domingo, 13 de diciembre de 2015

UNA HISTORIA NAVIDEÑA

Hola amigos.
Hoy, día de la Inmaculada, me he puesto una vez mas a el ordenador, intentando que la inspiración me ayude, a poder ofreceros un bonito reportage. 
Muchas veces en estos casos, cuando tengo en la mente, mas o menos, algún tema me suele pasar que de repente me viene otro a la cabeza.  Ante la duda de por cual me decido, suelo hacerlo por el que se me ha ocurrido sin pensarlo, pues, aunque no soy nada de supersticiones, ni  historias parecidas, pienso que si me ha venido esa otra idea a la mente, por algo será.
Así que, como la idea que se me ocurrió  fue de algo sobre las navidades,  contaré algo así como un cuento navideño. Seguramente los recuerdos se  entremezclarán , y se antepondrán unos a otros, pero al final el resultado será el mismo, pues todas ellas son vivencias de un tiempo que está alejado en el tiempo, pero que seguramente a muchas de las personas, que al igual que yo las vivió, les parecerá que fue ayer. 


Las navidades son un tiempo en el que mucha gente dice que le resulta triste. Se suelen echar mucho mas en falta a las personas queridas que nos dejaron. También resulta mucho más penoso cuando  a la gente no le van bien las cosas, o más duro todavía, cuando tenemos personas enfermas, sea en casa o en hospitales.
 Todo esto es muy comprensible y cada uno reaccionamos de una forma ante estas situaciones, ( situaciones  por los que todos, en mayor o menor  medida, hemos pasado). Sin embargo hoy mi idea no es contaros cosas que nos hagan entristecer, porque,  de igual modo que de esas situaciones penosas, pocos o ninguno nos habremos librado, es cierto que en igual medida, en el tiempo navideño, también las hemos tenido muy divertidas y alegres.
En las familias de los pueblos, quizás es donde más entrañable sea, y con más alegría se viva  la Navidad, tal vez porque son fechas de reencuentros, y que al no tener toda la parafernalia que se organiza en las ciudades, con sus espectaculares iluminaciones, sus mercadillos callejeros, sus escaparates repletos de regalos, y su incansable bullicio, aquí en nuestros pueblos vivimos estas fiestas con la alegría de nuestros visitantes nuestros amigos, y los familiares que tengan la suerte de poderlas pasar con nosotros, pero incluso siendo todavía fiestas muy de pueblo, no son ni de lejos aquellas navidades que yo recuerdo de mis años de niñez y primera juventud.
Yo recuerdo unas navidades en las que el sueño infantil comenzaba con un día como el de hoy. En aquellos años, el día de la Inmaculada se celebraba también el día de la madre, y ya en las escuelas nuestras maestras y maestros, nos enseñaban como hacerle un regalo a nuestras madres confeccionado por nosotros mismos, solía ser una especie de cuaderno- albun en cuyas tapas dibujábamos, con mayor o menor ingenio, algo alusivo a nuestra madre- Dentro de ese albun , pegábamos unas flores que previamente habíamos dejado secarse entre las hojas de algún libro, también podíamos poner alguna foto hecha por nuestras maestras, de alguna excursión, que nos habrían llevado, aunque esto era algo muy novedoso, pues seguramente pocas de nuestras maestras podrían disponer de cámara fotográfica, por muy rudimentaria que esta fuese, pero que yo recuerde alguna vez si pudimos pegar algunas fotos, aunque lo que más poníamos, eran dibujos con cosas del día a día de nuestro tiempo escolar.
Después de esta fecha, que como digo era para todas nosotras un preámbulo a las navidades, que cada día teníamos más cercanas, en la escuela también nos ensayaban villancicos, y se nos contaban en las catequesis historias referentes al tiempo navideño, por todo ello, aunque aun faltasen muchos días el espíritu navideño lo vivíamos con antelación. En ese tiempo a nuestras casas, solían llegar unos cuadernos propagandísticos, de los más importantes almacenes españoles, venían con el correo, y eran “releídos” por todos los de la casa, desde los mayores a los más pequeños. Siempre eran de los almacenes madrileños de “Galerías Preciados”, y de alguno más, creo recordar de unos que se llamaban, “Almacenes Sepu”.  Aquellas revistas propagandísticas, nos alegraban mucho en el tiempo, previo a la Navidad

 Mostraban un sinfín de productos, tales como regalos, turrones, toda clase de dulce, que ni soñábamos que sabor tendrían, también ropa muy moderna, creo que algunos muebles…  Pero sobre todo nos mostraba algo que a los críos nos entusiasmaba, por encima de todo, unos preciosos nacimientos con toda clase de figuritas, sus Reyes Magos, el palacio de Herodes, la Virgen, San José, y el niño, así como la mula y el buey, estos por supuesto dentro del precioso portal de Belén. Por descontado, ni  se nos pasaba ni por la cabeza que nuestros padres nos pudiesen comprar de aquellos catálogos ninguna de aquellas figuritas que se eshibian en sus páginas, pero nos servían de modelos para, con mucha paciencia y mucho ingenio, nosotras las dibujásemos en unos papeles acartonados, que luego recortábamos, dejándoles un poco de base para que sostuviesen de pié. Y después sobre una tabla que cubríamos con musgo decorábamos aquel nacimiento tan artesanal que una vez colocada cada cosa en su sitio no quedaba nada mal, les colocábamos sus montañas, con rocas que tuviesen esa forma, y luego con un poco de harina que esparcíamos por encima, daban la sensación de nieve, tampoco faltaba su río para lo cual utilizábamos aquel papel de plata que envolvía las tabletas del chocolate.  En fin que ingenio no nos faltaba, y lo cierto es que eran unos nacimientos la mar de logrados.

Pero la estrella de aquellos cuadernos – catálogos, eran los juguetes. Unos juguetes que nos hacían soñar con uno de los días más importante de las navidades. La Cabalgata.  En eso los críos de la cuenca del Nansa sí que fuimos afortunados. La Empresa Saltos del Nansa preparaba todos los años una preciosa cabalgata, que creo que pasaba por todos los pueblos donde tenían sus Centrales. ¡¡¡Bueno para que voy a decirles lo que aquello suponía para unos niños, de unos pueblos,  que en la vida habrían soñado con ver algo así en sus pueblos en aquellos años. ¡!!! Creo que nunca agradeceremos bastante, a una Empresa como la de Saltos del Nansa, que hubiesen hecho tan felices a unas cuantas generaciones de críos, en una comarca como la nuestra, aquellas colas de niños en fila, siendo “muy buenos” que era lo que todos les decíamos a aquellos Reyes Magos, tan elegantes , tan señoriales, con sus coronas relucientes, sus preciosos vestidos y sus imponentes capas bordeadas de armiño. Nunca será pagado por aquellos padres el ver a sus hijos enloquecidos de entusiasmo y emoción, relatarles a los Reyes Magos, lo que desearían que esa noche le dejasen en sus balcones y ventanas. Era tal la emoción que muy pocos recordábamos lo que nos hubiese gustado que nos regalasen, ellos como buenos sicólogos, ya nos advertían que no teníamos que pedir demasiadas cosas, que los niños del mundo eran muchos, y que tenían que repartir los juguetes para que les llegasen a todos. 



  Cuando los de Oriente se despedían de toda la gente de los tres pueblos del Concejo, que habían venido a recibirlos con sus numerosas proles, entre los aplausos a sus Majestades , los críos nos retirábamos con nuestros padres a nuestras casas, para ver si el tiempo corría rápido, y así  los Reyes hiciesen pronto su recorrido hasta llegar a nuestras casas. No eran tiempos en que en las familias sobrase el dinero,  para emplearlo en comprar juguetes a los niños,  pero tengo en el recuerdo que nuestros padres nunca dejaron de “pedirles” a los Reyes algún regalo para sus hijas. Incomprensiblemente,  para mí y mis hermanas que siempre tuvimos alguno, el que al día siguiente , algún niño condiscípulo nuestro, nos dijese, que por su casa no habían pasado, nos parecía una tremenda crueldad. ¡¡Como era posible que unos Reyes tan ricos y tan cariñosos con nosotros, se pudiesen olvidar de algún crio en una noche como aquella.!! Esto era muy triste pero lo cierto que a algunos niños solo les habían dejado, algunos calcetines, unas nueces o unas castañas o manzanas. No se puede juzgar a nadie, pero algunas veces solo consistía en una gran falta de sensibilidad, pues los niños, cualquiera de ellos, se habría conformado con cualquier juguete de fabricación casera.
                           

 Durante ese tiempo previo a la navidad, en nuestras Iglesias , si que los nacimientos tenían un gran protagonismo, y aquí las figuras que componían el Belén, eran unas preciosas figuras de una fina cerámica , creo que estas figuras tenían una gran antigüedad, por eso las catequistas y demás personas encargadas  de colocar el nacimiento, no cesaban de repetirnos que tuviésemos mucho cuidado con ellas, lo cierto era que fuese porque nos encargábamos de recogerles el musgo y las rocas, para ambientar las montañas, a los críos nos dejaban participar en su decoración, y desde luego esto si que lo hacíamos con mucho entusiasmo.  
Un tiempo antes, pero por esas fechas navideñas, en nuestras casas entraba, como un extra, el economato” regalado” esto, como ya he explicado en alguna ocasión, consistía en los lotes de productos alimenticios que la empresa minera en la que trabajaban la mayoría de los hombres de nuestro pueblo, por estas fechas, premiaba a sus empleados, -como si de una moderna cesta navideña se tratase,-   Y consistía en incluir por triplicado de los principales productos básicos en la alimentación, todo lo que normalmente se adquiría mes a mes, en la tienda de la empresa, como paquetes de café, de azúcar, arroz, alubias, garbanzos… galletas chocolate …etc etc,  además de latas de bonito, de sardinas, de calamares… así como botes de melocotones o de leche condensada… todo un estupendo lote de comestibles, que al ser por triplicado para cada miembro de la familia, y dado que lo que más abundaban eran miembros en las familias en aquellos años, se puede uno hacer una idea de lo felices que hacían a nuestras madres la entrega de estos productos.
 Ccuando pasados los años, se impuso la paga extraordinaria, suprimiéndose para siempre el regalo de estos productos,  y aunque bien es cierto que por las navidades se notó su falta, pocos o ninguno la cambiarían por el “economato regalado,” pues aunque esta paga sería acorde con el sueldo del mes, en las familias una entrada doble de dinero, por poco que fuese la paga mensual,  era un extra que les venía a solucionar otros problemas tal vez muy acuciantes. Los productos regalados, aunque venían muy bien, no irían mas allá de ( como mucho en aquellos años)unas 500 pts, eso en las familias más numerosas. El sueldo de un obrero normal, sin ninguna categoría,- pues los había que ganaban bastante más-, seria de unas 3000 pts, como mucho, algo mas si habían tenido alguna contrata adicional,- que las solían tener.- Esto en los años que estoy hablando , que pasarán de los 55.  Sin embargo aquel “economato regalado” fue recordado durante muchos años.
Después de esto los días corrían deprisa, aunque a los pequeños se nos hacían muy largos. Y  llegaba la nochebuena.   Qué maravilla. Era una noche bastante especial, y no porque en nuestras casas tuviésemos los manjares que con los años se están introduciendo en nuestros menús, que bien mirado hasta apetecería cambiarlos por aquella tortilla enorme de patatas que hacía mi madre, hecha con huevos caseros, junto a unas latas de aquellas sardinas y bonito “regalado.”



 Como postre se habrían unas latas de melocotones, también de los “ regalados”, y como anécdota recuerdo que mi padre siempre nos decía, que a él le dejásemos el zumo de los botes, y los melocotones para todas nosotras, aunque siempre le dábamos un trozo  de melocotón para que lo probase, y como éramos unas cuantas , al final no salía nada mal . En aquel tiempo todavía no habían nacido los más pequeños, Manuel Antonio, e Isabel, bueno Isa para todos. Algo  que no quiero echar en olvido, era del  “ cachuco” de turrón que nos daban como postre,- y eso si que era un gran lujo,-  también iba incluido en el “economato regalado” de la mina, como todavía no éramos muchos, ( mis padres y cuatro hermanas), se guardaba un trozo de turrón de cada tableta, ( duro y blando) para la Nochevieja , hay que entender que estas tabletas eran como dos veces más que las mejores de ahora, y como también les llevábamos un poco a los abuelos …. Pues los trozos se comprende  que eran bastante pequeños , pero era turrón al fin y al cabo.  Hoy contado así,  parece increíble, pero les aseguro que si de algo tengo memoria es de lo vivido en las nochebuenas  en aquellos años.  De lo que se ponía “fino”mi padre era de las torrijas que esa noche hacía mi madre, eran unas hermosas fuentes de torrijas, de las que mi padre no perdonaba unas cuántas , nosotras ya bastante llenas no les hacíamos demasiado caso, eso si, al día siguiente las devorábamos en el desayuno.

Un recuerdo que tengo muy presente de aquellos años, era que antes de la Misa del gallo, pasábamos por casa de mis abuelos, tengo que decir que aunque la nochebuena la solíamos pasar en casa de mis padres, no era raro que mi hermana Carmina o yo nos quedásemos a cenar en casa de nuestros abuelos, pues como nos criamos con ellos, siempre estábamos a porfía para quedarnos en su casa, y no por que estuviesen solos, pues en aquella época mi tío Chucho, estaba en casa, soltero y sin compromiso.   Pero si no era así lo que hacíamos era cenar con mis padres y después de la Misa del gallo una o la otra ya dormíamos en su casa. Mis abuelos recogían siempre muchas castañas , tenían barios y buenos castañares, y en aquellos años no se desperdiciaba nada, solían salir un día en el tiempo de la recogida, a “varearlos.” A la gente del pueblo no hace falta explicarles en qué consistía dicho “vareo” pues como su propio nombre indica, era mover con fuerza las ramas del castañar , con unas varas muy largas para hacerlas caer junto con el erizo, así una vez reunidas se las apilaba en  alguna cuadra en el pueblo, para posteriormente sacarlas del erizo, y comerlas bien,- asadas
 o cocidas,- a este proceso de apilamiento,  le llamábamos el “carril,” y era una forma de que conservando el fruto dentro de su cáscara, no se quedasen endurecidas por el paso de los días, y así poder comer castañas durante un largo tiempo. Pues bien esto viene a cuento de que como la misa del gallo era a las doce de la noche, y en mi familia ( y creo que en todas las familias del pueblo) el asistir a la misa era casi sagrado, mientras llegaba la hora, solían ir llegando mis otros tíos y tías, a pasar un rato en la cocina de los abuelos, lo que hacía que ya mi tío o mi abuelo habría escogido un buen lote de castañas que estarían asándose en el viejo “tambor” agujereado , dándoles continuamente vueltas para que se asasen todas por igual.
Y allí una vez volcadas las castañas en el mismo suelo de aquella cocina cuya “campana “ se alargaba de pared a pared, teniendo en el centro  el hueco de la chimenea, y colgada de ella, la gran cadena, y “regero” en cuyo centro, justo encima del fuego, y a la altura de este que conviniera, se colgaba cualquier utensilio que se necesitase, que lo mismo podía ser una caldera para “boronos”, como en este caso el tambor de las castañas.  Sentados en los bancos de madera y en los pequeños “tajucos” entre charlas de los mayores, yo con los años he aprendido a valorar una vida muy sencilla pero muy auténtica.   Siempre he echado en falta la pérdida de aquel “tambor” que con los años y otros avatares de la vida desapareció de casa de mis abuelos. La muerte prematura de la abuela Luisa, y el posterior cierre de la casa , al trasladarse mi abuelo y mi tío a casa de mis padres , propicio que pasados los años, cuando mi tío Chucho remodeló esa casa, muchas cosas se perdieran para siempre, nadie daba demasiada importancia a cosas que parecían inservibles. Una pena. Como también he echado en falta aquellos villancicos cantados al son de las panderetas del coro de muchachas y muchachos del pueblo, ¡¡Que emocionante y que alegre el estampido de aquellas panderetas, y aquel sonido de la cuchara sobre la botella labrada al comienzo de la misa, ¡¡Quien no ha vivido unas navidades como aquellas, nunca lo podrán entender!!  Y el momento en que acabada la misa todos salían a la adoración del Niño.  


Con cuanto respeto aquellos hombres y mujeres,   jóvenes y mayores,  en fila, acudían a besar a un niño que para todos nosotros representaba el mejor espíritu navideño.  Podemos pensar en estos tiempos de tantos adelantos, en esta generación de altísima tecnología,- que a mí  misma me deja pasmada ,- pues… cúando  yo soñé que un día estaría contando estas vivencias a través de un moderno artilugio que en aquellos años nos sonarían a ciencia ficción. También que aquello es un tiempo pasado de moda , y que poco o nada nos puede aportar ahora. En un tiempo que corre tan deprisa,  en el que  cada día, están saliendo novedades que casi dan vértigo, todo esto  eran tradiciones arcaicas, que solo las vivían gentes muy crédulas ,  que habíamos visto poco mundo. Bueno soy de la idea que cada uno piense lo que quiera, lo que no me podrá quitar nadie, es el pensar que por muchos adelantos que halla, - y  que en gran medida son muy necesarios,- que la gente no es más feliz de lo que lo éramos en aquellos pasados años tal vez mucho mas trabajados no cabe duda , pero no más felices.
Volviendo a los recuerdos navideños,  con los años estas fiestas en el pueblo de Celis fueron a mas.  La gente cuando salía de la misa del gallo se juntaba en los bares del pueblo( que nunca cerraban), a pasar un rato de tertulia, pues el ambiente festivo les quitaba las ganas de retirarse a sus casas, y de esta forma, se fue imponiendo la costumbre del “trasnocheo.” Los dueños de los bares, por ser las noches que eran, se sentían rumbosos , y convidaban a sus parroquianos a un pocillo de  chocolate  que a aquellas horas, y con la “raspa” que caía les sabía a gloria, todos repetían, pero el tabernero no perdía la noche, pues después del chocolate se tomaban unas buenas copas, pero estas claro está, por cuenta del cliente.
   Con los años la juventud que empezábamos a despuntar, le pedíamos a Memes, el dueño del salón de baile del pueblo, que nos pusiese el tocadiscos, y Memes que era la persona más complaciente que haya habido, -sobre todo en un negocio como el que el regentaba junto a su mujer Remedios,  bar  tienda para todo, y salón de baile, un salón al que llamamos siempre, en los años que duró su andadura, “El Portalón” y Memes no  dudaba en ponernos los modernos discos en aquel también moderno tocadiscos, costeado por él, para que la juventud de Celis tuviese, durante muchas décadas, el mejor lugar de diversión y esparcimiento. Un “Portalón” que con los años, se convirtió en un modernísimo salón de baile ,que en nada desmerecía con cualquiera de las salas de fiesta, de cualquier capital. Pero esta ya es otra historia .
Y,  como esa  historia ya forma parte de otro tiempo, la dejaremos reposar, pues de lo que se trataba en este relato navideño, es de que toda la gente que no lo vivió conozca un poco como la vivimos los que en aquellos años éramos unos críos que poco a poco nos fuimos haciendo  mayores, y que estos recuerdos de aquel tiempo pasado se sepan,  pues, son la historia de los padres y abuelos de la generación actual, que  también con el tiempo,  formará  parte de nuestra historia, de la historia de su pueblo.  Pero… ¿formará también parte de otra historia Navideña?                
                            UN SALUDO  DE MARY PÉREZ.   DE CELIS

sábado, 28 de noviembre de 2015

LOS MINEROS Y LA MINA






Hola amigos.
Entre todos los artículos que he escrito, ( algunos  hace ya bastante,)  en una publicación que se repartió hace tiempo, y que muchos recordarán, ninguno dejó en mi tanta mezcla de recuerdos y nostalgia de lo que fue la vida en nuestros  pueblos,  y de la dependencia de su trabajo en la minería.
Por todo lo que ello supuso, esta crónica se la dedico a los muchos mineros, que durante tantos años vivieron, sufrieron, tuvieron penas, y algunas alegrías, y también murieron, dentro de su ciclo de vida dedicado a la minería.




Esta zona nuestra del  Nansa, que como tal zona, englobó desde el nacimiento del río, hasta su desembocadura en la entrada al mar, por la bocana de Tina Menor, en el pueblo de Muñorrodero, en un recorrido que como todos los que por esta comarca vivimos, nace en lo mas alto de las cumbres de Campoo, y que todos conocemos  como cuenca del Nansa, los distintos pueblos que componen los Ayuntamientos de la zona central de su recorrido.  Sin embargo aunque su fama le venga dada por la Empresa que aquí se creó hace muchos años, conocida como “ Saltos del Nansa”, quizás su volumen de trabajo, no le vino dado por dicha Empresa – no en su totalidad al menos,- sino por otra, que también empezó su andadura, bastantes años antes que esta Central  hidroeléctrica.  Se trataba de la explotación minera que se creó en los montes de la Florida, pertenecientes al Concejo de Celis, por la Real Compañía Asturiana de minas.
 Esta Empresa lo cierto es que los puestos de trabajo que se crean para ella, son mas de los pueblos del medio y bajo Nansa, y concretamente en el pueblo de Celis en casi todas las familias, directa o indirectamente, había algún minero.
 En alguno de los artículos que he publicado, ya he hecho mención, a la gran suerte que tuvimos los habitantes de nuestra zona, -y mas concretamente a los del Concejo de Celis,- y como zona hago mención a la del Ayuntamiento de Herrerias, pues como digo, rara sería la familia, - y en bastantes casos todos,- que no trabajasen cualquiera de estas dos Empresas.  Y con ello, y ser nuestros pueblos netamente ganaderos, el trabajo mixto fue durante muchas décadas, de lo que se vivió en toda nuestra comarca del Nansa.

 

 Desde luego en la parte alta, digamos  desde los pueblos de Polaciones, donde se embalsa el mayor volumen de agua en su central de la Cohilla, pasando por La Lastra, Tudanca, Salceda…  Mas  abajo Rozadío, Cosio, y Puente Nansa,- quitando unos cuantos vecinos de Cosío-  fueron mas los que trabajaron en la Empresa Saltos del Nansa.
Estos mineros de Cosío, bajaban todos los días, y según el turno que les correspondiese, en sus bicicletas, haría frio o calor, viento o lluvia, y también algunas nevadas,- por cierto cuando nevaba, este recorrido no les quedaba otra que hacerlo andando ,-  hasta Celis, del que dista 7 u 8 km., para en dicho pueblo poder dejar su rudimentario medio de transporte aparcado en algún portal, y emprender andando los casi cuatro km. que los separaba de la primera entrada al trabajo en los montes de La Florida, en su bocamina de “La isidra”. 

Esto, si no tenían que seguir por un trayecto mucho mayor, por la de” La Cuerre”.  O  mas costoso todavía, que su turno no fuese por las galerías de las de la “Plaza el Monte”, por la otra vertiente de los montes de La Florida, que enlazaban en su interior con las mismas minas. Unos km.  mas abajo, la llamada de “Cereceu” ya en territorio del Municipio de Valdáliga, todas ellas de la misma Compañía minera, pero situadas en sectores distantes entre si, aunque comunicadas unas y otras interiormente por sus galerías.
Las muchas familias de mineros de estos pueblos, sabemos de lo muy duro y sacrificado que era su horario de trabajo, fuese este de mañana tarde o noche.  Siempre se tenía que salir de casa con dos horas de antelación, pues en la mayoría de las ocasiones, hasta que no llegaban al trabajo, no sabían por cual de las bocaminas tenían que entrar, y por ese motivo la llegada al trabajo tenía que ser puntual.  Este recorrido diario se hacía andando cuesta arriba, salvando esos tres o cuatro km . O bastante mas, si como digo, la entrada la tenían por la bocamina mas alejada.

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Y si costoso era ya esa subida para llegar al trabajo, se puede uno imaginar en los días mas crudos del invierno, cuando el agua, la nieve y las ventiscas, barrían las cuestas de esos montes de La Florida.  En la temporada veraniega era mucho mas llevadero, pero no menos cansado, pues la mayoría de estos hombres, ya llevaban a sus espaldas otros trabajos que se compaginaban con el de la minería. seguramente ya habrían dejado algún prao segado para que su familia lo pudiese atender en su ausencia, o aradas algunas tierras, o se habrían pasado la noche en vela “apartoriando” alguna vaca.  Y pobre del que en aquellos años no tuviese alguna actividad complementaria, pues si lo cierto era que el sueldo de la mina era fijo mes a mes, la mayoría de las veces era muy insuficiente para el mantenimiento de las familias, que en aquellos años solían ser muy numerosas. Y si era a la salida del trabajo, pues lo mismo, desde este, y sin siquiera pasar por casa se iban directamente a algún invernal, en el que la familia llevaría todo el día atendiendo el ganado y la hierba , y esperando que el llegase para poder recogerla.
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Sin embargo dicho lo cual, y siendo muy cierto, que los trabajos  eran muy sacrificados, lo que no cabe ninguna duda, es que el trabajo en las minas de la Real Compañía Asturiana, dio vida y prosperidad a muchas familias mineras durante muchas décadas. Hoy con la crisis tan importante que está  padeciendo nuestro país , hace que volviendo la vista atrás, recordemos que a pesar de un trabajo tan duro como era el de la minería, sepamos valorar lo que era una profesión, en la que era muy raro el despido, tal vez inexistente, la mayoría de los mineros que se iban jubilando, habían trabajado toda su vida en la mina, no habían conocido otro trabajo, tal vez en muchos casos dejándose la salud, y también en algunos otros hasta la propia vida,- en nuestro pueblo tuvimos algún caso,-  pero no menos duros que los que hace años trabajaban en las canteras, o en cualquier otro trabajo no menos dañino,  y si no que se lo pregunten a los pescadores que a la amanecida salen a faenar en sus pequeños barcos. O a los muchos emigrantes que salieron de nuestro país a buscarse la vida, y después de muchos sacrificios, ni siquiera lograron poder regresar a su tierra.
 
La minería también era tener vida de compañerismo,  en el que muchas horas de faenar espalda con espalda en las profundidades de la mina, le abrías el corazón al amigo, y se desahogaban muchas preocupaciones, algunas penas, y también algunas alegrías. Ese mismo camino que había que recorrer, desde sus casas por las cuestas que los acercaban al trabajo, era donde mas se ponía de manifiesto ese compañerismo, cuando al ir encontrándose unos con otros, siempre se esperaba al que, por cualquier motivo, quedaba mas rezagado. Ellos sabían quienes componían el mismo turno, y así, una vez todos juntos, emprender la subida a un trabajo que era para todos el sustento de sus familias.
Con los años fueron introduciéndose algunas mejoras, y con las diferentes asambleas, informativas que se convocaban, se llegó al acuerdo de contratar un medio de transporte, que por las carreteras de los diferentes pueblos, con población minera, los pudiese ir recogiendo, dado que desde el cruce que hay a mano derecha a un km.  mas o menos, del pueblo de Labarces, en dirección a Roiz, por la Collada de Bielva, el desvío  se podía hacer por carretera hasta las minas.  Esta carretera estrecha ,  y bastante peligrosa , dado su desnivel por una empinada cuesta,  se había construido bastantes años antes para el exclusivo servicio de los transportes de las minas, dado que incluso los mineros del pueblo mas cercano a ellas, - Labarces,- lo tenían mas fácil por los senderos de los montes cercanos, que por el recorrido mucho mas largo de esta carretera.
Después de muchas discusiones, se pudo llegar al acuerdo de contratar un autobús, que trasladase a los mineros, recogiéndolos por turnos, en las diferentes poblaciones mineras, este acuerdo, bien es verdad, llegó cogido por los pelos, pues no todos los obreros estaban de acuerdo en ser ellos quienes se tuviesen que costear dicho traslado, dado que la Empresa, a la que a través de sus delegados, se le comunicó esta mejora, se negó a ser ella la que costease dicho transporte. Hubo algunos enfados, pero al final la mayoría llegó a la conclusión, de que ya estaban hartos de caminatas, de mojaduras, de fríos, celliscas y nevadas, o de calores sofocantes para llegar a las minas, y meterse a muchos metros de profundidad, en los fríos y húmedos túneles de las minas, para, por lo menos, y dadas las mejoras salariales conseguidas, en los últimos convenios colectivos, no tener al menos la comodidad de un medio de transporte, que les ahorraría las largas caminatas de toda la vida.
Después de esto, la vida de los mineros fue tomando otro rumbo, la vida en la mina ya no resultaba tan peligrosa, las inspecciones y asambleas informativas que se impartían, fueron concienciando, tanto a los mineros, como a la propia Empresa de sus derechos y obligaciones. Los salarios, que para un trabajo como el de la minería siempre seria mejorable, se puede decir que era equiparable, o incluso superior, al de los trabajadores de cualquier otra Empresa. Un economato que funcionó desde el comienzo de estos trabajos mineros, surtía a las familias en todo lo necesario para el sustento y complemento de estas.

 



Mucho antes de que se aprobasen las pagas extraordinarias, las familias de los mineros, disfrutaron del llamado “economato regalado”  que llenaba en las casas, las despensas de los mineros. Sería lo que mas tarde se pondría de moda en las Empresas, como “  cesta navideña”.  Consistía, en que por estas fechas, con un número de productos básicos en la alimentación, se repartía entre todas las familias de los mineros un lote importante de productos. Como dato curioso, estos productos eran equiparables al  número de miembros de las familias, y se repartían por triplicado, así, y como ejemplo, si una familia estaba compuesta solo por cuatro miembros a estos se les repartían tres paquetes de arroz a cada uno, tres de azúcar, tres de garbanzos, tres de latas de sardinas, de bonito de melocotón, etc,etc . Y que conste que a estos lotes no les faltaba nada de cualquier producto alimenticio. Por todo ello se puede cualquiera imaginar, que en las familias muy numerosas, este lote les venía a solucionar la vida durante bastante tiempo, lo cual en aquellos años no era  poco, pues  lo que no faltaban en nuestros pueblos eran familias muy numerosas.  Como anécdota, y algo que solo disfrutábamos las familias de los mineros, entre este reparto se incluían dos tabletas de turrón, una del duro y otra blando, ni que decir tiene que esto era todo un lujo en aquellos tiempos, pues se completaba el lote, con una botella de cuartillo de anís del Mono, y otra de coñac.


 Como digo todo un lujo, pues las tabletas de turrón no eran comparables a las que hoy se comercian, estas eran unas buenas tabletas, bastante mas  grandes, y de inmejorable calidad, pero ya me dirán lo que podía tocar en la repartición,  aquí lo malo sería, que a la mayoría les gustase solo de una clase, aunque no era este el caso, pues era tan escasa la repartición que cualquiera se conformaba con lo que les tocase, yo recuerdo haber escuchado a alguno de los críos amigos, de una de esas familias mas numerosas,  ( presumiendo un poco,) que ya sabía cómo gustaba el turrón, pues a él le había tocado un “cachucu” cuando su madre lo repartió. Los más pequeños siempre preferíamos el turrón duro, pues aunque el sabor del tierno nos gustase mas, el otro, al costar  morderlo, nos duraba mucho más tiempo.
 

Hoy todo esto parece tan lejano …… Las familias ahora, le dan poca importancia ( sobre todo la gente joven) a esto que vivimos los que ya tenemos una edad, yo estoy bastante harta de oír decir a mucha gente, (gente que por otro lado pasó muchas necesidades en su día) que en su casa a nadie le gusta el turrón, no es una crítica, en la mía algunos pasan también de estos dulces, lo que a mí no me impide recordarles, que en los tiempos que corren,(Dios no lo quiera) algún día pueden echarlo de menos, pues todo lo da la abundancia, y que a ésta juventud nuestra, no les ha faltado de nada, pero la crisis,- aunque ahora parece mucho mas llevadera,-  puede volver a atacarnos. Eso cuando en muchos casos todavía está ahí, y cierto es que hay familias que tienen muchas necesidades y carencias. Familias que en muchos casos, nunca pensaron que eso les podía llegar a pasar a ellos. Yo desde luego, será  por que tengo presente las carencias  que vivimos, sigo encontrando en el turrón uno de los mejores sabores.

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En nuestra vida familiar minera, había una fecha, en la que todos los mineros se sentían orgullosos de serlo, ese día era el de Santa Bárbara. Desde luego, si algo era emocionante en su vida laboral, ese era el día de su Patrona. Una fiesta que era costeada por los mineros en su totalidad, los mineros pagaban a “escote” una orquesta local, y por la mañana encargaban al párroco del pueblo una misa muy solemne.  A ella acudíamos con nuestros padres, todos los hijos de los mineros, y toda la gente que ese día quisiera compartir con nosotros, tan importante fecha.  Yo recuerdo como ese día, estrenábamos siempre algo, que nos habían confeccionado entre mi madre y mi abuela, no en vano nuestra  familia era minera por los cuatro costados.  En un momento de la celebración de la misa, el coro parroquial, cantaba la canción que cada año, cuando era escuchada, ponía un nudo en la garganta, y lágrimas en los ojos, de unos hombres que, creyentes o no, volvían la mirada a la Imagen de la Santa, que ellos mismos costearon con aportaciones de su sueldo, y que desde la hornacina de su altar, los contemplaba, seguramente , dándoles fuerzas para el día a día de su trabajo.
                                               A TUS PIES MARTIR GLORIOSA,
                                               TUS MINEROS VES POSTRADOS
                               

¡¡O PATRONA EN DON ACEPTA,
DE SU AMANTE CORAZÓN¡¡
SANTA BÁRBARA VENDITA,
ANTE EL TRONO DEL SEÑOR,
TEN PIEDAD DE LOS MINEROS,
QUE TE INVOCAN CON AMOR.Ç

Estatua de mineros
Una vez acabada la celebración de la misa, y para que nada faltase en ese día tan especial para ellos, un grupo de jóvenes del pueblo, compuesto en su mayoría por familiares de los mineros, bailaban la danza de los “picayos” con canciones alusivas a ellos y a su Patrona.

LOS MINEROS CUANDO BAJAN
A LOS POZOS DE LA MINA
SE ENCOMIENDAN CON FERVOR
A SU VIRGEN PEREGRINA.
También demostraban la alegría por su fiesta, convidando a todos los jóvenes a tomar algo en los bares del pueblo.
Mas tarde, la comida en familia, que ese día era muy especial, para después salir a tener un rato de tertulia con el resto de los vecinos del pueblo.  Y ya, por la tarde, con la orquesta y el baile, poner el broche final a una fiesta tan entrañable,  por lo que significaba para unos pueblos mineros, como eran los tres que componen el Concejo.  Y  por supuesto para el resto de los mineros de toda la comarca del Nansa, que esa tarde, después de las  respectivas  celebraciones en sus pueblos, acudían  al baile que Celis organizaba para todos en el Salón del Pasiego.
 Al día siguiente, volvería la lucha, volverían los fríos y las humedades en las profundidades de las minas, pero el recuerdo de su Patrona, también les daría las fuerzas necesarias para seguir adelante.  Hoy, los pocos mineros que van quedando, y los familiares que los acompañamos, en la misa que todavía se celebra en su honor, siguen emocionándose, sobre todo cuando con mucha sinceridad, alguno de ellos recuerda que él, todas las noches, reza una oración a Santa Bárbara.

 Pasados los años, solo los recuerdos de lo que fue aquella vida minera, acompaña a los que aún están con vida, todos ellos dejaron en la mina los mejores años de su vida.  Con el tiempo, al cerrarse las minas de la Florida, los mineros,  aunque muy menguada su plantilla, se pudieron incorporar  a las minas de la misma Compañía en Reocín  e Hinojedo, en el término de Torrelavega.  Por supuesto supuso un gran inconveniente a las familias, que, en algunos casos decidieron trasladarse a vivir en esta ciudad. Eran mineros todavía bastante  jóvenes, y tal vez pensaron que a la larga,  sus hijos encontrarían allí mas oportunidades,  los demás, siguieron con los traslados en autobús en los turnos correspondientes. Pero estaba cantado que la vida de la minería tocaba a su fin, y cuando pasados unos años, la Empresa,( que ya no pertenecía a la Asturiana de minas) echó el cierre, los pocos mineros que quedaban en plantilla, en líneas generales, aceptaron la jubilación. Fueron jubilaciones muy bien incentivadas, y la mayoría las tomó de buen grado, eran gente en buena edad, y con un retiro mas que aceptable ( según referencias de alguno de ellos.)  Y cierto será, pues hoy casi todos ellos viven con un tranquilo retiro, y buscándose alguna actividad que complemente, y llene, las muchas horas que les quedan libres, disfrutando de los nietos, y de lo que la vida les va dando.

REUNION DE ANTIGUOS MINEROS,

FOTO TOMADA DE LA REVISTA ''RECUERDOS DE MI PUEBLO'', DE CELIS

Las minas de la Florida, hoy son visitadas por los miles de turistas, que han descubierto en las cuevas del “Soplao”, un mundo subterráneo lleno de belleza en sus cavidades.  En sus techos de estalactitas, y estalagmitas.  Un mundo, en el que, por esas mismas bocaminas que ahora admiran  esos miles de turistas que las visitan,   hace ya bastantes años, con sus botas de goma, sus buzos azules, con la “ carburana” y el bocadillo colgados del cinturón, las filas de aquellos mineros,  estaban muy ajenos a la importancia que su mina de la Florida,  llegarían a tener en todo el mundo, y no porque , ya ellos, no habrían admirado esos suelos y esos techos muchos años antes . Unas cuevas, y unos túneles, que tanto recorrieron, y en la que como dije anteriormente, se dejaron los mejores años de sus  vidas.
                                             UN RECUERDO A TODOS ELLOS,  SON LOS QUE DE VERDAD SE LO MERECEN.
                                          MARY  PÉREZ.  DE CELIS  









sábado, 14 de noviembre de 2015

PUENTENANSA, CRUZE DE CAMINOS


  




  
         

                                                 Puente Nansa  Puente Nansa


                                                 Donde se tallan los mozos……

Es de recibo que yo dedique uno de mis artículos a Puentenansa, este pueblo mal que nos pese, es la capital de nuestro Municipio, cruce de caminos y famoso por ser llamado El Valle de la Marquesa. Este nombre no se porqué le será dado, pero como su propio nombre indica en su día debió ser un marquesado, pues los nombres no se ponen por que si, todos tienen su enjundia, he intentado averiguar cual fue el origen de dicho marquesado, pero no he hallado referencias fehacientes de dicho titulo, algún día daré con ellas, lo que me dará motivo para dar a conocer su historia.
Digo, mal que nos pese, pero no por nada que éste pueblo nos haya hecho, sino por que al carecer los demás pueblos del Municipio, de los servicios que Puentenansa  nos presta, tengamos  siempre que desplazarnos a este, para poder optar a dichos servicios si queremos solucionar cualquier cuestión, y de cualquier índole, al ser la sede de nuestro Ayuntamiento, y Capital de nuestro Municipio.
Como digo es cruce de caminos (hoy buenas carreteras), que en el confluyen, y por el nos podemos dirigir a cualquier parte de nuestra provincia, la carretera que lo atraviesa, por la parte baja tiene su salida al mar, y por la parte alta siguiendo la ruta de Peñas Arriba hasta el valle de Polaciones,  y por ahí a Castilla.


Trasversalmente lo cruza la que viene de Cabezón de la Sal, y que atravesando los collados de Ozalba, el valle de Lamasón, y el collado de Hoz en Peña Rubia, nos llevaría a su salida en La Hermida. Desde ese punto, a la izquierda, llegaríamos a tierras lebaniegas, y a la derecha cruzando territorio asturiano, a su entrada por el pueblo de Panes. Alargando un poco más la referencia de ésta ruta haremos de nuevo la entrada a Cantabria siguiendo la carretera que nos enlaza con ella desde la villa de Unquera, que por Pesues, y atravesando el pueblo de Muñorrodero,  volveríamos aguas arriba hasta el lugar de partida- Puentenansa- con lo que habríamos dibujado una O bien redonda, y de paso habríamos realizado uno de los mas bonitos recorridos en las rutas de nuestra provincia.
 

Y así, llegados otra vez a Puentenansa, podemos desde el mismo cruce pero en sentido inverso seguir la carretera, y pasando por el pueblo de Carmona, cuna de buenos albarqueros, atravesando su famosa Collada, llegar hasta el valle de Cabuerniga, que por su izquierda nos llevaría en su recorrido por los pueblos de su precioso valle, a la salida a Cabezón de la Sal, y de ahí, hacia el resto de nuestra provincia. O si lo preferimos por la derecha, también salpicado de pueblos tan bonitos como en su otra vertiente, llegar a las primeras estribaciones del puerto de Palombera, llegando a la comarca de Campoo, otra salida  igualmente natural a Castilla. Vueltos A Puente Nansa, y a su cruce de carreteras la misma vía nos llevaría,a en clara subida montañosa, a la zona mas alta de nuestra comarca, al Valle de Polaciones.  Esto es en un resumen la gran importancia de Puente nansatiene  como cruce de caminos. También, y no menos importante, desde éste cruce de caminos, en menos de una hora, cualquiera que lo desee lo mismo puede llegarse a los Picos de Europa ,que a cualquiera de las playas de nuestro litoral.

Puentenansa  además de la importancia de su enclave tiene otras muchas ventajas, es un pueblo activo, dinámico, con mucha vida. En el se concentraron hasta hace unos años las importantes oficinas directrices de la Empresa Saltos del Nansa, directrices que hoy siguen ubicadas en este pueblo, pero ya sin el nombre que tanta importancia le dio a nuestra comarca el logotipo de la empresa que tanta fama y trabajo dio a los pueblos de nuestra comarca.
Las sucursales bancarias que movilizan, y rentabilizan los ahorros de las gentes de la comunidad, también tienen aquí sus oficinas. Un importante centro médico, moderno y muy competente, atiende las necesidades y urgencias en primera fase.


 Un polideportivo y piscina Municipal complementan las necesidades físicas de la gente de éstos pueblos. La concentración escolar también pionera en el sistema educativo de los pueblos de la Mancomunidad, suplió hace años aquellas escuelas rurales y dio un gran empuje de modernidad a los pueblos de la comarca,  creándose novedades como las Asociaciones de padres y de alunnos, con asambleas y debates muy interesantes. Años mas tarde se crearía la guardería para los mas pequeños, con lo que supuso un importante desahogo para muchos padres jóvenes,- sobre todo madres,- que en muchos casos ya desarrollaban trabajos en algunos lugares de la zona.
Con los años, la inauguración y puesta en funcionamiento de la Residencia de ancianos, favoreció en gran medida el que la gente mayor que lo necesitase no tuviese que desplazarse a lugares alejados de su entorno para poder ser bien atendidos, con el consiguiente alivio que esto supuso también para las familias.
Unas buenas plazas hoteleras y casas rurales, así como un buen servicio en sus tres o cuatro bares, hacen que el pueblo de Puentenansa  sea un lugar ideal para pasar unos días de vacaciones, desde el que, dada su magnifica situación, cualquiera podrá desplazarse y recorrer unos entornos de gran belleza y mucha historia, no nos olvidemos que siguiendo la carretera con salida del pueblo a menos de veinte minutos se encuentra Tudanca, el pueblo que Pereda inmortalizó situando en el su novela mas importante, ´´Peñas Arriba`` .Completa el cuadro de servicios una farmacia en la que quien lo necesite encontrará la mejor atención, así como una muy bien surtida ferretería con el mismo buen servicio y trato. La gasolinera, la panadería carnicería y pescadería, el supermercado de Chelo pionero desde hace tantos años dan fe de que en éste pueblo no falta de nada. Para los asuntos legales un bufete de abogados y una gestoría complementan los servicios mas necesarios de una comunidad como la nuestra.


Como lugar de culto la Iglesia en honor a la Virgen de la Salud, nos saluda desde un altozano en un lugar lleno de tranquilidad, a la sombra de sus árboles centenarios. Una pequeña capilla dedicada a San Miguel Arcángel, situada en un céntrico lugar del pueblo, completan el que los fieles devotos encuentren en ellos su lugar de encuentro.
En Puentenansa  siempre han tenido una gran tradición bolística, la familia de Ramón el panadero, conocida mas como ´´Los Molines,`` han sido y son una institución como jugadores de bolos, el gran Miguel que nos dejó hace unos años, fue el primer jugador en la historia bolística que ganó el famoso torneo ´´Del millón,`` patrocinado por Telecantabria, en una velada que quedará en la memoria de las miles de personas que seguimos aquel emocionante torneo. En la felicitación que hice a Piedad, su mujer aquella misma noche (buena amiga ) ya le dije que seguramente esa noche en el recorrido de la caravana que acompañó a Miguel desde Santander hasta su casa de Puentenansa, en la Collada de Carmona no se durmió ningún zorro.



 ¡ Miguel buen jugador y mejor persona.¡ Su hermano Jaime sin llegar a conseguir la fama que en su día tuvo Miguel, he escuchado decir que su técnica y su tirada son de la mejor clase, hoy desarrolla éste deporte como entrenador de las jóvenes promesas que algún día llenaran nuestras boleras con sus triunfos. En ésta misma familia se da otra de las tradiciones que mejor nos define en nuestra forma de ser. La canción tradicional montañesa y coral. El grupo ´´Torre de Obeso``, fundada y dirigida por Begoña, hija también de Ramón el panadero, ha ganado justa fama y hoy se puede codear con los mejores grupos de nuestra provincia y fuera de ella, Sarita, su hermana, así como el resto de las mujeres que componen ésta prolífica familia también son muy conocidas  por sus voces claras y bien  timbradas, con las que suelen animar cualquier excursión o reuniones en que participen.




Puentenansa  siempre ha tenido gente muy emprendedora, desde muy antiguo la familia de los Gómez  con sus camiones de transportes dieron vida y crearon un importante negocio en éste sector, los hijos de Emilio,  José Luis, Pedro, Emilio, y Miguel,- siguieron durante muchos años ésta tradición . Marina la única hija de la familia, regentó durante años un negocio hotelero en el pueblo de Cosio. Negocios tanto de transporte, como hosteleros que hoy día siguen las nuevas generaciones de la familia. Otra rama de ésta emprendedora saga también ha tenido importantes negocios de bares y restaurantes. José Maria Gómez  que ejerció de herrero oficio que según me cuentan, aprendió de su padre,  y que él a su vez enseñó a otros aprendices, entre ellos a Gorio que tubo fragua en Celis, dode se casó, así como Clemente, su hermano que ejerció en Puentenansa, los hijos de ambos continuarían el oficio.¡¡Quién no comió o tomó algún ´´chato`` en ´´Casa Cholo,`` hijo, -de Jose Maria,- en su bar restaurante en Cosio,¡¡ y quién no compró algún utensilio en la ferretería de Hito, hermano del anterior,  en el mismo Puentenansa. Entre estos hermanos con importantes negocios y comercios en la zona, queda otro, Jesús, éste menos conocido por enfocar su vida mas en la capital, en Santander, donde según me han informado vive algún hijo. (Jesús me dicen que murio joven, su esposa Regina, era vecina de Celis. Y cómo no recordar otra de las ramas de ésta familia, la de Fidel Gómez, con su servicio de taxis, así como su camión de reparto de paquetería.
Y que decir de la familia Del Pozo, Eleuterio del Pozo ´´Terio,`` la persona mas simpática y servicial que cualquier pueblo quisiera tener entre sus vecinos, trabajador incansable, empezó desde muy abajo, recorriendo todos los pueblos prestando sus servicios como electricista. Con el tiempo y con iniciativa, fue ampliando su negocio con la venta de electrodomésticos, a la cual  añadió una importante nave con la exposición y venta de muebles, lámparas, decoración y juguetería. También se hizo cargo de la exclusiva del gas Estrada Butano, con lo que consiguió dar un gran empuje de modernidad con la entrada de nuevos electrodomésticos en las casas cada día mas modernos. Como alguien dijo en una ocasión con mucha gracia y no poca razón ,-Terio fue la primera persona que nos quitó de ir al monte a buscar leña- . Después de esto todo fue rodado, también entre tanto Terio se casó y para poner en marcha éste negocio encontró a la mujer que mas le ayudó en la vida, Toñi  una mujer sencilla, sacrificada, muy discreta y que siempre estuvo a su lado en los buenos, pero sobre todo en los malos momentos, cuidando de el, cuidando de sus hijos, y trabajando codo con codo en todo lo que su marido la necesitó.
Por que malos momentos no faltaron en la vida de Terio. Siendo todavía muy joven, y cuando los esfuerzos de tantos trabajos y preocupaciones empezaban a dar sus frutos, un terrible accidente estuvo a punto de acabar con su vida. Fueron días de dolor y sufrimiento para su familia,  y preocupación para toda la gente que le conocía y le quería, pasó mucho tiempo en el que se temió lo peor, dada la importancia de sus lesiones. Pero Terio era mucho Terio, y Dios debió pensar que todavía hacía mucha falta en éste mundo, así que poco a poco la recuperación fue ganando la partida, y aunque pasaron muchos meses de convalecencia,  con el tiempo pudimos volver a ver aquel Terio simpático ocurrente y con la misma capacidad de trabajo de siempre. Su negocio, - que su mujer consiguió sacar adelante, sacando seguramente fuerzas de donde casi no había,- al tiempo que cuidaba a sus hijos y a su suegra,  una mujer ya bastante mayor, y muy afectada por el dolor de su hijo, y procurando que todo saliese delante de la mejor manera posible.
 Terio además de sacar adelante su negocio fue una persona que se volcaba en cualquier evento para el que se precisase su ayuda. En el Ayuntamiento era requerido para cualquier menester que se precisase, como el alumbrado y megafonía de la feria de San Miguel, o para animar las Maratones o Circuitos de carreras ciclistas locales que se celebrasen en la comunidad. Para todo ello ahí estaba Terio con sus altavoces y su furgoneta dispuesto a desgañitarse animando con sus voces y sus ocurrencias a todos los participantes, su furgoneta y su escoba amarrada a ella se hicieron famosas en todos éstos torneos o carreras que se organizasen, y no digamos en la final de la liguilla de fubol que se jugaba (y creo que aun se juega) en el ´´Prau Socollu`` el segundo día de la feria de San Miguel. Eso si, animando a los dos contrincantes por igual, al fin y al cabo el era un comerciante y para el todos eran iguales.   
Con el tiempo sus hijos fueron ayudando a sacar adelante el negocio familiar, también con el tiempo se casaron, y al igual que su padre supieron elegir a las mejores compañeras, que como en su día hiciese su madre, trabajan junto a ellos codo con codo, ayudándoles y tirando juntos de un negocio, que ellos han conservado y ampliado. Terio después de aquel terrible accidente vivió veinte años mas, y aunque todavía podía haber tenido muchos años por delante, (pues era un hombre bastante joven,) pudo al menos ver muchos de éstos logros de sus hijos, y desde luego en esos años que la vida le regaló después aquel accidente, fue un gran amparo para su familia. Estoy segura que a Terio nadie le ha olvidado por ser como era y por lo que representó en nuestra comunidad.       De otra rama de esta saga familiar, fue Fidel Del Pozo, comerciante  también en el pueblo de Puentenansa. Junto a su familia regentaba una bodega y casa de comidas que se hizo muy famosa por la mucha gente que acudía a su comedor, aquellos viernes de mercados y ferias que se celebraban en el pueblo, creo que el segundo y último viernes de mes. Este Restaurante, así como el de Maria Rosa y otro llamado ´´El Sindicato`` fueron durante muchos años el punto de encuentro de la gente que acudía a los mercados de Puentenansa, hoy solo uno sigue en funcionamiento, pero ahora convertido en un importante hostal en el que está al frente y dirige su hijo Fidelin y su esposa ´´El Hostal de Fidel.``

Pero si algo definió  toda la vida a Puentenansa,  fueron sus mercados de ganados, éstos mercados movieron la vida ganadera de nuestra comarca tanto por sus transaciones de ganados, como por la vida comercial que dio al pueblo, pues esos días acudían ganaderos y tratantes de cualquier parte de la provincia y provincias limítrofes, y en el se mercadeaban multitud de otros productos además del ganado, éste podía ser tanto de vacas como caballar lanar y caprino, así como los famosos cerdos que eran traidos de Liébana en piaras por las famosas vargas de Cicera,  ¡Quien ya, con unos cuantos años no recuerda a Ciano, el mejor vendedor de cerdos en los mercados de Puentenansa¡ Cuantos viajes se daría este hombre desde su pueblo de Cades hasta Potes, ida y vuelta por esas famosas vargas, y de ahí a los mercados de Puentenansa. O Jandro el de la Coterona que también haría unos cuantos. Hoy estos mercados han desaparecido, salvo alguna feria de año que todavía se sigue celebrando, los tiempos han cambiado, hoy el acceso a los traslados de ganados en camiones a otros lugares con ferias mas importantes, y la mengua que hace unos años sufrió la ganaderia en estos pueblos propiciaron que esto ocurrier., Hoy parece que esta ganaderia se ha recuperado intensamente, el gran arraigo que siempre ha tenido nuestro ganado autoctono en nuestros pueblos, y las ayudas que desde hace años se les conceden a estos ganaderos creo que nos dan la clave de que esto sea así,  no se, lo cierto que aquella vida de mercadeo de los viernes en Puentenansa son ya historia. Pero no por eso la vida en éste pueblo se ha detenido, sigue siendo muy activo y sigue teniendo mucha vida,- de otra forma,- pero vida al fin y al cabo.

Pues nada mas, seguro que se me quedan muchas otras cosas relacionadas con éste pueblo, como digo capital de nuestro Municipio, pero creo que el repaso que he hecho traerá muchos recuerdos y algunas nostalgias a sus gentes. Yo lo voy a terminar con lo que sigue de la estrofa con que inicio mi relato, pues no quiero que por hacer omisión de ella la gente de mi pueblo me llame chaquetera,
                            
                                     Puentenansa  Puentenansa
                                     Donde se tallan los mozos
                                     Hasta que no sube Celis
                                     No hay donde poner los ojos.
Que nadie se lo tome a mal, es solo una canción con la que los mozos de Celis desafiaban a los de Puentenansa, tal vez vengándose un poco de que para tallarse para ir a la mili, tuviesen que desplazarse hasta el cuartel de éste pueblo, seguro que los ojos también se podían poner en los mozos de Puentenansa.    Un saludo a todos ellos. 

                                                                      MARI PÉREZ.  DE CELIS. 

PD.  Este articulo sobre Puente Nansa, es uno de los que había dado a conocer hace unos años a traves de las páginas de una publicación, en la que colaboréhace un tiempo. 
Ahora que los lectores que tienen a bien seguirme a traves de internet, pueden tener un mejor acceso a dichas publicaciones, y por eso es por lo que los doy a conocer a traves de este medio, y también por ello, mi ignorancia del origen del nombre de "Valle de la Marquesa" ya quedó subsanado, en otro de mis articulos posteriores, una vez conocido por mi el origen de dicho nombre, es por eso mi nota aclaratoria.                                           
                          
                                                         13/11/2015      FIN