domingo, 11 de septiembre de 2016

SAN ROQUE Y UN RECUERDO A NUESTRAS FIESTAS



Hola amigos:


      Un año mas llegó y pasó nuestra fiesta de San Roque. Por muchos motivos esta fiesta se ha convertido en algo que es para los” celorios” como nuestra seña de identidad. San Roque, cierto es, que fue durante muchos años, como el hermano pobre de las fiestas en Celis.  Yo recuerdo desde siempre como la plaza mas importante del pueblo , se le llamó “Plaza de San Roque,”  también ha sido conocida como plaza de la fuente, por estar construida en ella hace años, la fuente donde todo el pueblo se surtía del agua para el uso diario en sus casas.
Hoy todo esto parece muy lejano, y sin embargo no lo es tanto, si recordamos que hace cuarenta y tantos años –mas o menos- en las casas del pueblo no había agua corriente, por eso la fuente de la plaza de San Roque era muy transitada, ella surtió durante generaciones, el agua tan necesaria a las familias de Celis, y por eso digo que San Roque, siempre ha estado muy presente entre nosotros, ¡pero por nada mas,! pues lo cierto es que el poco tiempo que le dedicamos a su fiesta, paso hace años bastante desapercibido, (como festejo propiamente dicho, se entiende)  
Por todo esto a San Roque nunca se le ha dejado de tener en cuenta en el pueblo donde es titular, lo que sí es cierto, es que nunca tuvo en sus lejanos años, una fiesta dedicada a el, a su advocación, esto si descontamos que durante unos años, siendo yo muy joven –casi una cría- se intentó, ( y durante unos pocos años, tres o cuatro, se consiguió) que gracias a la iniciativa de un grupo de muchachas del pueblo, esta fiesta se celebrase,  fue una bonita idea desde luego, pero no fue a mas.
 Cuando estas muchachas fueron faltando, por diversos motivos,… unas de casaron, otras marcharon fuera a trabajar… pues desapareció del todo,  además su celebración creo que ni siquiera se hacía en su plaza, se hacía en el salón del pasiego, que aunque no dejaba de ser el lugar del baile en el pueblo, al final solo tenía de novedad que en vez de el acostumbrado baile dominical con tocadiscos, ese día se encargaba una orquesta local, que la mayoría de los pocos años que la celebramos no nos permitía un desembolso mayor, con lo cual a veces casi habría sido preferible seguir  poniendo los buenos discos que Memes nos compraba cada año, pues estos eran muy modernos.

Como digo estos años que se intentó que la fiesta se siguiera celebrando, al final fracasó, no pudo ser, y este día fue pasando en nuestro pueblo sin pena ni gloria. Claro que había una celebración que ocupaba todas las energías de las gentes de nuestro pueblo, esta fue siempre la celebración del Patrón titular del Concejo de Celis, nuestro gran San Pedro.  Grande por muchas cosas, porque desde que recuerde la memoria de los mas viejos del lugar, siempre fue una fiesta  en la que todas las familias se reunían, para dicha celebración. Por esa fecha nadie podía faltar en las casas de sus padres, para la reunión mas importante del año

. Ya con muchos días de antelación en las casas del pueblo, la actividad era trepidante, se contabilizaban cuántos comensales acudirían, tanto en la comida como en la cena. Para la cena se solían dejar aquellos invitados que venían de los pueblos vecinos al baile de la tarde, pues así se quedaban a la verbena después de haber cenado con los hijos de la familia. Todos estos invitados  lo eran por los más  jóvenes de la casa, porque ellos también eran asimismo invitados en las diferentes fiestas de sus respectivos pueblos, los demás eran todos familiares.
Pero es que San Pedro lo tenía todo, empezando por la víspera con la salida de los chavales a la recogida de leña por las leñeras de los vecinos. ¡Esto a altas horas de la noche,! cuando estos vecinos ya se suponía que estaban dormidos como cestos, ( algo que no siempre sucedía así) y esto lo pudieron comprobar cuando el amo de las leñeras que iban a “asaltar” salían blandiendo las “cachabas” o las “ahijadas” y los ponían a correr con el consiguiente susto que encima se llevaban estos mozos. Claro que no se sabía que era mejor, porque los chavales al año siguiente se podían vengar y más tarde o más temprano, a aquellos que se resistían a dejarse coger la leña era de donde más acopio hacían, con lo cual algún año se llegó a un pacto de buena vecindad, y estas personas decidieron dejarles un apartado de leña suficiente para que no se viesen saqueados por los mozos por su tacañería.
Y así con las preparaciones para la gran comida, con el cocinado de algún cabrito, o lo que se terciase, con la elaboración del arroz con leche, que no podía faltar en cualquier mesa que se preciase, se llegaba a la hora de la misa. En esta, y a pesar de ser en la distante Iglesia del pueblo, nunca faltaron los muchos feligreses de los tres pueblos del Concejo, -además de sus barrios.- Era muy solemne,( por cierto hoy día lo sigue siendo) de otra manera…, pero es una preciosa misa, animada por la procesión del Santo en la que se le honra con las danzas de los “picayos” a cargo de los más jóvenes de los tres pueblos.
Todo esto es a modo explicativo para todas aquellas personas que no lo sepan, pues mucha gente joven esto no lo ha vivido, y también para los muchos nuevos visitantes y vecinos, que tenemos la suerte de contar entre nosotros. Ellos tienen que saber y conocer lo que fue hace años, y como se vivían las fiestas en nuestro pueblo. Y por supuesto , y de esto no habrá nunca ninguna duda, San Pedro, siempre de llevará la palma. Por eso para concluir, diré que las comidas en las casas de los vecinos del pueblo eran muy celebradas, estas se llenaban con los familiares llegados de los otros pueblos, y como ya digo, con los amigos de los más jóvenes.
 Por la tarde, y después de dejar todo recogido y más o menos dispuesto para la cena de la noche, se salía a disfrutar de los ratos de tertulia en los bares del pueblo a la espera de que la gran orquesta que siempre se contrataba para este día, diese sus primeros compases, y al son de la música el salón de Memes ( años antes de su suegro, Jesús, el pasiego) los cientos de personas que acudían a la gran fiesta de San Pedro llenasen, no solo el salón del baile, sino todo el recorrido de esa calle hasta la carretera.
 Años después, y ante la imposibilidad de bloquear las calles del pueblo, se optó por trasladar la fiesta al barrio de la Coterona, donde en la gran plaza de las antiguas escuelas hay lugar para un mayor esparcimiento. Ciertamente mucha mayor comodidad, pero yo siempre echare en falta los “San Pedros” del salón del pasiego.  Qué le vamos a hacer, la nostalgia de lo vivido en la juventud no se olvida fácilmente. Esto como digo es un poco a modo explicativo de lo que es nuestra fiesta mayor.        

Pero pasaron los años, y un día, a unas cuantas mujeres se nos ocurrió la idea de por qué no volver a celebrar la fiesta de el Patrón del pueblo, San Roque.  Por este tiempo, ya hacía años que también habían dejado de celebrarse otras dos fiestas que dejaron muy buen recuerdo entre la gente, una fue la del Corazón de Jesús, y otra la del Carmen. Por eso quiero dar un pequeño repaso a lo que fueron estas dos importantes celebraciones en nuestros pueblos. 
  Ésta del Carmen, bien es cierto, que su pertenencia era de las casas del Carmen, en el barrio de Arenas.   Estos barrios tienen en esa capilla, la imagen  que bajo la advocación de la Virgen del Carmelo, todos los años las gentes del Concejo de Celis, acudimos, bien por misas que se le dedican, o bien por el día de su celebración, que como todos sabemos es el 16 del mes de julio, pues siempre se le ha tenido a esta imagen muchísima devoción,  aunque para darle mas categoría, y que puedan acudir mas gentes que viven fuera, se celebra siempre el fin de semana siguiente. Esta conmemoración como digo se sigue celebrando, pero el baile con orquesta que costeaban los vecinos de estos barrios, así como el bar de Jandro, en la Coterona, a la salida de Celis, -donde precisamente se hacia el baile,-  hace muchos años que dejó de hacerse.   


 Hay que entender que con la continua despoblación de los pueblos- y mucho mas de estos pequeños barrios, - el coste que suponía mantener esta fiesta no salía a cuenta, pues a esto se añadía que los hijos de estas familias ya no tiraban tanto para estos barrios, ellos se criaron lejos de ellos, sus padres salieron a buscarse la vida en las capitales o núcleos importantes, y si regresaban algo al pueblo pues tampoco muchas veces coincidían con sus celebraciones, con lo cual esta fiesta se perdió, lo que desde luego fue una pena, pues nadie hizo nada por ayudarles a mantenerla.  El baile se celebraba en la bolera que Jandro, el dueño del bar, tenía frente a su casa, y de la que era propietario, y desde luego siempre fue una preciosa fiesta, que sin tener ni de lejos la categoría de la de San Pedro, si es cierto que acudían muchas gentes de los pueblos cercanos.
La del Corazón de Jesús, fue por otras causas, pero que también contribuyeron a que se perdiera. Siempre fue una bonita fiesta, mucho más religiosa que de diversión, pero en la que también había baile por la tarde. Por la mañana las procesiones, y los altares que cada vecino colocaba en algunos de sus barrios, alargaban la procesión hasta casi el medio día, no era una celebración de comidas especiales como la de San Pedro, pero por otra parte era de un gran lucimiento, pues los jóvenes participaban en esta procesión portando los diferentes estandartes, y en ella nunca faltaron voluntarios para llevarlos, también los niños que hacía poco habían hecho la primera comunión desfilaban con sus vestidos de comulgantes con cestos de flores.
 Y por supuesto dos o más sacerdotes con sus mejores galas, encabezaban el desfile en todo su recorrido por el pueblo. Aquí la culpa se le echó siempre al cura que había entonces en el pueblo, al cual el baile de la tarde le parecía algo bastante pagano para una celebración tan religiosa, eso unido a que el baile en aquel entonces se celebraba en medio del pueblo, frente a lo que  hoy es, (y era también entonces,) el barrio de la Portilla, delante de este bar y en medio de la carretera, no parecía muy del agrado del cura, el que se celebrase el baile en medio de la carretera,- esto hace casi sesenta años- no suponía ningún inconveniente, para los coches, pues  solo pasaba el viejo autobús que hacía el recorrido desde la estación de Pesues, hasta los pueblos de Polaciones, y poco más.  
 Eso fue lo que se comentó entonces, el caso fue que en esta fiesta dejo de celebrarse el baile de la tarde. Yo era muy pequeña entonces, creo que la última vez que me colocaron en uno de estos altares tendría unos diez años, y desde siempre, tanto yo como mis compañeras, participábamos en esta fiesta.  Cierto o no la prohibición, el caso es que esta fiesta también se fue perdiendo, y así sin que nadie pusiera remedio, nos fuimos quedando sin celebraciones.
Por eso el que después de tantos años volviese a celebrarse la fiesta del Patrón del pueblo, supuso una enorme alegría para todos los vecinos de Celis.  Esta iniciativa surgió de la forma más sencilla. Una tarde estábamos unas vecinas precisamente comentando la poca ilusión que había por parte de la juventud, de las celebraciones festivas.  ¡¡Tienen de todo comentamos!! Ahora tienen libertad para ir a cualquier parte, no como en nuestros tiempos que siempre teníamos las horas contadas.  Bueno así seguimos un rato mas, rememorando aquellas fiestas nuestras que tanto añorábamos, y de las que solo nos quedaba un nostálgico recuerdo. 
  Y de forma espontánea  comentamos que porque no podíamos volver hacer resurgir una muy nuestra, como podía ser la Del Patrón de nuestro pueblo. Esto,  como tantas otras iniciativas, parecía que solo se iba a quedar en eso,  sin embargo cuando lo propusimos al resto de las mujeres que más o menos  siempre nos juntábamos para la realización de cualquier cosa del pueblo  que necesitara de nuestra ayuda,- como la limpieza de los caminos… arreglo de los jardines, o limpieza del parque… -algo que desde hace unos años lo gestiona el Ayuntamiento,- pero que durante muchos años anteriores,  siempre lo hacíamos las mujeres del pueblo. 
También de los arreglos y limpieza de la Iglesia, o de su plaza… en fin no es cosa de alabarnos, pues eso, como digo fue hace ya unos cuantos años (tampoco demasiados.) Como digo cuando lo comentamos con el resto de las mujeres les pareció una buena idea. Éramos bastante más jóvenes, y teníamos ganas de que nuestro pueblo tuviese un resurgir, pues siempre fue un pueblo con mucha vida social… o fiestera,  para que no suene tan cursi.
Lo que sigue ya lo conocemos todos.  Creo que nunca una idea, que se comentó como algo de pasada, tuvo tan buena acogida desde su comienzo. Es una celebración en la que hemos participado todo el pueblo desde el primer año, por eso es tan especial. Solo destacaré, para que este relato no se alargue demasiado, la gran colaboración que, desde Concesina en los primeros años, dejando que su casa fuera donde toda la gente llevase las tortillas, los pinchos, y todo aquello en que colaboraban todas las personas que ayudaron a su celebración… hasta el último vecino que quiso participar en esta celebración.
Porque lo que si teníamos claro desde el primer año,- y de ello se habló desde un principio,- era que esta fiesta era del pueblo, era del Santo de nuestro pueblo, pero para todos nosotros , y todos los que nos quisieran acompañar. Por eso con la confianza que,- yo por lo menos,- siempre he tenido en mis vecinos, les propusimos que colaborasen con algo de dinero, lo que ellos considerasen oportuno, pero de forma voluntaria, desde luego, se les explicó lo que queríamos hacer, y era que ese día todos nos reuniésemos después de celebrada la misa en honor al Santo, en la plaza que lleva su nombre, justo debajo de la Iglesia, y allí con todo lo que de comida y demás, los vecinos pudiesen aportar, mas una gran barbacoa que los muchachos del pueblo se comprometieron a realizar, nadie que lo quisiera se quedase sin comer en la gran comida comunal. Bueno cuando hablo de muchachos, tengo que decir que alguno ya pasaba de largo por esa etapa, claro que la juventud está en el corazón y no en el físico. 

Así que con las aportaciones de dinero se compró todo lo necesario, se contrató una orquesta móvil, unos piteros … así como algún cantante para por la tarde, antes de que empezase el baile… El primer año todo fue como un poco de prueba, nadie sabía cómo nos las arreglaríamos, pero lo cierto es que esta fiesta fue un éxito desde entonces. Un éxito que ha ido a mas cada año, los dos primeros seguimos trajinándolo todo desde casa de Concesina, por ser una persona de gran voluntad, y tener su casa justo al lado de la Iglesia. Pero llegó un momento que esta se nos quedó pequeña para todo lo que se fue incrementando.
 Así que un día le pedimos a Bando,( otro vecino cercano,) si nos dejaría hacer estos preparativos en la estupenda cuadra que tiene justo al lado de la plaza, y con gran sorpresa nuestra, no solo nos la dejó, sino que estuvo encantado con la idea. La cuadra ya no la tenía en servicio.  Como podréis comprobar por las fotos, no podríamos tener mejor lugar para todo lo que se trabaja desde primeras horas de la mañana el día del Santo. 
  También con los años, y dado el calor inclemente que, solemos tener por esa fecha, se decidió trasladar el reparto de la comida al cercano parque que por suerte tenemos en el pueblo, y en él, con las sombras de los grandes árboles, y las mesas y sillas para la gente que más lo necesite, transcurre la hora de la comida, dejando libre la plaza de la Iglesia para los juegos infantiles programados para la tarde, siendo el lugar también preferente para la instalación de un bar, que ayuda a pasar el día en animada tertulia de todos los vecinos y parroquianos.

Para completar el relato, diré que además de la comida, por la noche se sirve otra abundante barbacoa, completada con los pinchos sobrantes de la comida del mediodía, y ya de madrugada un estupendo chocolate con corbatas y pastas, para completar una celebración que todos aquellos que la han vivido, solo esperan volver al año siguiente. Ese será siempre nuestro mayor orgullo.
Pues nada mas, espero que disfrutéis de la lectura de este reportaje, que, -a los que no lo sepan,- les ayude a conocer un poco los orígenes de nuestra fiesta más entrañable, y al mismo tiempo, sepan un poco más de las celebraciones, -pasadas y presentes,- de nuestro pueblo.  Y  junto a él, las fotos que Pepi, con tan buen tino, y tanta gracia nos consigue con su cámara.  Espero que os guste.
                  UN  SALUDO  DE  MARY  PÉREZ.   DE CELIS