba que se buscase una novia y fuese encauzando su propia vida, ¡yo no voy a estar aquí siempre! le decía, y aunque era muy fiestero y le gustaba recorrerse todas las romerías de la zona, lo de formar un compromiso serio no era lo que mas entraba en sus planes.   

La muerte de mi abuela, una mujer buena y generosa donde las halla, supuso un duro golpe para toda la familia, ella siempre tubo sus achaques, eran tiempos en que las mujeres llevaban un gran peso familiar sobre sus espaldas, y sus problemas de salud muchas veces se los guardaban para ellas, sus vidas eran muy sacrificadas, el campo y el ganado no siempre respondía a las espectatíbas que se esperaban, el abuelo era un hombre muy trabajador, pero de genio vivo, y muy impaciente para todos los trabajos. Mi abuela Luisa sacaba adelante también su trabajo como modista, que le quitaba muchas horas de sueño, entre unas cosas y otras su salud se resentía, y aunque el abuelo siempre le aconsejaba que fuese a los médicos que pudieran ayudarla, ella quizás no supo, o no pudo encontrar los momentos de reposo que tanta falta le habrían hecho, ( como a tantas mujeres de aquellos años) que sacrificaban su vida y su tranquilidad por ayudar a los suyos, sin encontrar el tiempo necesario para ocuparse de si misma.
Cuando mi abuela murió toda la familia quedó desolada, era una mujer todavía joven, solo contaba sesenta y tres años, pero eran años en que el poco cuidado que las mujeres dedicaban a si mismas, les hacía parecer mucho mayores, y aunque su gusto a la hora de confeccionar los vestidos de su clientela le habían dado muy buena fama, para ella nunca buscó modernidades, precisamente por uno de sus problemas de salud, había ofrecido a la Virgen del Carmen- de la que siempre fue muy devota- llevar de por vida su hábito, y yo no recuerdo nunca haberla visto vestir de otro modo, eso si, siempre compaginaba dos vestidos para el diario, y otro mas elegante para los días festivos, pero ese fue durante todo el tiempo que yo tengo recuerdo de ella su forma de vestir.
Cuando la abuela murió, el que mas desamparo sintió por su pérdida fue precisamente mi tío, Chucho, el hijo que nunca pensó  en dejar la casa de sus padres, creo que se sintió muy perdido durante mucho tiempo, pese a que una vez desecha la casa de sus padres, el se fue, junto con mi abuelo a vivir, con los míos, con su hermana mayor, -mi madre-  con los que siempre mantuvo una buena relación de hermanos, pero que además, el tampoco quería dejar solo al abuelo, con lo cual se les acondicionó un cuarto para que pasarían,  por lo menos los primeros meses dándose mutua compañía.
Después de hechas las particiones de la herencia,- algo que mi abuelo quería dejar solventado cuanto antes, - mi tío pudo conservar, su parte de la herencia, compaginándola con otros trabajos que iban surgiendo, pues durante unos años, tanto su parte como la de mis padres se trabajó conjuntamente, sin embargo el comprendió, ( y también aconsejado por mi madre que se lo escuchó muchas veces a la abuela) que lo mejor que podía hacer, era buscarse una buena muchacha, y dejar de gastarse las suelas de los zapatos bailando en las romerías, hay que entender la mentalidad de entonces, mi tío ya tendría sus treinta largos años contados, su vida seguramente seguiría transcurriendo en su propio pueblo, o como mucho en alguno de los alrededores. Entonces nadie tenía coches para los desplazamientos, y por haber dedicado toda su vida al sostenimiento  de la casa de sus padres, tampoco tenía ningún oficio al que se habría podido dedicar, tubo la suerte que gracias a una amistad que conservaba el abuelo, ( una amistad y un gran agradecimiento de los tiempos de la guerra,). Mi tío pudo con el tiempo entrar a trabajar en la mina de La Florida, - donde ya trabajaban sus hermanos y sus cuñados.Después de esto, todo lo demás fueron buenos propósitos, pues buscó, y encontró a esa  mujer a la que siempre le animó su madre que buscase, a veces la vida tiene esas carambolas, seguramente algo que para mi tío fue tan doloroso, como la pérdida de su madre, a la que tanto quería, con el tiempo propició el que encontrase a esa buena muchacha con la que ésta tanto le aconsejó que formase su propia familia.
Han pasado muchos años desde el recuerdo de lo que les estoy relatando, algo que por lo demás para nadie es ningún secreto, en los pueblos todos nos conocemos, hoy mis tíos y tías son bastante mayores, tanto por parte de madre como de mi padre, pero tengo la gran suerte de tenerlos a todos ahí, bueno por desgracia la mina a la que todos dedicaron su vida se cobró la de mi tío Luís, de el tengo menos recuerdos, pues era muy joven todavía cuando en ella se mató,  pero no son malos recuerdos, pues con nosotras, las sobrinas que llegamos a conocerle, fue siempre muy cariñoso, su hijo al que vemos muy poco es muy querido en la familia, y yo se que todos sus tíos siempre estarán ahí si los llegase a necesitar, su abuelo le incluyó en la herencia con la misma parte de las "hijuelas" que al resto de sus hijos.
Mi tío Polo, siempre fue muy fuerte, todos ellos tenían fama de buenos comedores, en casa de sus padres no habría cosas especiales, ni las exquisiteces que ahora se puedan tener, pero nunca faltaron buenos cocidos, buenas tortas o pan, y buenas tazas de leche que también había en abundancia, ni buenas matanzas, trabajar lo que quieras, pero bien alimentados siempre lo estuvieron.
Hoy los años dejan pasar las facturas del tiempo, sin embargo veo a mis tíos- a todos ellos- muy bien cuidados y atendidos por sus hijas, y también por los hijos, todo hay que decirlo, estos han sido menos, en la familia hemos ganado las mujeres por mayoría, -por lo menos en la de mi madre y mis tíos maternos,- no así por parte de padre, pues ahí mis primos ganan por goleada, y yo me siento muy feliz y contenta al ver con el esmero  y atenciones con que sus hijos los cuidan. Hoy Polo y Angelita, viven una tranquila vejez, atendidos principalmente por su hija mayor, Encarnita, que es quien lleva la casa, y está pendiente de ellos en todo momento, sus otras hermanas vienen a verlos siempre que pueden pues no viven en el pueblo, aunque siempre están al tanto de cualquier necesidad que tengan. Además atiende su propia familia y a su hermano " Vasio" que viven en la casa. 
 De mi tío Chucho " El chatu" otro tanto. Este a raíz de una caída que sufrió hace ya unos años, su salud se ha resentido bastante, sobre todo en su movilidad,  pero sus hijas y nieta siempre están pendientes de el, sobre todo mi prima Gema que es la que mas vive con ellos, su mujer Maria Cruz tiene la suerte de encontrarse en buena salud, y el disfrute de tener tan buena compañía será seguramente lo que con mas satisfacción contemplará su madre, allá desde donde los este mirando.

De mis tías Maria Paz, Marina, y Azucena, puedo decir lo mismo. Todas ellas han tenido su parte de sufrimiento en la vida, nadie se va de esta vida sin saber que estuvo en ella, Maria Paz, que fue la única que abandonó su pueblo al casarse, es la que menos contacto ha tenido con el resto de la familia, pero siempre se ha interesado por todos nosotros, y también siempre que ha podido, ha viajado desde Manresa, donde siempre ha vivido, para poder pasar unos días junto a los suyos, su único hijo vive muy pendiente de ella, aunque también formó su propia familia. Mi tía se casó muy joven, con el hijo de una familia que recaló en nuestro pueblo en la época de la construcción de la Empresa Saltos del Nansa, en la que dicha familia, trabajó, como encargado el padre, y empleados sus hijos. Esta familia vivió en el pueblo en el tiempo en que ésta Obra mantuvo su construcción, - como esta familia llegaron varias en aquel tiempo- y con un hijo de dicha familia fue con quién se casó mi tía Maria Paz, marchando con su marido cuando a este y a los suyos le surgieron otros trabajos,  una vez finalizada aquí dicha Obra.
Se establecieron en la ciudad catalana de Manresa, donde han vivido desde entonces, que es como decir toda la vida. Mi tío Gabriel, su marido falleció hace ya unos cuantos años, siendo todavía bastante joven, y mi primo Juan Pedro, así como su nieto, (que es su gran orgullo) pues un muchacho muy cariñoso con ella, además de muy inteligente, son para ella lo mejor de su vida.Mi tía Marina, y mi tío Darío, son también un ejemplo para sus hijas, Marina cuya salud no ha dejado desde hace años de mortificarla, lo ha sabido siempre llevar con mucha resignación, Darío, su marido, que también tiene sus achaques, propios de la edad, pues cumplirá pronto los 91 años, ha sido para ella un gran marido, y un hombre trabajador que siempre ha vivido para su familia, es un tío por el que yo siento un cariño muy especial, pues al haber vivido muy en contacto con mis tías siempre ha estado ahí para todo lo que lo hemos necesitado. Mis primas -sus hijas- han sido como nuestras hermanas, son las primas con las que mas contacto hemos tenido. Muchas veces nos quedábamos unas en casa de las otras, y yo que soy la mayor de todas, y todos los primos de la familia, siendo pequeñas las cuidé y jugué con ellas, tanto como con mis hermanos mas pequeños, ellas a medida que crecían siempre había alguna en nuestra casa, pues siempre vivimos totalmente mezcladas las unas y las otras. Tengo que decir que al ser seis mujeres y no tener ningún hermano, su juguete de pequeñas era su primo, mi hermano Manuel Antonio, único chico en mi familia, y por el que- sobre todo las primas mayores- sentían verdadera adoración. Siempre he querido mucho a todos mis primos, pero lo cierto es que por las de la tía Marina, hemos tenido desde siempre mucha mas cercanía.
De mi tía Azucena diré que tal vez por la edad, con los años casi la consideraba mas como a una hermana mas mayor, también viví muy en contacto con ella, pues aunque al casarse con mi tío Manolo, y marchar a vivir a el poblado que quedaba muy cercano a las minas de La Florida, - ya que, para que no faltase nadie el también era minero-  yo pasé muchas temporadas en su casa, con lo cual a las hijas de mis tíos Azucena y Manolo, también las zagaleé bastante, una de ellas, a la que puse mi nombre, es mi ahijada, y por todas ellas, así como por el benjamín de la familia, mi primo Manolín, siento también un gran cariño. Mi tío Manolo fallecido hace unos años dejó un gran vacío en toda su familia, la recuperación para mi tía a sido lenta, pero con la ayuda de sus hijos y el cariño de el resto de la familia, ha empezado a salir adelante, y ella al igual que a tantos en esta vida, solo el tiempo le dará la ayuda y la paz que, todos en algún momento de la vida hemos necesitado.
A mis tías paternas no las traté tanto desde pequeñas como a las maternas, es comprensible, -con estas me crié,- sin embargo también por ellas siento mucho cariño, sobre todo por mi tía Cuca, también por mi tía Anita, aunque a esta y a la otra tía, Isabel, apenas las veo, y el contacto con ellas es mucho menor. Todos mis primos paternos son también muy cariñosos y  simpáticos, pero con los que mas trato tengo es con los de mi tía Cuca, son los que mas han vivido en el pueblo, aunque en la época en la que mas se estrechan las relaciones familiares, siendo muy pequeños, al tener la desgracia de perder a su padre, marcharon toda la familia, a vivir a Santander, donde mi tía, ayudada por el "Indiano" un tío con quien siempre vivieron, podía darles a sus hijos unos estudios y una mejor preparación, con el tiempo regresaron a la gran casa que tienen en el pueblo, y tanto mi tía Cuca como mis primos viven hoy muy holgadamente, pues todos tuvieron la suerte de tener muy buena manera de ganarse la vida, todos ellos, así como mi tía Cuca, son muy queridos y respetados en el pueblo.
A mi solo me falta al finalizar este relato dedicado a todos mis tíos, decir que ¡¡ojalá nos duren muchos años !! yo que ya cuento con una larga madurez, pienso, que ya de mi vida pasada es lo único que me queda,- bueno que nos queda.- Mis padres son los únicos que nos faltan en la familia por ambas partes, tanto por la de mi padre como por la de mi madre, si descontamos al pobre Luís que después de tantos años se ha perdido bastante en el recuerdo, por eso pienso que somos afortunados por que todavía contamos con todos los tíos y tías ahí, aferrados a la vida, y sostenidos todos ellos, por unos hijos que los quieren y los cuidan. Yo si me lo permitís solo os diré, que sería muy feliz si pudiese hoy tener a los míos, hoy que tengo tiempo para cuidarlos y atenderlos, nos daríamos mucha compañía, yo a ellos, y ellos a mi, lo malo es que quizás en su día esa compañía no la supe valorar tanto como hoy la valoraría, pues aunque creemos que los queremos mucho, siempre en la vida todo es mejorable. no lo olvidéis nunca los que todavía los podéis disfrutar, es muy puesto en razón, que todo lo que de bueno se pierde nunca se olvida.
                    UN SALUDO . DE MARY PEREZ.  DE CELIS