domingo, 21 de febrero de 2016

LOS TRABAJOS DE JULIO, 2ª PARTE

Cuando hace un tiempo, en una entrevista que hice para “Las Historias de mi valle” a Julio Varela, ya me quedé impresionada, al contemplar los trabajos que este muchacho realizaba con la madera. Eran trabajos como dije en aquel entonces,  sin horas contadas. No se pueden contar las horas cuando de realizar obras de arte se trata.


                                   
                                                          Obsérvese el detalle, trabajado en la madera.


                                     

Tuve el gusto en aquel entonces, de admirar una serie de trabajos realizados en madera,  de utensilios de lo más variados, y a cual más perfectos en su realización.  Comenté entonces, mi poco conocimiento sobre las habilidades de este muchacho, en cuanto a artesanías se refiere. Sí era consciente, de que junto a su hermano más pequeño suponían una gran ayuda en la casa familiar, y sabía de su forma de ser callada y tranquila, siempre atento, tanto el  cómo su hermano,  a cualquier necesidad que precisara la casa de sus padres.

                                       

Por ello en aquél reportaje, se lo  comenté a el mismo.  ¿De dónde te viene esta afición?  Le pregunte entonces.¡ Pues no lo sé! me contestó con sencillez.  Uno empieza, por algo fácil..sencillo..  las cosas van saliendo más o menos bien,… te vas aficionando,¡ y cuando te quieres dar cuenta, es casi una necesidad.!  Pues Julio, ¡¡ bendita necesidad!!

                                   

La exposición que entonces pude dar a conocer de los trabajos de este muchacho, fueron comentados por muchísima gente que, a través del reportaje pasado en internet, conocieron cientos de personas, que como en una cadena, se iban pasando unos a otros, la gente pudo admirar una maravillosa exposición de arcones, bancos de todas las formas y tamaños imaginables, enmarcaciones de cabezas de ciervos, de toros, de aves, colgadores que es una pena cubrir con cualquier prenda, pues aunque su utilidad Julio la destinase a ese fin, el tapar algo tan bonito no puede tener perdón, sillones magníficos en los que los grabados y filigranas de sus dibujos son un puro encaje, escabeles,  bargueños….   Bueno para  la gente que no lo haya visto, los remito a dicho reportaje en el blog que agrupa “Las historias de mi valle,” seguro que quedarán encantados con la exposición que Julio realizó para el artículo.
                                 

Pues bien, ha pasado un tiempo de aquella entrevista, en este tiempo he comprobado que la creatividad de Julio no se ha detenido, por ello le he pedido que hagamos una nueva exposición de todo lo que esa imaginación y ese gusto, ha creado en este tiempo. Julio no lo ha dudado ni un momento, y eso es algo muy de agradecer, pues no hace falta  hacerse de rogar, cuando solo se trata de agradecer al destino, que te haya favorecido con algo que es lo más parecido a un Don.  Porque, como ya dije en otra ocasión, Julio jamás pasó por ninguna escuela ni taller de aprendizaje, esto solo surge por pura intuición, afición, o como quiera ser definido.

                                 
                                                                      Detalle del labrado.

Al comprobar estos nuevos trabajos de Julio, me doy cuenta de que la madera cobra vida en sus manos,  se deja querer, es aparentemente maleable. Pero claro creo que aparentemente, pues me imagino que también ofrecerá resistencia. Sus principios son un trozo inanimado de madera. Yo creo ver a este muchacho observar dicha madera, ver la forma de conquistarla, de sacarle su forma, de… incluso  enfadarse cuando no se deja gobernar, y también de la satisfacción, cuando al final ese trozo de madera se rinde, y surge la escultura. Y si contemplan pieza por pieza estas maravillas, se darán cuenta que esto no es solo una frase, solo hay que mirar estas figuras  sin prisas, seguro que Julio no tiene miedo del examen final.

                                       
                                                                    A este arcón no le falta ni un detalle.

Pues con ese examen nos quedamos. Solo pido que se observe despacio cada trazo, cada rasgo, cada filigrana dibujada en la madera, para luego ser labrada con la precisión de un maestro.  Les recomiendo que miren despacio, la perfección del tulipán que labró en una de las sillas, o la amapola en otra de estas sillas, o la exactitud del encajado  en las mesas. O el de unas piezas con otras en cualquiera de estas artesanías.  Y obsérvese también esa misma precisión en las piezas más pequeñas, saleros… estuches…cestucos…

                                           

 Y en eso también es algo a valorar su respeto a la madera,  pues Julio aprovecha para este menester, todos los trozos de madera pequeños, es increíble su forma de aprovecharlos en estos pequeños utensilios, que sin embargo tienen una gran utilidad, además de un innegable encanto,    ¡ Ahí lo dejo, juzguen los ojos de quien lo mire!.

                                           
                                                                         Original arcón con patas labradas.


¡¡AH!!    UNA ÚNICA QUEJA,  SU MADRE YA NO SABE DONDE COLOCAR TODAS ESTAS MARAVILLAS.   ¡¡Y  MIRA QUE LA CASA ES GRANDE!!
             MARI  PÉREZ.   DE CELIS.         



PD:   Aprovechamos este espacio para mostrarles el resto de fotos de la colección. Y observen los detalles de su labrado.
                                                                     









Vease el labrado