Con este nuevo artículo que incluyo en "
Las Historias de mi Valle" sigo dando a conocer otra de esas historias que
ya hace tiempo publiqué en el periódico en el que colaboré hace tiempo. Dada la
gran acogida que estos relatos están teniendo en este apartado de mi blog,
difundido en internet iré dándoles salida en sucesivas publicaciones, pues
tengo constancia que estos artículos los leen con gran entusiasmo los muchos
compatriotas nuestros que hace muchos años viven en otros países al otro lado
del Océano, y concretamente en Argentina y Costa Rica pues así me lo han hecho
llegar.
A todos esos amigos que como digo tienen la atención de leerlos les
mando mi saludo mas cariñoso.
SI LA PLAZA DE LA
FUENTE HABLARA
Cuando un ilustre antepasado nuestro nacido
en Celis allá por el año de gracia del 1671, Don Juan Gutiérrez Rubín De Celis
que había emigrado a Méjico y que según referencias que tengo de lo que Mayuco
a investigado sobre la vida de éste Señor sacado de sus biógrafos, he sabido
que dicho Señor fue un gran benefactor de su lugar de nacimiento. Yo misma he
buscado también en los orígenes del
apellido Celis, y casi invariablemente
va unido al Rubín o al Gutiérrez,
pero el de Celis se encuentra en numerosas referencias de grandes
personajes o hechos repartidos por muchos lugares del mundo, y mi satisfacción
es grande por que al ser toponímico, estos personajes apellidados Celis en
primero o en segundo lugar descienden de nuestro pueblo, pues el apellido que
tiene como referencia a su lugar de nacimiento indudablemente a salido de el.
Este Señor por ejemplo el de Celis lo lleva en tercer lugar pues el primero es
Gutiérrez y el segundo Rubín, sin embargo el añadido "De Celis",
demuestra que no quería renunciar a llevar entre ellos al que dio origen a sus
antepasados, y que es nada más y nada
menos que el nombre de su pueblo, un pequeño pueblecito de una de las zonas mas bonitas de
nuestra provincia, la zona del Nansa, y que
dio origen a una larguísima saga que por
todo el mundo pasean éste nombre.
Lo curioso de dicho apellido es que hoy en
Celis nadie lo lleve, sigue vigente el
Rubín y muy extendido el Gutiérrez, el de Celis lo llevamos por derecho y a
mucha honra todos los que vivimos en el, pero apellido como tal, no lo tiene
nadie. Siguiendo con nuestro benefactor, fue hombre de gran influencia en
tierras aztecas en las que tenía gran fortuna y poder, y por lo visto no dejó
nunca de enviar a unos familiares que tenia en nuestro pueblo, dinero e
instrucciones para darle el mejor aprovechamiento.
Entre las Obras que éste Señor mandó
construir, fue la actual Iglesia de San Roque, allá por el año 1746. Según
tengo entendido, en sus primeros años fue capilla particular de la familia,
aunque abierta al culto para todo el pueblo, su construcción parece ser, fue levantada sobre otra anterior
de la que no tengo constancia si existía como tal o eran restos en ruina,
aunque por lógica tendría que estar en vigencia pues no se sabe de ningún otro
lugar de culto en Celis ni público ni privado. Lo que si es seguro es que ésta
actual Iglesia, o capilla, como se la quiera definir, era una gran Obra que hoy
muy restaurada y en un magnifico estado de conservación, puede contemplarla
cualquiera que quiera y se acerque a nuestro pueblo, su asentamiento en una
elevación del terreno sobre la plaza que le da nombre la hacen fácilmente
visible desde cualquier lugar del pueblo, y siempre se ha conocido este lugar
como Plaza de San Roque, o Plaza de la Fuente, pues con los dos nombres la
llamábamos. Y que sea conocida como
plaza de la fuente se lo debemos cómo no, a dicho Señor Gutiérrez Rubín de
Celis, pues entre las partidas de dinero que mandó una de ellas fue para la
traída de aguas a nuestro pueblo.
Otras dos de éstas mandas de dinero fueron
para las construcciones de una escuela "de primeras letras" en el
barrio de la Herrería, construcción que existe en la actualidad perteneciente a
la familia de, Eloy Rubín, y que presenta un serio estado de deterioro. En
dicha escuela aprendieron a leer y escribir unas cuantas generaciones de
muchachos de los tres pueblos del Concejo, y su ubicación creo que seria
motivado por ser un lugar equidistante de los tres pueblos, hoy todavía quedan
personas en ellos que recuerdan haber acudido a dicha escuela.
Como digo en
ésta escuela aprendieron sus primeras letras varias generaciones de niños del
Concejo, hasta que pasada la Guerra Civil ésta escuela dejó totalmente de
cumplir su función, parece ser que a partir de esta fecha la normativa fue la
de tener una escuela en cada pueblo, bien acondicionando algún local para ello,
o bien construyendo uno nuevo. Y así la escuela de la "Reria" como
todavía se la conoce, pasó a propiedad particular, lo que no sé es el motivo
para que esto sucediese, seguramente al no tener ya utilidad la Junta Vecinal
la sacase a subasta, y así además de quitarse un cuidado de encima se sacarían
unos dineros para cualquier otro menester, pero esto es solo una opinión.
La construcción del puente que une las dos
orillas del Río Nansa, fue otro de los logros que nos consiguió este
benefactor. Dicho puente está formado por un gran arco, al que sostienen unos
potentes bastiones de piedra sólidamente asentados en su base, y que se van
elevando hacia arriba, hacia lo alto de su arco como unos enormes brazos que lo
mantienen bien sujeto, dejando en libertad solo la parte proporcional del río,
que discurre, señorial y orgulloso, por este impresionante paso que une el
pueblo de Celis y sus barrios, con los otros dos pueblos pertenecientes al
Concejo, Celucos y Riclones. La estrecha carretera que es de suponer, en la
época de su construcción seria poco más que un camino, toma la misma forma del
arco que la sostiene, amparada por dos sólidos muros paralelos de piedra que
hacen de protección y que separan el barrio de la Herrería de el lugar llamado
de "La LLongar" donde el camino, hoy carretera se bifurca a la
derecha hacía Riclones, y a la izquierda
hacia Celucos. En lo alto de éste lugar, y muy visible desde cualquiera de los
tres pueblos, la Iglesia Parroquial de San Pedro contempla desde su estratégica
elevación el ir y venir de sus parroquianos, a los que espera y acoge cuando
llega el último caminar de su vida.
En el principio de mi relato hago referencia
a la traída de aguas con la que éste Señor quiso que su pueblo se beneficiase,
ésta "traída" se hizo desde la cuesta llamada "La Toja" perteneciente
a los montes de la Florida En éste lugar nace un gran manantial en la ladera posterior al "Pico Bon,"
este manantial de agua de muy buena calidad y caudal que, aunque un poco mas
menguado en el verano o en épocas de larga sequía-nunca dejó de manar un agua
que, como digo, es de muy buena calidad, hoy devaluada por los cloros que,
según dicen, son necesarios para prevenir enfermedades, ¡Que cosas¡ Dios me de
el sabor de aquel agua de hace años y no esta que solo sabe a lejía o a cloros
"salvadores." Ésta traída de aguas fue una de las mejoras mas
importantes que pudo tener nuestro pueblo en aquellos años, y para recibir un
bien tan necesario se construyó una gran fuente en la Plaza de San Roque, justo
debajo de la ubicación de la Iglesia del mismo nombre, y como también hago
referencia donada por dicho Señor.
La construcción de esta Obra constaba de una
plaza empedrada sobre la que se edificó una esbelta torreta central con hueco
en su base en el que se colocaban los recipientes para el llenado del agua, dos
grifos de bronce de gran tamaño surtían le agua, que se cerraban y abrían
cuantas veces fuese necesarias, ésta base era una especie de pileta con cabida
para dos recipientes bien holgados, la cual tenia el mismo ancho de la torreta.
A ambos lados de la torreta central dos muretes de obra respaldaban los dos
abrevaderos, uno a cada lado de la torreta central, éstos abrevaderos median
aproximadamente unos seis metros de largo, por mas o menos uno de ancho, de
todos modos si alguien cree conocer otras medidas las daré por ciertas, pues yo
solo me guío por el recuerdo aproximado que tengo, La construcción de esta
fuente estaba magníficamente diseñada, pues tanto el agua que surtía a los
abrevaderos, así como su canalización para el desague sobrante estaban
diseñados de tal forma que nunca se formaron balsas encharcadas, y mucho menos
inundaciones en la plaza, además ésta canalización favorecía en gran medida la
limpieza del estiércol que los animales podían dejar en el empedrado de la
plaza.
La torreta central que también se puede
contemplar en las fotos, era como digo
de una fina esbeltez, su terminación formaba un pico en su cúspide y al ser la
torreta cuadrada le daban junto a los respaldos de los abrevaderos mucha gracia
y armonía. Una placa con nombre y fecha de quien fuera Regidor en aquel tiempo,
en letras negras sobre mármol blanco completaban el acabado de esta fuente.
Frente a la fuente, separado por el empedrado
de la plaza, una pared de piedra forma un muro que salva el desnivel por donde
pasa la carretera, y sirve de asiento en
toda su longitud para utilidad de la gente que quiera sentarse un rato mientras
se llenan los calderos del agua, o simplemente que quieran pasar un rato de
tertulia con cualquier vecino que en aquel momento pueda estar abrevando el
ganado. Esta plaza de San Roque, o plaza de la fuente, no es una plaza dicha
como tal, en realidad es un camino de paso, pero en éste lugar confluyen otros
caminos por lo que su espacio aunque alargado, tiene la suficiente amplitud
para que se la considere la plaza del pueblo.
Esta plaza de la fuente era el punto de
reunión de todo el mundo, aquí además de venir las mujeres a buscar el agua (
raramente lo hacían los hombres,)era el lugar donde la gente esperaba para la
hora de misa los días festivos, o también los días de diario el rosario de las
tardes, allí los niños podíamos correr y jugar a gusto, mientras las madres
comentaban las últimas novedades.
De cómo transcurría la vida en el pueblo se
conservan muchas vivencias y muchas anécdotas, como vivencias las que mas se
recuerdan eran aquellas en las que las jóvenes del pueblo de aquellos años, 40-
50 y 60, (pues éste punto de reunión se alargó en el tiempo durante varias
generaciones) tenían en el paredón de la fuente, sobre todo las tardes
veraniegas, un rato para el esparcimiento, lo cierto es que en aquellos años
las muchachas estaban muy controladas en sus casas, no eran muchos los ratos
que tenían libres, sobre todo durante la semana, las jóvenes por regla general tenían en sus casas muchas
obligaciones, la ociosidad no estaba bien vista y solían tener mala fama
aquellas a las que les gustaba andar de "callejeo" por el pueblo. Sin
embargo como jóvenes que eran, los ratos de esparcimiento cuando por las tardes
las mandaban a buscar el agua, les servían para encontrarse con las otras
muchachas y contarse las novedades, buenas o malas, que cada una tenía, también
para comentar el último encuentro con los muchachos que habían conocido en el
"Portalón" en el baile del domingo. Sabido es, como ya tengo escrito en otras crónicas, que
a nuestro pueblo acudieron durante muchos años multitud de jóvenes de toda la
zona atraídos por el baile que todos los domingos se celebraba en el "Portal
del Pasiego" mas tarde Salón de Memes, por todo esto a las muchachas les
encantaban estos ratos de ocio en los que no faltaban referencias a las últimas
novedades. Lo malo era que la mayoría de las veces el entretenimiento se alargaba mas de la cuenta,
y en éstas ocasiones el castigo consistía en que no te dejasen salir en la
tarde siguiente, además de recibir una buena reprimenda, al final los muchos
quehaceres de las madres les hacían olvidar dicho castigo (o eso hacían ver,) y
así a la chita callando, y si la muchacha era espabilada,(y lo solían ser)
volvían a la fuente y así seguir comentando de nuevo todas las incidencias o
últimas novedades.
Como anécdotas las había muy graciosas, sobre
todo de la forma de ingeniárselas para ir a la fuente aunque el agua no hiciese
falta. Me cuenta Lines, la de Juan, de Celucos,-Mira yo trabajaba por aquellos años en casa de
Teresa la del Palacio, y en cuanto se marchaba ésta al rosario yo tiraba el
agua de los calderos si estos estaban llenos, y salía zumbando a la fuente,
pues esos ratos eran para mi los mejores del día, mas de una vez me gané alguna
que otra reprimenda pues Teresa no era tonta y yo no sabía calcular bien el tiempo.- Me sigue contando Lines,- que a
pesar de que teníamos que salir muy jóvenes de casa de nuestros padres para
trabajar y ganarnos la vida, para mi fueron los mejores años que yo recuerde,
éramos muy jóvenes y aquella plaza de la fuente el mejor lugar para pasar
aquellos ratos de entretenimiento, aunque cómo te digo, Teresa algunas veces se daba cuenta de la jugada,-
También me cuenta Lines, que Teresa tenia a
veces la costumbre de cerrar con llave el portón de la calle, -Y alguna vez me
encontré con los calderos vacíos, pues había tirado el agua, y sin poder salir
a buscarla, claro que para todo había recursos, y saltar el muro por algún
lugar en el que pudiese "colar" los calderos también lo podía hacer.-
Estas son algunas de las vivencias que Lines mas recuerda, pero por supuesto
había muchas mas y como me dice Lines, de las demás se podrían contar relatos
parecidos, aunque cada una tendría sus propias circunstancias. Como vivencias
había también unas cuantas. Esta me la contó Manolito, uno de los chavales que
por aquellos años solían acudir con los demás muchachos a pasar los ratos que
podían con las muchachas en la plaza de la fuente. -Recuerdo, me cuenta
Manolito, que una tarde ya anochecido, andábamos Manolo y yo haciendo tiempo
para ir a cenar y nos sentamos en unos maderos que había amontonados en la
plaza, seguramente de alguna "tala" que se habría hecho en el monte,
como digo nos sentamos allí a fumarnos un "cigarrucu" antes de irnos
a casa.
En esto cuando Manolo se estaba incorporando, al apoyar la mano en los
maderos, pegó un bote casi en el aire.-Oye tú, que ahí detrás toqué una
cabeza,- los maderos eran un buen montón, me sigue contando Manolito, y no nos
atrevíamos a mirar mas de cerca, pues lo cierto es que tampoco se podía ver
mucho, (el alumbrado público tardaría muchos años en instalarse,) Cuando ya íbamos
a marcharnos, bastante "acojonados" por cierto, vimos como un paisano
se incorporaba de entre los maderos diciéndonos,-Caguen la pu…a que andáis
vosotros, como os coja…. No había mucho que temer pues el buen hombre, que se
habría pasado un poco con los vinos, se debió de echar allí a ver si se le
pasaba el "mareo" y se quedó dormido,- y si nosotros nos llevamos un
buen susto el suyo no debió de ser menos.-
Así habría para contar bastantes más de todas
las anécdotas vividas y que he ido recogiendo contadas la mayoría de ellas por
quienes las vivieron, pero no tendría espacio suficiente para todas ellas. Solo
diré que no todos los encuentros fueron tan placenteros, en la plaza de la
fuente al ser un lugar tan transitado también había ocasión para los
desencuentros y alguna que otra pelea. Solía ser frecuente si las vacas se
peleaban al estar abrevando, que los dueños tuviesen unas palabras mas altas
que otras, o algunas amenazas, sin que las cosas llegasen mas lejos, pero por
supuesto rencillas algunas que otras había.
Las mujeres también tenían aquí sus
diferencias, y en una riña se podían echar en cara cosas de la familia, y
sabido es que no hay cosa que mas ofenda que sacar a relucir los trapos sucios
de cada uno, y si la cosa se calentaba cualquiera se metía por medio.
Aquí en ésta plaza se tiraron de los pelos en
una buena riña Maria Linares y Catalina, por lo que digo, por rencillas
familiares, Ángeles la de tía Vitorina tubo aquí una buena
"enganchada" con Josefa la de Toñu, y aquí en ésta plaza se liaron a palos Manolo
el de Socorro con Lino el de Julia, en fin alguna riña mas habría pero eso
forma parte de la propia vida de cualquier pueblo, y lo que es seguro y tengo
por bien cierto, es que ninguno se fue de éste mundo sin que las cosas se
arreglasen entre ellos, ¡Que se puede decir,¡ que no hay mal que cien años
dure, y entre estas personas cualquiera de ellas le habría hecho un favor al
otro si lo hubiesen necesitado, pues por unir los uniría a casi todos hasta
algún parentesco, por lo demás lo que
mas nos gusta recordar en mi pueblo son las cosas entretenidas y agradables, y
no las otras.
FIN.
MARY PÉREZ, DE CELIS