Hola amigos:
Un año mas llegó
y pasó nuestra fiesta de San Roque. Por muchos motivos esta fiesta se ha
convertido en algo que es para los” celorios” como nuestra seña de identidad.
San Roque, cierto es, que fue durante muchos años, como el hermano pobre de las
fiestas en Celis. Yo recuerdo desde
siempre como la plaza mas importante del pueblo , se le llamó “Plaza de San
Roque,” también ha sido conocida como
plaza de la fuente, por estar construida en ella hace años, la fuente donde
todo el pueblo se surtía del agua para el uso diario en sus casas.
Hoy todo esto parece muy lejano, y sin embargo no lo es
tanto, si recordamos que hace cuarenta y tantos años –mas o menos- en las casas
del pueblo no había agua corriente, por eso la fuente de la plaza de San Roque
era muy transitada, ella surtió durante generaciones, el agua tan necesaria a
las familias de Celis, y por eso digo que San Roque, siempre ha estado muy
presente entre nosotros, ¡pero por nada mas,! pues lo cierto es que el poco
tiempo que le dedicamos a su fiesta, paso hace años bastante desapercibido,
(como festejo propiamente dicho, se entiende)
Por todo esto a San Roque nunca se le ha dejado de tener en
cuenta en el pueblo donde es titular, lo que sí es cierto, es que nunca tuvo en
sus lejanos años, una fiesta dedicada a el, a su advocación, esto si
descontamos que durante unos años, siendo yo muy joven –casi una cría- se
intentó, ( y durante unos pocos años, tres o cuatro, se consiguió) que gracias
a la iniciativa de un grupo de muchachas del pueblo, esta fiesta se
celebrase, fue una bonita idea desde
luego, pero no fue a mas.
Cuando estas muchachas fueron faltando, por diversos
motivos,… unas de casaron, otras marcharon fuera a trabajar… pues desapareció
del todo, además su celebración creo que
ni siquiera se hacía en su plaza, se hacía en el salón del pasiego, que aunque
no dejaba de ser el lugar del baile en el pueblo, al final solo tenía de
novedad que en vez de el acostumbrado baile dominical con tocadiscos, ese día
se encargaba una orquesta local, que la mayoría de los pocos años que la
celebramos no nos permitía un desembolso mayor, con lo cual a veces casi habría
sido preferible seguir poniendo los
buenos discos que Memes nos compraba cada año, pues estos eran muy modernos.
Como digo estos años que se intentó que la fiesta se
siguiera celebrando, al final fracasó, no pudo ser, y este día fue pasando en
nuestro pueblo sin pena ni gloria. Claro que había una celebración que ocupaba
todas las energías de las gentes de nuestro pueblo, esta fue siempre la
celebración del Patrón titular del Concejo de Celis, nuestro gran San
Pedro. Grande por muchas cosas, porque
desde que recuerde la memoria de los mas viejos del lugar, siempre fue una
fiesta en la que todas las familias se reunían,
para dicha celebración. Por esa fecha nadie podía faltar en las casas de sus
padres, para la reunión mas importante del año
. Ya con muchos días de
antelación en las casas del pueblo, la actividad era trepidante, se
contabilizaban cuántos comensales acudirían, tanto en la comida como en la
cena. Para la cena se solían dejar aquellos invitados que venían de los pueblos
vecinos al baile de la tarde, pues así se quedaban a la verbena después de
haber cenado con los hijos de la familia. Todos estos invitados lo eran por los más jóvenes de la casa, porque ellos también eran
asimismo invitados en las diferentes fiestas de sus respectivos pueblos, los
demás eran todos familiares.
Pero es que San Pedro lo tenía todo, empezando por la
víspera con la salida de los chavales a la recogida de leña por las leñeras de
los vecinos. ¡Esto a altas horas de la noche,! cuando estos vecinos ya se
suponía que estaban dormidos como cestos, ( algo que no siempre sucedía así) y
esto lo pudieron comprobar cuando el amo de las leñeras que iban a “asaltar”
salían blandiendo las “cachabas” o las “ahijadas” y los ponían a correr con el
consiguiente susto que encima se llevaban estos mozos. Claro que no se sabía
que era mejor, porque los chavales al año siguiente se podían vengar y más
tarde o más temprano, a aquellos que se resistían a dejarse coger la leña era
de donde más acopio hacían, con lo cual algún año se llegó a un pacto de buena
vecindad, y estas personas decidieron dejarles un apartado de leña suficiente
para que no se viesen saqueados por los mozos por su tacañería.
Y así con las preparaciones para la gran comida, con el
cocinado de algún cabrito, o lo que se terciase, con la elaboración del arroz
con leche, que no podía faltar en cualquier mesa que se preciase, se llegaba a
la hora de la misa. En esta, y a pesar de ser en la distante Iglesia del
pueblo, nunca faltaron los muchos feligreses de los tres pueblos del Concejo, -además
de sus barrios.- Era muy solemne,( por cierto hoy día lo sigue siendo) de otra
manera…, pero es una preciosa misa, animada por la procesión del Santo en la
que se le honra con las danzas de los “picayos” a cargo de los más jóvenes de
los tres pueblos.
Todo esto es a modo explicativo para todas aquellas personas
que no lo sepan, pues mucha gente joven esto no lo ha vivido, y también para
los muchos nuevos visitantes y vecinos, que tenemos la suerte de contar entre
nosotros. Ellos tienen que saber y conocer lo que fue hace años, y como se
vivían las fiestas en nuestro pueblo. Y por supuesto , y de esto no habrá nunca
ninguna duda, San Pedro, siempre de llevará la palma. Por eso para concluir,
diré que las comidas en las casas de los vecinos del pueblo eran muy celebradas,
estas se llenaban con los familiares llegados de los otros pueblos, y como ya
digo, con los amigos de los más jóvenes.
Por la tarde, y después de dejar todo
recogido y más o menos dispuesto para la cena de la noche, se salía a disfrutar
de los ratos de tertulia en los bares del pueblo a la espera de que la gran
orquesta que siempre se contrataba para este día, diese sus primeros compases,
y al son de la música el salón de Memes ( años antes de su suegro, Jesús, el
pasiego) los cientos de personas que acudían a la gran fiesta de San Pedro
llenasen, no solo el salón del baile, sino todo el recorrido de esa calle hasta
la carretera.
Años después, y ante la imposibilidad de bloquear las calles del
pueblo, se optó por trasladar la fiesta al barrio de la Coterona, donde en la
gran plaza de las antiguas escuelas hay lugar para un mayor esparcimiento.
Ciertamente mucha mayor comodidad, pero yo siempre echare en falta los “San
Pedros” del salón del pasiego. Qué le
vamos a hacer, la nostalgia de lo vivido en la juventud no se olvida
fácilmente. Esto como digo es un poco a modo explicativo de lo que es nuestra
fiesta mayor.
Pero pasaron los años, y un día, a unas cuantas mujeres se
nos ocurrió la idea de por qué no volver a celebrar la fiesta de el Patrón del
pueblo, San Roque. Por este tiempo, ya
hacía años que también habían dejado de celebrarse otras dos fiestas que
dejaron muy buen recuerdo entre la gente, una fue la del Corazón de Jesús, y
otra la del Carmen. Por eso quiero dar un pequeño repaso a lo que fueron estas
dos importantes celebraciones en nuestros pueblos.
Ésta
del Carmen, bien es cierto, que su pertenencia era de las casas del Carmen, en
el barrio de Arenas. Estos barrios
tienen en esa capilla, la imagen que
bajo la advocación de la Virgen del Carmelo, todos los años las gentes del
Concejo de Celis, acudimos, bien por misas que se le dedican, o bien por el día
de su celebración, que como todos sabemos es el 16 del mes de julio, pues
siempre se le ha tenido a esta imagen muchísima devoción, aunque para darle mas categoría, y que puedan
acudir mas gentes que viven fuera, se celebra siempre el fin de semana
siguiente. Esta conmemoración como digo se sigue celebrando, pero el baile con
orquesta que costeaban los vecinos de estos barrios, así como el bar de Jandro,
en la Coterona, a la salida de Celis, -donde precisamente se hacia el baile,- hace muchos años que dejó de hacerse.
Hay
que entender que con la continua despoblación de los pueblos- y mucho mas de
estos pequeños barrios, - el coste que suponía mantener esta fiesta no salía a
cuenta, pues a esto se añadía que los hijos de estas familias ya no tiraban
tanto para estos barrios, ellos se criaron lejos de ellos, sus padres salieron
a buscarse la vida en las capitales o núcleos importantes, y si regresaban algo
al pueblo pues tampoco muchas veces coincidían con sus celebraciones, con lo
cual esta fiesta se perdió, lo que desde luego fue una pena, pues nadie hizo
nada por ayudarles a mantenerla. El
baile se celebraba en la bolera que Jandro, el dueño del bar, tenía frente a su
casa, y de la que era propietario, y desde luego siempre fue una preciosa
fiesta, que sin tener ni de lejos la categoría de la de San Pedro, si es cierto
que acudían muchas gentes de los pueblos cercanos.
La del Corazón de Jesús, fue por otras causas, pero que
también contribuyeron a que se perdiera. Siempre fue una bonita fiesta, mucho
más religiosa que de diversión, pero en la que también había baile por la
tarde. Por la mañana las procesiones, y los altares que cada vecino colocaba en
algunos de sus barrios, alargaban la procesión hasta casi el medio día, no era
una celebración de comidas especiales como la de San Pedro, pero por otra parte
era de un gran lucimiento, pues los jóvenes participaban en esta procesión
portando los diferentes estandartes, y en ella nunca faltaron voluntarios para
llevarlos, también los niños que hacía poco habían hecho la primera comunión
desfilaban con sus vestidos de comulgantes con cestos de flores.
Y por supuesto
dos o más sacerdotes con sus mejores galas, encabezaban el desfile en todo su
recorrido por el pueblo. Aquí la culpa se le echó siempre al cura que había
entonces en el pueblo, al cual el baile de la tarde le parecía algo bastante
pagano para una celebración tan religiosa, eso unido a que el baile en aquel
entonces se celebraba en medio del pueblo, frente a lo que hoy es, (y era también entonces,) el barrio
de la Portilla, delante de este bar y en medio de la carretera, no parecía muy
del agrado del cura, el que se celebrase el baile en medio de la carretera,-
esto hace casi sesenta años- no suponía ningún inconveniente, para los coches,
pues solo pasaba el viejo autobús que
hacía el recorrido desde la estación de Pesues, hasta los pueblos de Polaciones,
y poco más.
Eso fue lo que se comentó
entonces, el caso fue que en esta fiesta dejo de celebrarse el baile de la
tarde. Yo era muy pequeña entonces, creo que la última vez que me colocaron en
uno de estos altares tendría unos diez años, y desde siempre, tanto yo como mis
compañeras, participábamos en esta fiesta.
Cierto o no la prohibición, el caso es que esta fiesta también se fue
perdiendo, y así sin que nadie pusiera remedio, nos fuimos quedando sin
celebraciones.
Por eso el que después de tantos años volviese a celebrarse
la fiesta del Patrón del pueblo, supuso una enorme alegría para todos los
vecinos de Celis. Esta iniciativa surgió
de la forma más sencilla. Una tarde estábamos unas vecinas precisamente
comentando la poca ilusión que había por parte de la juventud, de las
celebraciones festivas. ¡¡Tienen de todo
comentamos!! Ahora tienen libertad para ir a cualquier parte, no como en
nuestros tiempos que siempre teníamos las horas contadas. Bueno así seguimos un rato mas, rememorando
aquellas fiestas nuestras que tanto añorábamos, y de las que solo nos quedaba
un nostálgico recuerdo.
Y de forma
espontánea comentamos que porque no
podíamos volver hacer resurgir una muy nuestra, como podía ser la Del Patrón de
nuestro pueblo. Esto, como tantas otras
iniciativas, parecía que solo se iba a quedar en eso, sin embargo cuando lo propusimos al resto de
las mujeres que más o menos siempre nos
juntábamos para la realización de cualquier cosa del pueblo que necesitara de nuestra ayuda,- como la
limpieza de los caminos… arreglo de los jardines, o limpieza del parque… -algo
que desde hace unos años lo gestiona el Ayuntamiento,- pero que durante muchos
años anteriores, siempre lo hacíamos las
mujeres del pueblo.
También de los arreglos y limpieza de la Iglesia, o de su
plaza… en fin no es cosa de alabarnos, pues eso, como digo fue hace ya unos
cuantos años (tampoco demasiados.) Como digo cuando lo comentamos con el resto
de las mujeres les pareció una buena idea. Éramos bastante más jóvenes, y
teníamos ganas de que nuestro pueblo tuviese un resurgir, pues siempre fue un
pueblo con mucha vida social… o fiestera, para que no suene tan cursi.
Lo que sigue ya lo conocemos todos. Creo que nunca una idea, que se comentó como
algo de pasada, tuvo tan buena acogida desde su comienzo. Es una celebración en
la que hemos participado todo el pueblo desde el primer año, por eso es tan
especial. Solo destacaré, para que este relato no se alargue demasiado, la gran
colaboración que, desde Concesina en los primeros años, dejando que su casa
fuera donde toda la gente llevase las tortillas, los pinchos, y todo aquello en
que colaboraban todas las personas que ayudaron a su celebración… hasta el
último vecino que quiso participar en esta celebración.
Porque lo que si
teníamos claro desde el primer año,- y de ello se habló desde un principio,-
era que esta fiesta era del pueblo, era del Santo de nuestro pueblo, pero para
todos nosotros , y todos los que nos quisieran acompañar. Por eso con la
confianza que,- yo por lo menos,- siempre he tenido en mis vecinos, les
propusimos que colaborasen con algo de dinero, lo que ellos considerasen
oportuno, pero de forma voluntaria, desde luego, se les explicó lo que queríamos
hacer, y era que ese día todos nos reuniésemos después de celebrada la misa en
honor al Santo, en la plaza que lleva su nombre, justo debajo de la Iglesia, y
allí con todo lo que de comida y demás, los vecinos pudiesen aportar, mas una
gran barbacoa que los muchachos del pueblo se comprometieron a realizar, nadie
que lo quisiera se quedase sin comer en la gran comida comunal. Bueno cuando
hablo de muchachos, tengo que decir que alguno ya pasaba de largo por esa
etapa, claro que la juventud está en el corazón y no en el físico.
Así que con las aportaciones de dinero se compró todo lo
necesario, se contrató una orquesta móvil, unos piteros … así como algún
cantante para por la tarde, antes de que empezase el baile… El primer año todo
fue como un poco de prueba, nadie sabía cómo nos las arreglaríamos, pero lo
cierto es que esta fiesta fue un éxito desde entonces. Un éxito que ha ido a
mas cada año, los dos primeros seguimos trajinándolo todo desde casa de
Concesina, por ser una persona de gran voluntad, y tener su casa justo al lado
de la Iglesia. Pero llegó un momento que esta se nos quedó pequeña para todo lo
que se fue incrementando.
Así que un día le pedimos a Bando,( otro vecino
cercano,) si nos dejaría hacer estos preparativos en la estupenda cuadra que
tiene justo al lado de la plaza, y con gran sorpresa nuestra, no solo nos la
dejó, sino que estuvo encantado con la idea. La cuadra ya no la tenía en
servicio. Como podréis comprobar por las
fotos, no podríamos tener mejor lugar para todo lo que se trabaja desde
primeras horas de la mañana el día del Santo.
También con los años, y dado el calor inclemente que, solemos tener por
esa fecha, se decidió trasladar el reparto de la comida al cercano parque que
por suerte tenemos en el pueblo, y en él, con las sombras de los grandes árboles,
y las mesas y sillas para la gente que más lo necesite, transcurre la hora de
la comida, dejando libre la plaza de la Iglesia para los juegos infantiles
programados para la tarde, siendo el lugar también preferente para la
instalación de un bar, que ayuda a pasar el día en animada tertulia de todos
los vecinos y parroquianos.
Para completar el relato, diré que además de la comida, por
la noche se sirve otra abundante barbacoa, completada con los pinchos sobrantes
de la comida del mediodía, y ya de madrugada un estupendo chocolate con
corbatas y pastas, para completar una celebración que todos aquellos que la han
vivido, solo esperan volver al año siguiente. Ese será siempre nuestro mayor
orgullo.
Pues nada mas, espero que disfrutéis de la lectura de este
reportaje, que, -a los que no lo sepan,- les ayude a conocer un poco los
orígenes de nuestra fiesta más entrañable, y al mismo tiempo, sepan un poco más
de las celebraciones, -pasadas y presentes,- de nuestro pueblo. Y
junto a él, las fotos que Pepi, con tan buen tino, y tanta gracia nos
consigue con su cámara. Espero que os
guste.
UN SALUDO DE
MARY PÉREZ. DE CELIS