viernes, 30 de marzo de 2018

FIESTA DE HERMANDAD Y MARZAS 2018


Hola amigas:  Un año mas, nuestra reunión de Marzas, ha vuelto a encontrarnos con la misma alegría y buena voluntad que siempre hemos querido tener en este día.
Son ya mas de veinte años los que han transcurrido, desde que un día, decidiésemos un grupo de mujeres, tomar el testigo de una celebración, en la que siempre eran participantes los hombres.

 Como ya muchas sabéis, estos fueron aparcando una reunión ancestral, con la que los hombres, siempre daban la bienvenida a la primavera, celebrando este acontecimiento con una gran fiesta, en la que con esta estación, se daba paso a una especie de renovación de la vida. Se ponía en valor aquello de que la primavera, era un tiempo de cambio, de florecimiento.

  Pero no solo el florecimiento del campo, aunque en este es donde mas se nota siempre ese cambio. Es un tiempo, en el que se sale de ese túnel, de días muy cortos, muy fríos, muy oscuros,  un tiempo en el que la vida sufre como un parón, un compás de espera, del que el cuerpo y la mente, salen  más renovados.  Y  por eso, por una especie de agradecimiento a esa estación, en la que parece que otra vez la vida da una nueva oportunidad, nos gusta esta celebración. Una celebración tan antigua, que su recuerdo  se pierden en la noche de los tiempos. 

  Estos días de principios de la primavera, era por la que los hombres de todos los pueblos de nuestra provincia, ofrecían a la naturaleza, su agradecimiento por esta nueva renovación, con sus cantos al anochecer, durante varios días del mes de Marzo. Unos cantos que compartían con todos sus vecinos, en forma de serenata, a las puertas de sus casas. 

  Al mismo tiempo requerían de ellos unos presentes en forma de alimentos, aunque también, agradecían algunas monedas, pues para culminar estos días de Marzas, se preparaba una cena con todo lo recaudado, en la que participaban todos los mozos marceros.

  A esta cena, y como gesto de cortesía, se podían invitar a las muchachas, novias de algunos de ellos. Sobre todo era casi obligada esta invitación, si dichas parejas podían celebrar su matrimonio, durante el año en curso.


Como esta es una historia que, salvando a los más jóvenes, conocemos la mayoría de las gentes de los pueblos, terminaré diciendo, que, al ir perdiéndose esta costumbre tan antigua, entre los hombres, hace unos cuantos años, somos las mujeres quienes hemos seguido esta tradición. Una tradición, mucho mas modernizada, como se requiere en estos nuevos tiempos.

Nosotras contactamos con todas aquellas mujeres que deseen apuntarse a un día de encuentro, en el que nos reunimos con todas aquellas amigas, hermanas primas, o de cualquier otro parentesco, que viviendo fuera, se quieran unir a las que vivimos en el pueblo, y así una vez al año, celebrando una gran comida, tenemos oportunidad de pasar un hermoso día de convivencia.

 Esta comida, que pagamos a escote, entre todas, nos da la oportunidad, de hacerlo como si de una fiesta más se tratase. En este día, además de la comida, encargamos una pequeña orquesta móvil, para que nos amenice la tarde bailando con su música, una estupenda y alegre forma de bajar las buenas comidas, que, rotatibamente, cada año celebramos en uno de los tres restaurantes del pueblo.

En este día de celebración y encuentro de nuestras Marzas, tenemos que agradecer, la gran colaboración de cuantas compañeras participamos en ella, para que, las demás amigas que ese día se desplazan desde los diferentes lugares en que residen, se encuentren con el mejor de los recibimientos.


  En la medida de lo posible, no reparamos en que nuestro esfuerzo, y buena voluntad, haga que su día de convivencia sea algo que tengan como uno de sus mejores recuerdos, y que les sirva para poder conversar con el resto de las participantes, que en muchos casos no tienen muchas más oportunidades de vernos durante el resto del año.

 Una oportunidad también familiar, pues ese día, como ya  apunto más arriba, también nos encontramos, con hermanas y otras muchas familiares, desde luego una buena oportunidad en todos los sentidos.

Termino agradeciendo, que después de más de veinte años, de este encuentro de Hermandad y Marzas, el número de participantes sigua siendo tan alto, y esto es una satisfacción que nos anima a que este encuentro, se sigua celebrando muchos años más. 

                        UN SALUDO A TODAS AMIGAS.  ¡¡HASTA EL AÑO PROXIMO!!
                 PD.  Lo que seguramente habrá que estar atentas, es a algunos “ elementos” o “elementas”, que cada año acuden a nuestra celebración con todo el morro, ¡será cuestión de ir vigilando! El año pasado una “pilingui” y su amigo, otros años una vieja que no paró de bailar, enseñando los pololos.  O un bebé, que no sé de donde se escaparía, este año, dos hiºpies trasnochados, con unas pintas… En fin parece que lo huelen!

   LAS FOTOS QUE POR ESPACIO LIMITADO NO ENTRABAN EN EL REPORTAJE, LAS PONGO AL FINAL DE ÉSTE, Y ASÍ, COMO YA HE HECHO EN REPORTAJES ANTERIORES, PODREMOS DISPONER DE UN RECUERDO, QUE NOS ALEGRARÁ MIRARLO CUANDO PASEN LOS AÑOS. SIEMPRE PODREMOS RECORDAR LOS BUENOS MOMENTOS.
                                                                     MARY PÉREZ.   DE CELIS.